Fue hace unos años cuando científicos estadounidenses descubrieron, en una localidad boliviana llamada Sur Lípez, restos de una bolsa que daban evidencia de cuáles eran las plantas especiales que usaban los pueblos originarios para sus rituales. Luego de un análisis, se descubrió que los indígenas de antaño consumían algunas especies en diversas formas.
Fue el lunes 6 de mayo cuando la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS) divulgó el estudio de un recipiente que tendría 1.000 años de antigüedad, la cual estaba en una zona conocida como la cueva del “Chileno”, la cual era habitada por la cultura Tihuanaco (Incas de las Montañas que vivieron hace 1.600 años aprox).
El estudio de esta bolsa, que habría pertenecido a una persona experta en rituales, reflejó que por esos años los indígenas ya sabían elaborar ayahuasca, un líquido psicotrópico creado en Sudamérica.
Esto se deduce porque se detectaron restos de harmina y partes del arbusto Psychotria viridis con el alucinógeno DMT, los componentes principales de esta sustancia.
De acuerdo al detalle del diario español El País, también fueron hallados restos de cocaína y benzoilecgonina, debido a que incluso existían restos de hojas de coca y la bufotenina; ambos propios de Sudamérica.
José Capriles, investigador de la Universidad Estatal de Pensilvania, indicó que lo más impactante del hallazgo es que todas estas sustancias no habrían crecido en la zona de Sur Lípez, por lo que los nativos habrían recorrido muchos kilómetros para conseguirlas.
“Casi todas las plantas con las que se elabora la ayahuasca son tropicales y en cualquier caso era necesario recorrer cientos de kilómetros para acceder a ellas”, indicó el científico.
Junto con eso, Capriles aseveró que los productos escogidos para preparar el licor pudieron haber provenido de la cuenca del Orinoco (Venezuela), debido a que podría haber presentado un clima más apropiado para su crecimiento.
“El consumo de estos psicotrópicos nos habla de las grandes redes a las que podían acceder estos individuos. Además del interés del ritual, el consumo de estos productos aportaría prestigio social, sería una señal de la capacidad de movilizarse a gran distancia o de tener la riqueza y los contactos necesarios para obtener estos productos de origen tan lejano”, indica.
Por su parte el científico español y autor del libro Chamanes, ayahuasca y sanación, Santiago López-Pavillard, indicó al citado medio que los indígenas habrían probado cerca de 80.000 tipos de hierbas antes de llegar al resultado perfecto de la ayahuasca.
“Las personas aprenden las propiedades de las plantas tomándolas y son las propias plantas las que enseñan a los seres humanos sus propiedades y con qué otras plantas pueden ser combinadas. Este es el procedimiento que se sigue en la selva amazónica hoy en día por quienes desean formarse como chamanes o chamanas”, expresó.
Cabe señalar que, hasta ahora, sólo estaría comprobado el uso de estas sustancias para rituales dentro de los pueblos originarios, aunque otras ocupaciones no estarían descartadas.
“Es probable que algunas sustancias se pudiesen consumir de otra manera, no está descartado un uso recreativo”, concluye López-Pavillard.
Fuente: BioBioChile