La empresa Agrícola Campillay, mediante una declaración pública, se refirió al proceso de cierre por el cual comenzará a ejecutarse prontamente y lo que tendría una alta repercusión en las cifras del empleo en la comuna de Alto del Carmen, además de los daños colaterales que implica que una empresa de esta envergadura cese en funciones.
En el documento se indica que paralizará sus actividades desde el día 1 de junio, lo que “afecta alrededor de 600 personas promedio mensual y alrededor de 1400 personas en temporada peak en las distintas actividades que desarrolla la empresa durante todo el año”.
Se precisa además que “desde el año 2015 la empresa se encuentra sometida a la ley 20.720 de insolvencia y reemprendimiento, en el cual se sometió al procedimiento concursal de reorganización de sus pasivos con el objetivo de cumplir con sus compromisos con los acreedores a través del negocio y mantener esta importante fuente laboral en la provincia del Huasco.”
Se agrega que las nuevas exigencias del mercado internacional requieren de una inversión mayor, a lo que se suma los duros golpes sufridos con los eventos climáticos de los años 2015 y 2017, los que “gatillaron pérdidas económicas significativas del punto de vista productivo y de superficie plantada, que generan en las condiciones actuales la imposibilidad de continuar”.
Finalizan el comunicado mencionando que “Como empresa y familia Campillay realizamos los mayores esfuerzos para mantener este negocio agrícola en la provincia del Huasco, y lamentamos profundamente la perdida de esta importante fuente laboral, que sin duda golpea transversalmente a las cuatro comunas que componen la provincia y a todos los colaboradores que provienen de otras partes del país que en los meses desde junio hasta abril de cada año consideraban esta empresa su fuente laboral”.
Respecto de este delicado tema, Lina Arrieta, presidenta de APECO, comentó que este anuncio de cierre de Agrícola Campillay es una luz de alerta al mundo de la agricultura no solo en la provincia del Huasco, sino a nivel regional:
Por su parte, Daniel Llorente, presidente de la Corproa, manifestó su preocupación y calificó el hecho como un hito tremendamente doloroso y triste para la agricultura en el Valle del Huasco:
Llorente señaló que lamentaba el próximo cierre de la empresa Agrícola Campillay, sobre todo por sus trabajadores y sus propietarios: “estos son golpes muy duros de sobrellevar, considerando que las empresas no mueren de un día para otro”
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