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¿Cómo se distingue el diagnóstico entre resfriado, gripe común y COVID-19? 

Entre las similitudes de la gripe común y el COVID-19 se encuentran los síntomas, así como las formas de transmisión.  

Como diferencias los virus, se encuentra el virus transmisor y los tiempos de contagio. Por ende, es clave mantener los cuidados necesarios y seguir las recomendaciones médicas.  

En Chile los contagios por COVID-19 se han mantenido al alza, registrando un alza del 15%, en relación a la semana anterior, de acuerdo con información del Ministerio de salud.

De hecho, si bien se ha visto una leve disminución de las hospitalizaciones por otras enfermedades respiratorias en la red asistencial, las autoridades advierten que esta leve baja se debe al rezago del receso escolar, por lo que podría venir un repunte que afecte las camas críticas adultas y pediátricas. 

Considerando que aún estamos en temporada invernal, y que tenemos casos de resfriado y gripe común, muchas veces se genera una confusión sobre como distinguir los distintos cuadros. 

De acuerdo con News in Health es natural que se complejice identificar cuál virus se ha contraído puesto que el resfriado, la gripe común y el COVID-19 son infecciones víricas que afectan al sistema respiratorio y, por tanto, pueden tener síntomas clínicos muy similares, que incluyen fiebre, tos, cansancio, dolor de garganta, nariz mocosa o congestionada, dolores musculares y dolor de cabeza.

La forma de transmisión se asemeja puesto que estos virus se propagan a través de gotas respiratorias liberadas al hablar, estornudar o toser, y, además, también pueden propagarse si una persona toca una superficie infectada y procede a tocarse la boca, la nariz o los ojos.

Algunas diferencias 

Tal como indica la Clínica Mayo, hay algunas diferencias en los agentes causales: la gripe es causada por virus de la familia de la influenza; el resfriado puede ser causado por rinovirus, adenovirus, virus respiratorio sincitial y parainfluenza, entre otros; y el COVID-19 por SARS-CoV-2, de la familia de los coronavirus. Los síntomas de COVID-19 generalmente aparecen de 2 a 14 días después de la exposición, mientras que los síntomas de la gripe generalmente aparecen entre 1 y 4 días después de la exposición.

En temporada invernal o de lluvias, la influenza estacional tiene mayor incidencia en la población puesto que la propagación toma fuerza por lo que es necesario tomar las precauciones correspondientes. Además, también preocupa el aumento de casos de COVID-19.  

Por eso la inmunización juega un rol clave, ya que las vacunas adecuadas pueden ayudar a gestionar la respuesta inmune correspondiente, aliviando los síntomas y reduciendo las posibilidades de que evolucionen, por ejemplo, a neumonía o Síndrome Respiratorio Agudo Severo. Al mismo tiempo, buscar la atención de los profesionales de la salud es necesario para tomar decisiones terapéuticas correctas sobre cada caso y prevenir posibles complicaciones. 

“El desarrollo del sector salud ha hecho posible que a la fecha se pueda contar con pruebas diagnósticas que pueden determinar la presencia de virus específicos como el SARS-CoV-2, la influenza A y B, rinovirus, adenovirus, virus respiratorio sincitial y parainfluenza, entre otros, y por ende, se convierten en la guía más apropiada para direccionar hacia el tratamiento adecuado. Por eso la invitación a la comunidad es a no bajar la guardia y a mantener los cuidados necesarios dentro y fuera del hogar, de modo que los cambios climáticos representen los menores riesgos posibles para la salud”, concluye Hélida Silva, Directora de Asuntos Médicos para Latinoamérica en Siemens Healthineers. 

Fuente: Clínica Mayo

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