Según el Misterio de Educación, en la región 1.235 alumnos de 4° medio han perdido más de 500 horas producto de la falta de actividades presenciales.
Pese a que poco a poco los establecimientos educacionales del país están reabriendo sus puertas para que sus estudiantes continúen con las actividades presenciales, esta mañana el Seremi de Educación de Atacama, Silvia Álvarez Matthews, mostró su preocupación por los estudiantes de Liceos Técnico profesionales (TP) de la región, uno de los sectores más afectados por la suspensión de clases presenciales a causa del Covid-19.
De acuerdo a Mineduc, más de 150 mil estudiantes de esta modalidad educativa se han visto afectados por la pérdida de horas prácticas, particularmente aquellos de los 409 liceos TP del país que no han reanudado clases presenciales desde marzo de 2020. A este último grupo pertenecen 1.235 alumnos de 4° medio de la región, quienes han perdido un 61% de sus horas prácticas (561), lo que supone un tercio de la formación necesaria para su especialidad.
La seremi calificó esta situación como “dramática” por lo que hizo un llamado a que los establecimientos reabran sus puertas. “La pandemia nos ha llevado a una situación crítica en cuanto a la pérdida de los aprendizajes, por lo que tenemos que hacer todos los esfuerzos para recuperarlos cuanto antes y en la medida que las condiciones sanitarias lo permitan, es importante que los sostenedores hagan los esfuerzos necesarios para que los estudiantes vuelvan a la presencialidad, son ellos los principales sostenedores de la educación pública y es fundamental que aseguren el derecho de los alumnos a la educación”.
En la región de Atacama, donde el área Minera es un sector económico relevante, los estudiantes técnicos están perdiendo la posibilidad de adquirir mejores habilidades en especialidades relacionadas con el área Metalmecánica como Construcciones Metálicas, que necesariamente requieren un trabajo presencial para desarrollar las competencias en soldadura, que deben realizarse con el equipamiento adecuado, los elementos de protección personal de seguridad (EPP) requeridos y la supervisión de un profesor específico de esta formación.
En el presente año escolar más de dos mil 600 alumnos de 3° y 4° medio de la región y más de 74 mil a nivel nacional acumulan 123 horas prácticas perdidas para su formación específica.