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Temporada escolar: El incierto escenario en el retail y las nuevas tendencias a las que han debido adaptarse

Con tímidas y tardías activaciones -en comparación a campañas anteriores-, el comercio inició la temporada de cara al regreso a clases, pero el entusiasmo de la gente por las compras escolares está lejos de ser lo de otros años, siendo la pandemia apuntada como la responsable.

Si bien el Gobierno informó del retorno a clases presenciales a partir del 1 de marzo -dependiendo de las condiciones sanitarias del momento-, lo cierto es que las dudas de que aquello se concrete en medio del rebrote de coronavirus ha gatillado que las personas pospongan las compras de útiles y uniformes, o simplemente hayan decidido reutilizar lo adquirido el año pasado, lo que solo sirvió para rellenar los armarios, ya que las aulas online fueron las protagonistas.

De hecho, varios colegios ya han anunciado una mayor “flexibilidad” en cuanto a uniformes, sumado a llamados a reutilizar los útiles que no fueron usados el año pasado, lo que se traduce en una menor necesidad de consumo.

Y desde el retail entienden que la situación para ellos es compleja. En un mundo donde el covid-19 no existiera, la temporada escolar, cuentan actores del sector, debiese tomar fuerza desde la primera semana de enero hasta la primera quincena de marzo. Sin embargo, el general de las tiendas recién comenzó a montar, incluso algunas aún no lo han hecho, y los tradicionales espacios que ocupaban pisos completos de centros comerciales se han encogido radicalmente.
Por su puesto lo anterior viene aparejado de una escasez en las ventas. Fuentes ligadas a grandes cadenas del retail nacional registran caídas superiores al 90% en algunos segmentos como vestuario y calzado escolar respecto a la misma fecha del año pasado, y aunque sus apuestas apuntan a marzo para ver un eventual repunte, entienden que el nivel no estará lejos de lo que era una temporada “normal”.

Asimismo, señalan que, dentro de las reuniones de presupuesto, el escolar ha sido un tema obligado, afirmando que para la temporada 2022 -la cual ya debe iniciar su planificación- se disminuirá la cantidad de recursos destinados a ese departamento. Pues claro, la incertidumbre de cómo evolucionará el mercado, más el stock que sobre debido a las bajas ventas, no dejan demasiado espacio de maniobra. Tampoco descartan que, en caso de anotar altos excedentes de productos -sobre todo de importados- a final de la temporada, surjan problemas de almacenaje.

“Las ventas de artículos escolares tradicionales durante enero y febrero se han visto afectadas dadas las mayores restricciones de movilidad junto a una menor necesidad de compra, ya que muchos establecimientos han favorecido la reutilización de material que no fue usado el año pasado, junto al anuncio de una mayor flexibilidad en el uso de uniformes”, comentó a Emol Bernardita Silva, gerenta de estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC).

A ello, continuó, “se suma que muchos consumidores, que se encuentran con sus ingresos mermados, están a la espera de ver qué sucede antes de comprar. A su vez, la modalidad virtual ha cambiado las preferencias por las distintas categorías, por ejemplo, menos cuadernos, mochilas y loncheras, y más productos de tecnología como tablets y computadores”.

Para Marcel Goic, director del Centro de Estudios del Retail (Ceret) de la U. de Chile, la temporada escolar 2021 será “bastante peor que la del 2020”, ya que el año pasado las expectativas apuntaban “a un año escolar relativamente normal, por lo que las ventas no se vieron afectadas de manera significativa”, teniendo en cuenta que el coronavirus aterrizó en el país a inicios de marzo y las medidas restrictivas comenzaron un par de semanas después.

Dicho eso, para esta temporada, Goic sostuvo que la industria ha venido barajando dos principales escenarios, “uno, en que la demanda por artículos escolares se vea muy deteriorada, y otro es que la demanda se postergue y se distribuya en el tiempo”. De todas formas, señaló que la situación impacta de forma distinta a cada operador del retail, lo que depende “de la amplitud del surtido de la firma”.

“En un extremo tenemos supermercadistas, en que las ventas de productos escolares están en el orden de magnitud de otros eventos estacionales y, por tanto, no resulta tan crítico. En el otro lado del espectro tenemos retailers de especialidad, como las librerías, para quienes la temporada escolar tiene una incidencia importante en determinar los resultados del año”, dijo.

Librerías y listas de útiles

En esa línea, voces vinculadas a algunas de las principales librerías del país, afirman que la temporada escolar es uno de los sucesos más importantes del año para el sector, por lo que el actual contexto significa un duro golpe, y han intentado adaptarse.

