En una publicación para sus 1,9 millones de seguidores de Instagram, la intérprete de 84 años dijo que tiene linfoma no Hodgkin.
La actriz Jane Fonda ha revelado que le han diagnosticado cáncer y está recibiendo quimioterapia.
En una publicación para sus 1,9 millones de seguidores de Instagram, la intérprete de 84 años dijo que tiene linfoma no Hodgkin.
Fonda lo describió como “un cáncer muy tratable… así que me siento muy afortunada”.
El ícono de Hollywood usó su publicación para resaltar el estado de la atención médica en EE.UU. y dijo que continuará con su activismo climático.
Escribió que se sentía “afortunada porque tengo seguro médico y acceso a los mejores médicos y tratamientos.
“Me doy cuenta, y es doloroso, que soy una privilegiada en esto”.
Pero, ¿qué es el linfoma no Hodgkin?
El linfoma
Existe una clase de cáncer de la sangre que está en aumento y que es el más común entre los adultos: el linfoma.
Existen tres grandes grupos de cáncer de sangre: leucemia, mieloma y linfoma.
Este último, a la vez, se divide en dos tipos principales: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.
Se llama así porque en 1832 fue descubierto por el patólogo británico Thomas Hodgkin (1798-1866) tras analizar a varias personas con síntomas de un cáncer que afectaba los ganglios linfáticos.
En un principio se llamó “enfermedad de Hodgkin” pero a fines del siglo XX cambió de nombre a “linfoma de Hodgkin”.
Según explica la Asociación de Leucemia y Linfoma de Estados Unidos, esto sucedió porque las investigaciones posteriores revelaron que la enfermedad es una consecuencia de una lesión en el ADN de un linfocito que es un tipo de glóbulo blanco, los responsables de defendernos frente a las infecciones.
El cambio en el linfocito lo convierte en una célula de linfoma. Estas se amontonan y forman masas de células, que son tumores, y suelen agruparse en los ganglios linfáticos o en otras partes del cuerpo.
Linfoma de Hodgkin y no Hodgkin
El linfoma de Hodgkin se propaga de manera ordenada de un grupo de ganglios linfáticos a otros, mientras que el linfoma no Hodgkin se disemina a través del sistema linfático de una manera desordenada, explica el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU.
En todo el mundo, más de 70.000 personas son diagnosticadas con la enfermedad cada año.
Estos números, respaldados por el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), muestran que el linfoma es la enfermedad oncológica de la sangre más común entre los adultos.
Cómo detectarlo
Los síntomas incluyen inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en la parte del cuerpo donde comienza a crecer el linfoma.
Las áreas comunes en donde se pueden palpar los ganglios linfáticos con los dedos son la ingle, la axila, el cuello, detrás de los oídos y la parte posterior de la cabeza. Pero también hay ganglios linfáticos en otras zonas del cuerpo como el tórax y el abdomen.
Además de la inflamación en los ganglios, los síntomas de un linfoma pueden ser similares a los de otras enfermedades, como la gripe e incluso la covid-19.
Entre ellos están la fiebre, sudores nocturnos, cansancio, tos, picazón y pérdida de peso.
¿Se puede tratar y curar?
El linfoma de Hodgkin es uno de los tipos de cáncer más curables. Hasta el momento no se conocen la causa de la mayoría de los casos.
Tampoco es posible prevenirlo y no se puede contraer de otra persona. Por lo general se diagnostica entre 20 y 40 años de edad y vuelve a ser más común otra vez después de los 60 años.
Mientras tanto, el linfoma no Hodgkin, al haber muchos tipos, el tratamiento depende de las características.
“Felizmente, casi todos los linfomas tienen tratamiento. Hay muy pocos que no se pueden tratar (?) pero lamentablemente no se puede prevenir porque es algo espontáneo”, explica la doctora Carla Casulo.
“Se trata de una enfermedad un poquito complicada porque hay diferentes linfomas y algunos son agresivos y otros son completamente indolentes”, dice .
Por eso, ante la sospecha de que algo anda mal en el cuerpo, la recomendación de siempre es una consulta al médico.
Fuente: T13