La semana pasada, un menor de cuatro años murió en el Hospital Clínico UC, en medio de un trasplante de médula para su hermana que tiene leucemia. Su familia acusó al recinto de negligencia en el proceso, por lo que hoy piden justicia para León.
El pequeño fue internado en el centro hospitalario, perteneciente a la Red de Salud UC CHRISTUS, para realizarse un trasplante de médula ósea -también conocido como trasplante de células madre- para su hermana, quien padece una leucemia que ha entrado y salido de su vida en más de una ocasión.
Reynaldo Carvajal, el padre del menor, señaló a BioBioChile que Keomara, su hija de 13 años, fue diagnosticada con la enfermedad cuando tenía 6, por lo que ahí empezó un tratamiento para recuperarse. Un estado que finalmente alcanzó, pero que se complicó este año.
A modo de celebración, en febrero pasado la familia viajó a Argentina, ya que la menor siempre soñó con conocer otro país y volar en avión. Sin embargo, estando en el país vecino, volvieron los síntomas de la enfermedad, por lo que la niña fue internada y sometida a exámenes. El veredicto fue demoledor: el cáncer había vuelto y asomó un defecto en el ADN de la médula.
La respuesta al problema complejizó aún más la situación y la cubrió con un velo de incertidumbre. “La quimioterapia no va servir, el cáncer va a volver y más agresivo”, les dijeron, por lo que la solución sería un trasplante.
De vuelta en Chile, cuyo procesó significó un traslado en avión ambulancia y que pudieron costear con aportes, se develaron los pasos a seguir. Se aplicó aplicó un examen a su hijo mayor y menor -León- para ver el nivel de compatibilidad de las células madre con las de Keomara.
Los resultados mostraron un 100% de compatibilidad del pequeño León, por lo que la semana pasada fue internado para llevar a cabo el procedimiento y convertirse en el superhéroe de su hermana.
“Nos aseguraron que León no corría ningún riesgo”
“Nos dijeron que era un procedimiento muy simple, sin riesgo”, señaló Reynaldo, quien detalló que el proceso comenzó con una vacuna que estimularía su sistema inmunológico y así desarrollar mayor cantidad de células madre.
Una vez en el Hospital Clínico UC, el pasado miércoles 3 de junio, León recibió el catéter que permitiría la extracción.
“Nos aseguraron que León no corría ningún riesgo, que el riesgo siempre era para la persona que recibía el trasplante, que era mi hija”, afirmó el padre, agregando que el jueves en la mañana comenzaron los indicios de que algo no estaba bien, ya que el menor presentó algunas molestias.
En el instante en que fue conectado a la máquina que realiza la “cosecha”, como es denominado entre los profesionales de la salud, ésta dejó de funcionar. Reynaldo afirmó que una funcionaria acudió a revisar lo ocurrido, manipulando el catéter sin ninguna preocupación.
“Lo hizo, a juicio de nosotros, sin tener autorización, ni la expertiz necesaria”, sostuvo.
Luego de ello, León comenzó a gritar de dolor, según Reynaldo, por lo que fue anestesiado. No obstante, ello le provocó un paro cardiorrespiratorio. El menor logró ser estabilizado pero el episodio desencadenó una serie de eventos desafortunados.
El procedimiento se realizó por segunda vez, obteniendo los mismos resultados. Sin embargo, pese a que al parecer había un error que impedía completar la extracción de células, se realizó una tercera y cuarta vez.
Al cuarto intento, Reynaldo relató que León se puso pálido y empezó a convulsionar. “La emergencia se transformó en un circo, habían dos personas reanimando a mi hijo, haciéndole masajes cardíacos por casi 40 minutos, pero habían 10 a 12 personas mirando el espectáculo, cómo mi hijo perdía la vida, sin hacer nada”, expresó.
En medio de esos instantes de terror para la familia, un equipo de cirugía entró a la sala exclamando que el niño debía ser trasladado a pabellón. Mientras era preparado, el padre de León contó que el menor fue destapado y pudieron observar que tenía el estómago hinchado.
“Él tenía la guatita como una embarazada y el doctor me dijo ‘al parecer tenemos una hemorragia interna”. Tras ingresar a cirugía y al cabo de unos minutos, el médico les contó que la arteria de León había sido perforada y estaba en estado grave.
Luego de una tensa espera, mientras el personal médico trabajaba para salvar la vida del pequeño, el médico les entregó la devastadora noticia: León, su pequeño hijo, había muerto.
“El certificado de defunción dice que falleció de un choque anafiláltico -reacción alérgica severa- producto de una hemorragia interna. Al poner el catéter se perforó su arteria y mi hijo se desangró por cuatro horas, y el choque duró dos horas, tuvieron casi 6 horas para darse cuenta de que mi hijo tenía un problema”, comentó Reynaldo.
Hospital Clínico UC responde
En conversación con BioBioChile, el director del Hospital Clínico UC, Dr. Ricardo Rabagliati, explicó que el procedimiento es realizado con “habitualidad” en el centro asistencial, por lo tanto, no se explican qué pudo desencadenar la muerte de León.
