Este jueves 30 de enero se vivió en el Santuario de La Candelaria el día dedicado a orar por los migrantes. En la novena, el P. Jaime Pizarro, administrador diocesano, dijo que “a veces vemos en los migrantes un montón de peligros y los culpamos de muchos males, o nos cuesta aceptar sus costumbres y tradiciones”.
Denunció que sufren atropellos a su dignidad en el ámbito laboral, social, incluso eclesial. Destacó que, en cuanto a la fe, los extranjeros son personas más religiosas y con mejor formación. “Nos podemos enriquecer con su cultura y al mismo tiempo, tenemos mucho que ofrecerles”.
La misa de la tarde comenzó con una procesión de ciudadanos de distintas nacionalidades, con sus banderas. En la homilía, el P. Jaime subrayó la responsabilidad en la acogida “de nuestros hermanos y hermanas que vienen a nuestra patria buscando mayor dignidad para sus vidas”. Sin embargo, explicó que esta acogida “no es para que se fundan y desaparezcan. Ellos tienen que expresar su cultura con libertad y respeto. Van a aprender de nosotros muchas cosas buenas, y nosotros de ellos”.
En el ofertorio se llevó al altar una canasta con frutas, un carné de identidad, junto al pan y al vino.
Por la tarde comenzó la entrada de pueblo, que es la llegada al Santuario, de los bailes que participarán de la fiesta el fin de semana. En la oportunidad se dio la bienvenida a los bailes locales. Al atardecer de este viernes 31 será la entrada de pueblo de las agrupaciones provenientes de otras diócesis.