En detalle, el año recién pasado, se registró en la SES un promedio de 338 requerimientos mensuales y un peak de 587, que se produjo en marzo debido a los problemas asociados al inicio del año académico.
La Superintendencia de Educación Superior (SES) publicó ayer martes un último balance sobre los reclamos y denuncias registradas en 2021, contra las distintas casas de estudio a nivel nacional. En esa línea, se informó que el año recién pasado hubo menos requerimientos que en 2020, lo que se atribuye al retorno a las clases presenciales.
En detalle, en 2020 la plataforma digital de Atención Ciudadana de la SES, recibió un total de 4.148 reclamos, mientras que en 2021 ingresaron 4.056, marcando una baja de 2,2% respecto al año anterior, con un promedio de 338 requerimientos mensuales y un peak de 587, que se produjo durante marzo debido a los problemas asociados al inicio del año académico.
La presencialidad sería una de las razones que explica la caída en el número de reclamos y denuncias presentadas contra las casas de estudios en los últimos 12 meses. Pues, aseguran que el 70% de las presentaciones que ingresaron a la Superintendencia de Educación Superior, tienen relación directa con aquellas materias que más se han visto afectadas producto de la pandemia y los cambios que significó la necesidad de adaptar el servicio educativo a modalidades a distancia.
A su vez, los reclamos y denuncias al interior del sistema fueron a la baja en los últimos meses del 2021. Sin embargo, la situación particular de las universidades llamó la atención a la SES, ya que hubo un alza de 10% respecto a 2020. Esto significó que el subsector que agrupa al 57,4% de la matrícula del país, llegó a concentrar el 60,5% de las presentaciones realizadas durante el año pasado a nivel nacional.
En tanto, según se señaló en el balance de la SES, el área técnico profesional, se vio favorecida con el retorno a clases presenciales que adoptaron sus casas de estudios. Así lo confirman los institutos profesionales que mejoraron sus resultados, bajando su participación de un 41,3% del total de casos recibidos a nivel nacional en 2020 a 31,56% durante el año pasado. Mientras que, los centros de formación técnica mantuvieron su participación en un 7,8%.
En conclusión, el superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, señaló a Emol que los resultados “sin duda coincide con que, a partir de agosto del año pasado, las instituciones de educación superior comenzaron a retomar las actividades presenciales, en base a una situación sanitaria más controlada y a que el nivel de vacunación entre los estudiantes del sector supera el 95% de cobertura”.
“De acuerdo a las últimas cifras del plan de fiscalización que estamos aplicando a todo el sistema, a fines de 2021 prácticamente la mitad de los estudiantes de educación superior asistió, al menos una vez a la semana, a clases presenciales a sus instituciones, lo que indudablemente destrabó varios conflictos que se habían instalado en los distintos planteles académicos producto de actividades pendientes, fundamentalmente aquellos programas de naturaleza más prácticas”, enfatizó.
Principales reclamos
En cuanto a las distintas razones que generaron los reclamos y denuncias recibidas durante 2021, la SES dio cuentas que, si bien los requerimientos por situaciones asociadas a problemas académicos siguen liderando el ranking, su participación bajó del 42,6% de los casos totales de 2020 a un 35,6% de los correspondientes al año pasado.
Los reclamos por razones administrativas pasaron del tercer al segundo lugar, producto de un alza de más de 11 puntos porcentuales, al pasar de 22,7% a 33,5% del total de las presentaciones en 2021. Por su parte, los requerimientos por motivos asociados a problemas de financiamiento bajaron del segundo al tercer lugar, al concentrar el 23,3% de los casos del año pasado, tres puntos porcentuales menos que en 2020.
Además, los reclamos recibidos en la clasificación calidad del servicio educativo, que en 2020 fue la principal materia de conflictividad en el sistema de educación superior, con el 20,6% de las presentaciones que ese año recibió la SES, en 2021 bajó en un 50%, por lo que concentró el 10,6% del total de los casos del año y cayó al tercer lugar del ranking de las materias más reclamadas.
La temática que lideró los reclamos durante 2021 fue aquella relacionada con resoluciones académicas, que incluye problemas como la eliminación de cursos, suspensiones académicas, condicionamientos, cambios arbitrarios en las condiciones de evaluaciones, entre otros. Esta materia concentró el 15,8% del total de los reclamos, seguida por los plazos excesivos de tramitación, que acumuló el 11% de los casos del año.
Recibimiento a los reclamos
En cuanto a la resolución de los conflictos que se producen al interior del sistema de educación superior, los resultados de 2021 dan cuenta que seis de cada diez casos gestionados por la SES terminaron con un resultado favorable para el reclamante, lo cual equivale al 57,1% de los casos.
Lo anterior y acorde con la institución, permitió reforzar un aspecto que se viene conversando desde 2020 con las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica, “en vista de que muchos de los casos que ingresaron a esta superintendencia podrían haberse resuelto fácilmente al interior de las propias instituciones, lo que muestra que aún existen importantes espacios de mejora en los canales internos de información, comunicación y manejo de estos conflictos en algunas instituciones”.
Con respecto a los reclamos que no derivaron en algún resultado, el superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, explicó que “diversos reclamos no cuentan con los fundamentos necesarios para perseverar en el caso, por lo que se desestiman o no son materias de competencia de la SES, ante lo cual se derivan a los servicios que correspondan, como sucede habitualmente con las materias asociadas a la entrega de beneficios del Estado”.
No obstante, desde la SES aseguran que “la sistematización de los reclamos y denuncias es una muy buena herramienta para recoger información relevante sobre la realidad de cada institución y del sistema en general, y que a esta superintendencia le ha permitido orientar su rol fiscalizador, normativo y proponer mejoras y orientaciones a las instituciones para contribuir a la autorregulación de éstas”.
Fuente: Emol.com