Un jefe de tienda de una tradicional cadena de librerías, quien solicitó mantener su nombre bajo reserva, explicó que, en años anteriores, y durante los primeros días de enero, los locales estaban repletos de libros de textos escolares, sin embargo, en esta temporada no ha llegado ninguno. “Solo estamos entregando retiros en tiendas de compras por internet”, dijo, recalcando que “los libros no llegarán a los locales físicos”.

Aunque destacó que la pandemia “ha potenciado un montón las ventas por internet”, afirmó que el volumen de ventas dista bastante de lo que eran estas fechas. Además, expuso que las mismas editoriales les han informado que estarían editando menos textos escolares. “El stock que tiene actualmente la tienda virtual es menos de la mitad de lo que recibíamos en años pasados”, subrayó.

Por su parte, Macarena Soto, jefa comercial de Dimeiggs, comentó a este mismo medio que “para nosotros, gran parte del negocio es la campaña escolar, las listas escolares, entonces la situación que hoy estamos viviendo es muy diferente a la que vivíamos años atrás. Vemos que la campaña escolar está muy tímida, la gente no está armando listas escolares. Hay mucha incertidumbre”.
A su vez, indicó que también ha habido cambios en las listas de útiles que solicitan los colegios. “En ese sentido tenemos tres escenarios: colegios que pidieron lo mismo que todos los años, que son los menos, otros que pidieron muchísimo menos material que años anteriores, y algunos que no pidieron material”.

“Entonces, lo que pensamos es que en esta campaña escolar la curva no va a tener un peak tan fuerte como siempre, sino que se va a aplanar un poco. Vamos a tener campaña escolar por lo menos hasta el mes de abril, con mucha compra chica pero todo el año. A estas fechas nuestros locales estaban llenos, y ahora hay poca venta”, agregó, mientras que el canal online “no ha explotado como nosotros esperábamos (…). Pensamos que desde la segunda quincena de febrero en adelante esto podría tener un repunte”.

Por otro lado, desde Falabella Retail, prevén que en medio de la incertidumbre producto de la pandemia, “es esperable que la demanda de artículos escolares se concentre en marzo, así como también exista un alza en ciertas categorías como buzos, poleras, polerones (tanto para el colegio como para uso en casa), computadores, escritorios, tablets, impresoras y otros artículos online”.
Desde Tottus, en tanto, llamaron a “reutilizar los uniformes y artículos escolares que en 2020 no se usaron”, añadiendo que idearon esta vez una campaña de escolares “pensada en las distintas realidades que tendrá el inicio de clases”.

demás, expusieron que desde el segundo semestre de 2020 “vimos un repunte en esta categoría y su demanda ha ido aumentando desde entonces”.
Incluso, manifestaron que “nuestra proyección es que la venta de productos de esta categoría -impulsada por las compras en nuestros canales digitales- aumente en dos dígitos respecto a 2020, año en que la campaña de escolares se vio afectada por los efectos del estallido social y el inicio de la pandemia”.

Las nuevas tendencias

Sobre el futuro del segmento escolar en el retail, y los cambios permanentes que puedan ocurrir tras la pandemia, Goic, del Ceret, comentó que aquello va a depender de “cómo las comunidades educativas cambien sus modelos educaciones. Mi impresión es que esta pandemia nos ha mostrado que es posible hacer cambios importantes en cómo se enseña en todos los niveles, pero esos cambios se van a demorar en permear en las formas de enseñanza. De esta forma, esperaría cambios moderados, pero que se consoliden en un par de años”.

De todas formas, aseguró que para los próximos meses “esta categoría aparece como una apuesta con bastante incertidumbre”, agregando que aquellos actores que tenga la “flexibilidad” probablemente opten por reducir esfuerzos presupuestarios en esa área. Y, “si hay inventarios comprometidos, podríamos ver esfuerzos promocionales para moverlos”.

Mientras que Soto, de Dimeiggs, comentó que “anteriormente las listas y los papás se preparaban para los útiles del colegio, y hoy día los papás también se tienen que preocupar del colegio y de la casa. Deben tener materiales disponibles en la casa. Hemos visto algunas tendencias de que están solicitando también materiales de protección como alcohol gel y mascarillas”.

“También es impresionante el crecimiento de las resmas de papel con todo el boom de la clase online. Pasamos de las guías a todo impreso en las casas”, acotó. Asimismo, apuntó que una de las categorías que “más crece” dice relación con la demanda por tecnología, “y hemos dado foco a eso. Hoy día tenemos un importante surtido de impresoras, tintas de todas las marcas, audífonos, mouse y todo para apoyar a estas clases online”.

Fuente: Emol.com

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