Emplazada en el Valle del Huasco, a 35 km del Océano Pacífico, esta bodega recoge el espíritu de su fundador Daniel Llorente Viñales, quien vio en estas tierras su anhelo de producir vino, más allá de sus actividades agrícolas y ganaderas, aprovechando la riqueza de su geografía y su enorme diversidad.
Tras el fallecimiento de su padre en 2010, la siguiente generación resolvió dar curso a este sueño, comenzando un largo proceso que hace su estreno con una producción inicial de 28.000 litros de Pinot Noir, Chardonnay, Rosé y mezclas tintas: Petit Verdot, Cabernet Sauvignon, Carménère, Syrah y Grenache.
A los pies del desierto más árido del planeta, en la comuna de Vallenar, provincia de Huasco, nació viña Buena Esperanza (www.buenaesperanza.cl), un anhelo largamente madurado por sus propietarios: el matrimonio de Daniel Llorente Viñales y Mai-Nié Chang Cabrera. No se trata de solo un proyecto, es el sueño compartido de crear una pequeña bodega de vinos Premium que lograse generar una actividad vitivinícola en este valle que los vio nacer y desarrollarse.
“Queremos ser la inspiración para otros empresarios agrícolas para que seamos varios productores en la zona y, todos juntos, formemos parte de una atractiva ruta en este valle encantador, donde el terroir, el clima y su geografía entregan al vino notas especiales y únicas que despiertan los secretos guardados de esta desértica y, a la vez, abundante zona de Chile,” enfatizó Llorente.
Las primeras añadas, y como parte del plan, se vinificaron en las bodegas de Tololo, ex Viña Tamaya, lugar base del enólogo de este proyecto, José Pablo Martin.
En el 2020, disponiendo ya de la infraestructura necesaria, el procesamiento de los primeros tintos se realizó en la bodega de Buena Esperanza, que finalmente dio el nombre a la viña. Al año siguiente salen al mercado las primeras etiquetas locales del Valle del Huasco.
Actualmente, Buena Esperanza cuenta con una producción de aproximadamente 28.000 litros de vino por año, siendo el máximo proyectado de 60.000 litros.
En el primer semestre de 2022, Viña Buena Esperanza registra con su marca y está comercializando cinco etiquetas de su producción: Pinot Noir 2020, Chardonnay 2020, Chardonnay 2020 Gran Reserva, Mezcla tinta 2020 y Rosé 2021.
La venta y distribución se realiza en la tienda de la bodega de la viña, a través del sitio www.buenaesperanza.cl, un punto de venta en la ciudad de Vallenar y dos tiendas en la ciudad de Santiago: La Cava del Barrio y en Vinos Naturales de Ernesto Ernesto Jaeger. Además, sus vinos están en la carta de tres restaurantes de las regiones de Atacama y Coquimbo.
Sus orígenes
Don Daniel Llorente González, padre de Llorente Viñales, se estableció en el Valle del Huasco en 1952. En la década de los 80 adquirió un predio denominado: “Parcela 29”, en la Hacienda Buena Esperanza, comuna de Vallenar, tierra que pertenecía a los ex potreros El Prado.
“Mi padre estableció una lechería, cultivó uva Italia para vender a destilerías pisqueras −siendo cooperados de Capel hasta la actualidad− plantó olivos y fundó una planta de aceite. En todo el proceso, siempre trabajé junto a él”, cuenta el propietario de la bodega.
Agrega que “luego de su partida, en 2010, he continuado con algunas de estas actividades y decidí, además, destinar hectáreas para iniciar nuestra Viña Buena Esperanza”.
Fue en 2017 cuando Llorente Viñales establece un campo de 54 hectáreas cultivables, destinando 12 de ellas para plantaciones de olivos y cuatro para parrones de uva Italia, iniciando así el anhelo de hacer vino en el Valle del Huasco. Junto a su mujer y sus tres hijos, poco tardaría en plantar las primeras hectáreas de Chardonnay y Pinot Noir. El año 2018 fue el turno de otras variedades tintas: Petit Verdot, Cabernet Sauvignon, Carménère, Syrah y Grenache.
Paralelamente, se iniciaba la adecuación de las antiguas instalaciones del campo, convirtiendo el granero de pasto en una planta de aceite de oliva extra virgen y la bodega de equipos y herramientas en bodega de vinos, las oficinas en laboratorio y sala de ventas. El 2020 arribaban los primeros estanques de Italia y las primeras herramientas para el vino.
Terroir y clima
El Valle del rio Huasco presenta 12 series o tipos de suelo, cada una con características muy particulares de retención de humedad, fertilidad y profundidad.
Los suelos del Valle del Huasco se encuentran principalmente en dos posiciones: en el pie de monte y en las terrazas aluviales (altas y bajas).
Los viñedos de Buena Esperanza se ubican en la terraza aluvial alta, sus suelos tienen textura superficial arcillo calcáreo, con bastante presencia de piedras rodadas de origen aluvial, con una profundidad de 60 centímetros, para entrar en una zona de carbonatos de calcio mezclada con rocas redondeadas especiales para el cultivo de uvas de alta calidad.
La Región de Atacama, el Valle del Huasco (28° 30′ Lat. Sur) presenta una radiación incidente mayor en comparación a las zonas productores de uvas viníferas en el país, es decir tenemos una mayor cantidad de luz.
Sin embargo, el clima no es homogéneo en él, distinguiéndose desde el interior hasta la costa, a lo menos cinco grandes distritos agroclimáticos característicos, los que van aumentando sus temperaturas en la medida que se avanza desde el mar a cordillera.
Buena Esperanza, está a 35 Km del Océano Pacifico, se encuentra entonces en el segundo distrito climático y va de Oeste a Este desde la localidad de Maitencillo hasta Chañar Blanco.