Impactados y con una profunda desazón quedó una familia cuando recibió la noticia que su casa en Caldera había sido víctima de un robo.
La impresión fue mayor cuando al llegar a la casa habitación pudieron evidenciar que la casa completa había desvalijada.
Así lo narró Carlos Enríquez Ramírez, profesor retirado, señalando que junto a su esposa tienen una casa de verano en Caldera, en el sector centro, cerca del terminal de buses, por muchos años, y donde son muy conocidos en el lugar, por lo cual una vecina los llamó para preguntarles si se estaban cambiado.
El afectado mencionó que sospechan que las personas que cometieron el robo se deben haber quedado varios días, ya que habría sido imposible llevarse todo de una sola vez, ya que poco a poco fueron equipando la casa, para poder recibir a los hijos y nietos, pero el robo fue a tanta intensidad que se llevaron hasta las ampolletas y las escobas.
Carlos Enríquez indicó que desde el año 1981 que habita esa casa en los veranos y otros momentos del año e hizo un llamado a la comunidad de Caldera a evitar comprar elementos robados:
