En medio de la pandemia del coronavirus, el presidente Donald Trump anunció el miércoles 1 de abril una vasta operación antidrogas con, en la mira, Nicolás Maduro. Estados Unidos inculpó al dirigente venezolano por “narcoterrorismo” y ofrece 15 millones de dólares de recompensa para detenerlo.
Trump asegura que busca impedir que los carteles de la droga aprovechen la pandemia para aumentar el flujo de droga hacia Estados Unidos con la colaboración del chavismo. Para ello, la Casa Blanca anunció que se estaban desplegando en la región caribeña más destructores de la Marina, barcos de combate y aviones y helicópteros de vigilancia, que se suman a las patrullas de la Guardia Costera de Estados Unidos ya desplegadas en la zona.
¿Qué está buscando la Casa Blanca? ¿Más presión psicológica o se trata de las premisas de un uso de la fuerza militar en Venezuela?
“Honestamente no creo que esto sea el preámbulo de una acción bélica, de una intervención militar por parte de Estados Unidos”, explica a RFI Phil Gunson, es analista del International Crisis Group, consultoría sobre prevención y resolución de conflictos armado, basado en Caracas.
“Este despliegue de buques de la armada ya estaba programado. Creo que lo que están haciendo es aprovechar para mandar un mensaje a Maduro. Falta ver todavía cómo lo va a interpretar, si piensa que lo van a invadir en cualquier momento o se trata de otro bluf. Hay indicios por el lado del gobierno que sí se lo están tomando en serio, pero en el fondo se trata más bien de un ruido de sables”, estima.
El mensaje de Estados Unidos puede resultar confuso. Mientras se escuchan ruidos de sables, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, con horas de diferencia, anunciaba la semana pasada un “marco para una transición democrática pacífica” en Venezuela, por el cual tanto Maduro como Juan Guaidó, reconocido como presidente por Washington, se harían a un lado, a cambio de levantar sanciones gradualmente.
Esto parece una inflexión en el firme discurso estadounidense hacia Venezuela. Así las cosas, es difícil entender la coherencia entre el discurso beligerante de un lado y el tono diplomático del otro.
“Creo que no hay ninguna coherencia en la política norteamericana en este momento. Lo que veo es, por un lado, un Departamento de Estado que está trabajando de una manera bastante consecuente un plan, sea bueno o malo, y del otro lado otras agencias, departamentos, la misma Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional, el Pentágono y el Departamento de Justicia que intervienen en el asunto con efectos contradictorios”, apunta Gunson.
Entretanto, Maduro anunció este viernes que movilizará “piezas de artillería” como defensa ante supuestos planes para generar “acciones armadas” en el país caribeño con financiamiento de Estados Unidos y Colombia.
Fuente: Biobio.cl