Al igual como sostuvo Reynaldo, Rabagliati afirmó que durante el proceso León sufrió un paro cardíaco y que, pese a las maniobras de reanimación, no pudo ser salvado. Eso sí, distinto a lo expuesto por el padre del menor, el director del recinto sostuvo que aún no pueden sacar conclusiones y que, en el fondo, en la intervención se presentó “una complicación totalmente inesperada”.
En ese sentido, indicó que han tenido reuniones con ambos padres para asegurarles que estudiarán el caso y así exponerles un panorama amplio de los acontecimientos.
Junto con ello, expresó que “nos tiene consternados como organización, porque es una situación sumamente dolorosa, entendemos lo que la familia está viviendo. Desde el mismo día nos hemos comunicado con ellos para expresarles nuestra solidaridad y empatía ante el dolor”.
Asimismo, aseguró que es la “primera vez que nos ocurre (un fallecimiento), en todos los años de experiencia que hemos tenido en la atención de pacientes de este tipo”.
Finalmente, respecto al estado de Keomara, Rabagliati confirmó que el trasplante de médula pudo concretarse, pero que aún es muy pronto para saber cómo reaccionará su cuerpo a las células.
El futuro, la culpa y el duelo no vivido
La pandemia de Covid-19 ha complicado aún más el duro proceso que ha vivido la familia tras la muerte del pequeño León, luego de su ingreso a la clínica.
Según sostuvo Reynaldo, el menor sólo pudo ser velado durante 24 horas y los cercanos que acudieron a acompañarlos, tuvieron que tomar turnos para evitar aglomeraciones. Pese a ello, afirmó que fue un “lindo velorio” y que incluso llegó Ironman, uno de los tantos superhéroes que admiraba el pequeño.
En el cementerio, la situación fue similar. León pudo ser acompañado por una cantidad menor a la que habrían deseado. Aún así, señaló que también fue un proceso bonito.
“En el cementerio fue despedido por sus héroes, fueron varias personas que se disfrazaron, pero por el Covid, las personas que podían ir era muy limitada, expresó.
“Fue directo a la tumba, no pudimos hacerle una misa antes, no pudimos orar por él. Y en el funeral tuvimos que salir arrancando luego, porque iban a llegar los fallecidos por Covid y el procedimiento dice que todos deben abandonar”, añadió.
Lo anterior, indicó, no les ha permitido vivir un luto adecuado, ya que desde que León fue sepultado, no ha podido regresar al cementerio. “Yo no puedo ir a ver a mi hijo hasta 15 días después, tengo que esperar dos semanas para ir a ver la tumba de mi hijo, eso me tiene muy mal”, afirmó.
Por otro lado, detalló que las células madre que lograron ser extraídas fueron suficientes para Keomara, aunque desconocen cuál será el desenlace de ese trasplante.
“Mi hijo murió siendo el superhéroe. Su sangre era tan buena que la cantidad de células que alcanzaron a sacar fueron suficientes, pero no sabemos cómo será ese resultado porque recibió la dosis mínima, no máxima, no sabemos cómo irá a terminar esto”, comentó.
Por lo mismo, relató que debido a la muerte de León, no han podido celebrar el traspaso de las células a la menor y que todo lo ocurrido los tiene bastante afectados. “No sé si el día de mañana voy a tener que enterrar a mi hija también, no sabemos eso y fe ya no me queda, porque teniendo fe mi hijo fue asesinado, entonces ¿qué me queda como papá?”.
“Mi hija está destrozada, piensa que por su culpa su hermano murió, me dice ‘si yo no hubiera nacido, mi hermano estaría vivo’. Mi hijo mayor se culpa de por qué no fue 100% compatible, mi familia se está desmoronando, yo me culpo, mi esposa se culpa”, añadió.
Los gastos: pagar por la negligencia de otra persona
La cuenta de los gastos que incurrieron para el procedimiento realizado a León y la hospitalización de Keomara es otra de sus preocupaciones. Si bien Reynaldo sabe que no será barato, lo que más teme es saber que tendrá que pagar aunque su hijo falleciera.
“Tengo un terror horrible cuando me llegue esa cuenta, no por el número, sino porque voy a tener que pagar por el asesinato de mi hijo, por la negligencia de otra persona”, sostuvo. Por ello, explicó que están rifando su vehículo para hacer frente -en parte- a la deuda.
Pese a los momentos difíciles que han tenido que pasar, han recibido un enorme apoyo en redes sociales. Previo a la muerte de León, Reynaldo y su esposa crearon un grupo de Facebook para narrar el proceso médico de Keomara. Hoy, el sitio es un espacio de apoyo y motivación para la familia, así como el caso de ella y su hermano.
Incluso, este viernes, el hashtag #justiciaparaleon alcanzó los temas más comentados -Trending Topic- en Twitter, inundando la red social de mensajes de esperanza ante el duro momento que viven, como una bengala en un cielo nocturno.
El proceso en adelante no será fácil, pero esperan que se haga justicia, por lo que están en conversaciones con abogados interesados en su caso y analizando el curso de acción a seguir.
A continuación puedes ver los datos de transferencia para la familia de León:
Reynaldo Carvajal Guiñez
RUT: 16.561.302-3
Cuenta Vista – Banco BCI
N° 92981682
Correo: reinaldocarvajalguinez@gmail.com
Fuente: BioBioChile