Un impuesto corporativo mínimo global generaría alrededor de US$150 mil millones en ingresos adicionales para los estados de todo el mundo, según Pascal Saint-Amans, director del centro de política fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y quien supervisa las frenéticas conversaciones para lograr un acuerdo entre 139 países en las próximas semanas.
“Esta no es una cantidad anecdótica”, dijo Saint-Amans en el canal BFM Business. “De alguna manera, este es el final del trabajo sobre la regulación de la globalización para una mayor justicia fiscal”.
Después de siete años de trabajo técnico en una revisión de la tributación internacional, los negociadores de la OCDE se reunirán en París el 30 de junio con el objetivo de hacer una propuesta antes de una reunión del Grupo de los 20 (G20) países industrializados en julio. Eso sigue al acuerdo alcanzado entre el Grupo de los Siete (G7) para establecer un piso en las tasas de impuestos corporativos de “al menos el 15%” en lugar del promedio actual del 6% al 7%.
La estimación de US$150 mil millones de Saint-Aman tiene en cuenta el acuerdo de la OCDE sobre el impuesto mínimo, así como una versión revisada de las medidas estadounidenses existentes sobre gravar las ganancias extranjeras conocidas como GILTI.
Junto a las negociaciones sobre una tasa mínima global, la institución también está trabajando en un sistema para dividir entre los gobiernos los derechos de gravar a las multinacionales, en particular a las empresas de tecnología. El G7 propuso aplicar nuevas reglas a las empresas “más grandes y rentables”, pero eso ha generado preocupaciones de que Amazon.Com Inc. no se incluiría debido a sus escasos márgenes.
Saint-Amans indicó que esas preocupaciones son un “debate falso”, porque la OCDE planea segmentar su maniobra para aislar las operaciones de servicios en la nube de alto margen del minorista en línea.
“El borrador del acuerdo prevé que las ganancias de la nube serían parte de la solución y se repartirían entre los estados”, sostuvo el representante de la OCDE.
Agregó que el impulso político para evitar que las empresas acumulen ganancias en paraísos fiscales y la necesidad de que los gobiernos repare las finanzas después de la pandemia significan que es posible un acuerdo con el G20.
“Ya es un mes en el que hemos dormido poco y las próximas dos semanas serán muy importantes”, explicó y resaltó que “el sentido común es difícil para la comunidad internacional, pero creo que podemos lograrlo”.
Fuente: Emol.com