La separación del estudio ambiental en dos y la venta a terceros de una parte del agua obtenida de su futura planta desaladora. Esas son las dos opciones que por estos días analizan los gestores del proyecto minero de cobre, oro y molibdeno por US$3.700 millones que encabeza NuevaUnión y que desarrollan Teck y Goldcorp (Newmont).
En una reunión efectuada en marzo, la empresa comunicó a la directora Regional (S) del Servicio de Evaluación Ambiental de la Región de Atacama que se estaría evaluando dividir la tramitación ambiental de la iniciativa mediante la presentación de dos Estudios de Impacto Ambiental (EIA).
Fuentes cercanas a NuevaUnión comentaron que dichas decisiones se tomarían en los próximos meses y que la idea sería dejar el proyecto minero en un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y la planta desaladora, en otro. No obstante, el inicio de ambas tramitaciones se realizaría de forma conjunta a fines de este año. Lo anterior, con el objetivo de dar mayor agilidad a la obtención de la Resolución de Impacto Ambiental del proyecto.
Estas definiciones se están adoptando justo cuando la Coordinadora por la Vida del Valle del Huasco ha manifestado su rechazo al proyecto, criticando el apoyo público de distintas autoridades a Nueva Unión.
“La empresa se jacta de haber trabajado con un supuesto Consejo de la Sociedad Civil con 120 personas naturales, pero es imprescindible informar y aclarar que la cuenca tiene más de 77.000 habitantes, quienes, la gran mayoría, no quiere más megaminería”, señaló la agrupación, añadiendo que la iniciativa no cuenta con la licencia social para iniciar el proceso de construcción.
La Tercera / Pulso