Jorge Davo, gerente regional Soluciones Mineras América del Sur, BASF.
La minería es parte esencial de la actividad económica del país. Sin embargo, la industria enfrenta hoy desafiantes retos, como lo son la continua disminución de las leyes y la volatilidad del mercado de metales. A eso se sumó este año la pandemia del Covid-19, que ha exigido tener que mantener la productividad, siguiendo los protocolos de seguridad, muchas veces con menos colaboradores. La minería chilena ha sabido adaptarse al nuevo escenario y mantenerse en pie, demostrando la resiliencia del sector.
Dicen que las crisis son una oportunidad, que en momentos difíciles aumenta la atención y surge la innovación. En este caso así ha sido. La transformación digital se ha acelerado a pasos agigantados, las capacitaciones y seminarios a distancia hoy son una realidad mucho más frecuente que hace unos meses. En pocos días tuvimos que adecuarnos a una nueva manera de trabajar y relacionarnos, en síntesis, ver cómo, pese a la distancia física impuesta por las circunstancias, se puede seguir cerca y disponibles para nuestros clientes.
El salto cuantitativo que ha tenido el uso de tecnología en los últimos meses, también se ha plasmado en la minería. El Digital Mining, concepto que se viene desarrollando desde hace algunos años, está recibiendo un fuerte impulso con la pandemia. Hoy el uso de inteligencia artificial en la minería no solo es una realidad, sino que cada vez más, una necesidad.
Las soluciones de inteligencia artificial para el procesamiento de minerales proporcionan optimización remota y personalizada en toda la cadena de valor, permitiendo que las operaciones mineras sean más eficientes, sostenibles y seguras. El potencial que puede tener una mina inteligente en la precisión y eficiencia de funciones de control de procesos puede mejorar significativamente los resultados, simplificando y desestresando la toma de decisiones operativas.
En un difícil escenario de restricciones económicas y operativas, las innovaciones de proceso, en soluciones químicas, el enfoque en sustentabilidad y la aceleración de la transformación digital son avances que sin duda traerán beneficios a corto y largo plazo. Confío en que este camino de digitalización no solo permitirá mantener el liderazgo de la actividad minera del país, sino que además será un excelente aporte a la sustentabilidad de la industria.