Por Carlos Leal Varas, Seremi del Trabajo y Previsión Social
Entender la inclusión no sólo es asociarla a factores de discapacidad o sociales, sino que también para efectos de oportunidades flexibles e igualitarias para todos quienes deseen insertarse en el mundo laboral. Nuestros jóvenes han sido eco indirecto de una falta de inclusión por muchos años, debido a estancar sus oportunidades de trabajar y estudiar por un sistema muchas veces oblicuo y limitantemente estructurado.
Debido a esta mirada, nuestro Presidente Sebastián Piñera ha estado atento en poder cubrir focos débiles como la carencia de mecanismos que permitan generar que nuestros jóvenes puedan estudiar y en paralelo trabajar con una flexibilidad de horario acorde a su contexto. Por esto, la nueva jornada parcial alternativa para estudiantes trabajadores, iniciativa impulsada con un compromiso consensuado como Gobierno, beneficiará a más de dos millones de jóvenes entre 18 y 24 años, quienes tendrán la posibilidad de compatibilizar sus estudios con un trabajo formal.
Es dato no menor, que en comparación a los países OCDE, Chile está en el grupo de países con peor inclusión laboral de jóvenes menores de 24 años. Respecto al promedio de la OCDE, nuestro país tiene menor tasa de participación laboral juvenil, mayor tasa de desempleo juvenil, menor tasa de ocupación y de las mayores brechas entre la tasa de desempleo de jóvenes y del total de la población.
Estos antecedentes nos motivan a generar acciones de cambio en pos de una inclusión laboral real y práctica, donde se espera que con esta ley se incentive el trabajo a edad temprana y que este trabajo sea formal, es decir cuente con un contrato de trabajo y su respectiva seguridad social, lo que entre otras cosas permitirá contar con experiencia laboral y también elevar las pensiones futuras e incrementar la empleabilidad de los jóvenes una vez que finalicen sus estudios.
Trabajamos para que nuestros jóvenes que estudian puedan trabajar sin perder sus beneficios sociales. Conservar su beca de estudios y además acceder a un trabajo regularizado, permite una generación a su vez más empoderada y autónoma en los ingresos que ellos mismos puedan generar. La realidad en el presente es que un joven tiene tres veces más dificultad de encontrar un trabajo, considerando que un 85,5% de los jóvenes entre 18 y 24 años no participa en el mercado laboral principalmente por razones de estudio. Por otra parte, un 34% de los jóvenes que pertenecen a la fuerza laboral, declara que no asiste a un establecimiento educacional debido a su trabajo.
El desarrollo del Chile que queremos se construye desde políticas públicas igualitarias e inclusivas que sirvan funcionalmente para todos. Queremos una sociedad de líderes y que quienes deseen trabajar y estudiar con todo el esfuerzo y compromiso que eso conlleva, sea de la mano de un respaldo que como Gobierno estamos empoderados a proporcionar.
