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Segundas Fiestas Patrias en pandemia: Qué pasó el año pasado con los contagios y qué lecciones se pueden sacar

Hace un año atrás, ad portas de las celebraciones de Fiestas Patrias, la situación epidemiológica en Chile era muy distinta a la de ahora. Aunque el país venía saliendo de la “primera ola” –que se dejó sentir con fuerza en los meses de mayo, junio y julio–, en septiembre de 2020 se seguían reportando más de mil casos diarios de covid-19, muchas de las comunas permanecían en cuarentena y no había población vacunada.

En esa ocasión, el Gobierno decidió implementar el plan “Fondéate en casa”, que permitía reuniones familiares en domicilios particulares a partir de la fase 2 (transición), pero con aforos reducidos (un máximo de 5 invitados en espacios cerrados y 10 en el exterior). Quienes residían en comunas en fase 2 debían solicitar un permiso especial, que se podía usar solo uno de los tres días del fin de semana largo y por 6 horas. Además, el toque de queda se adelantó a las 21:00 horas y los viajes interregionales estaban prohibidos, instalándose cordones sanitarios. Adicionalmente, se aconsejó a la población anotar el nombre de todos los asistentes a las reuniones sociales, para facilitar la trazabilidad en caso de contagios.

En un principio, también se había anunciado un permiso especial para los habitantes de las comunas en cuarentena, pero luego el Ejecutivo retrocedió, tras cuestionamientos de algunos intendentes y expertos.

¿Qué pasó con los contagios esa vez? Durante el fin de semana de Fiestas Patrias había en el país alrededor de 1.600 casos diarios de covid-19 (1.673 reportados el 18 de septiembre, 1.848 el 19 de septiembre y 1.600 el 20 de septiembre).

Catorce días después de las celebraciones (periodo estimado de incubación del virus), los nuevos contagios no habían registrado alzas (1.708 casos el 4 de octubre, 1.567 el 5 de octubre y 1.554 el 6 de octubre). A mediados de octubre éstos incluso habían disminuido (1.122 el 15 de octubre), y el día del Plebiscito –el 25 de octubre– se informaban 1.540, menos que para el 18 de septiembre.
Si bien meses después, durante el verano, Chile enfrentó una nueva ola de contagios, no se constató un aumento de los casos en las semanas posteriores a las Fiestas Patrias.
De hecho, el ministro de Salud, Enrique Paris, hizo una positiva evaluación de la situación epidemiológica en el territorio dos semanas después de las celebraciones. “La evaluación del Fondéate en casa, con respecto a lo que ocurrió en las Fiestas Patrias, dio buenos resultados. No hemos visto un aumento de casos activos en la RM y en otras regiones, también ha habido una disminución importante de casos activos”, comentó en esa oportunidad.

“Ejercicio de responsabilidad”

Actualmente, la situación epidemiológica en el país es mucho mejor. Se están reportando menos de mil casos diarios –en los dos últimos días menos de 400–, el 85% de la población objetivo esta vacunada con esquema completo y no hay ninguna comuna en cuarentena.

Por lo mismo, hay muchas menos restricciones que el año pasado en esta fecha: Están permitidas las reuniones en domicilios particulares (con hasta 40 personas con pase de movilidad en fase 4), se puede viajar dentro del país, el toque de queda parte a la medianoche en todas las regiones e incluso están autorizadas las fondas, aunque con limitaciones de aforo.

Con todo, qué lecciones se pueden sacar de lo ocurrido el año pasado. ¿Cómo debieran afrontarse las celebraciones de este año, en que las normas sanitarias son mucho menos restrictivas?

El profesor Gabriel Cavada, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, señala a Emol que la situación de este año y el anterior “no son comparables”, ya que “el año pasado no teníamos ninguna perspectiva de control, salvo las medidas sanitarias”.

El académico afirma que, ante el escenario de este año, en que hay menos limitaciones de parte de la autoridad, la clave debiera ser la responsabilidad individual en mantener las medidas de autocuidado. “A eso hay que apelar; que no haya restricciones hay que tomarlo, desde el punto de vista de la ciudadanía, con mucha responsabilidad y, por lo tanto, no significa un desbande; ése es el llamado fundamental, lo que esperaríamos como comportamiento ciudadano es la prudencia, que las medidas de autocuidado no se relajen”, señala.

En esa línea, afirma que es importante “que se respeten los aforos, que los organizadores de los eventos sean tremendamente estrictos en pedir el pase de movilidad, que tengamos un ejercicio de responsabilidad“. “En la medida que se respete la asistencia con el pase de movilidad y no se relajen las medidas de autociudado, nosotros deberíamos mantener el número de contagios a la baja”, señala.

Advierte que –”más allá de la variante Delta”– “lo peligroso que tienen estas celebraciones es fundamentalmente la ingesta alcohólica, porque desinhibe, en término de querer compartir las cosas, compartir el trago, por ejemplo”. A eso se suma que “cuando hay música –esto es muy interesante– la gente tiende a gritar para comunicarse, y al hablar en voz alta también tenemos transmisión de micro gotículas; entonces es importante que si no estás comiendo uses tu mascarilla bien puesta”.

De todas formas, afirma que “si se pueden evitar estos festejos tan masivos, yo más bien llamaría a evitarlo; si puedes evitar la exposición para qué te vas a exponer”, sobre todo cuando se trata de niños, adultos mayores y personas inmunodeprimidas.

Respecto de las proyecciones de la pandemia en el país, señala que “lo que observamos es que la curva epidémica va sistemáticamente a la baja y esperamos de todo corazón que no hubiera un cambio de tendencia al respecto”. “Hay voces que creen que, posterior a las Fiestas Patrias, vamos a tener un recrudecimiento de la epidemia. Si eso ocurre, esperaríamos que fuera bastante menor, por el efecto de la vacuna y este retroceso que ha tenido la epidemia”, señala.

Fuente: emol

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