Un momento muy emotivo vivió el pasado fin de semana la joven británica Gemma Copeland (30) junto a su marido Shane en un zoológico en Viena, Austria, cuando tuvo que detener su paseo para poder amamantar a su hijo de tres meses, Jasper.
Mientras la familia caminaba por los pasillos, entremedio de los exóticos animales, la madre se dio cuenta que el menor estaba hambriento por lo que se detuvo junto al recinto de los orangutanes para sentarse y poder amamantar al pequeño.
A los pocos segundos de que la madre se acomodara junto al cristal que protegía a los visitantes de los mamíferos, un orangután hembra, identificada como Sol, se les acercó mirándolos intensamente.
Lo que sorprendió a Copeland, y que la dejó al borde de las lágrimas, fue que el animal no solo acompañó a la madre cuando alimentaba a Jasper, sino que además comenzó a poner su mano junto al vidrio y a intentar besarlos.
Todo quedó registrado en un video que fue compartido por la europea en sus redes sociales, junto a la descripción del momento que describió como “el más irreal de su vida, dejándola en lágrimas”.
“Me miró directamente a los ojos y luego levantó la mano como si fuera a tocar a mi hijo. La forma en que la orangután reaccionó me dejó sin aliento, se sentó conmigo durante media hora, siguió acariciando el cristal y se acostó a mi lado como si me estuviera protegiendo”, relató Copeland.
La madre aseguró al medio británico The Sun que después del emocionante momento se enteró que Sol había dado a luz hace poco tiempo a una cría que había nacido muerta. “Podemos ser una especie diferente, pero la lactancia materna nos conectó en un momento único en la vida que permanecerá conmigo para siempre”, finalizó.
Fuente: emol