Luego del contundente triunfo del Rechazo, el titular de Hacienda enseguida acusó recibo del mensaje, cambiando el ritmo de las reformas estructurales, saliendo a poner calma a los inversionistas e, incluso, anunciando un cambio de gabinete.
Tras los resultados del Plebiscito, La Moneda fue la primera en abrir una suerte de nueva etapa para subsanar lo que para muchos fue una dura derrota para la administración del Presidente Gabriel Boric, abierto partidario del Apruebo.
Así, el Mandatario fijó la noche del 4 de septiembre la urgencia de impulsar una estrategia política distinta. Más diálogo, nuevos itinerarios, arribos y pasos al costado fueron parte del nuevo enfoque.
Uno de los primeros en entender este punto de inflexión fue el ministro de Hacienda, Mario Marcel, un economista respetado transversalmente, y destacado por su gestión liderando el autónomo Banco Central en medio de la crisis gatillada por la pandemia, quien asumió con la tarea de hacer calzar la amplitud de demandas del programa de Gobierno con la realidad financiera del país.
Desde que se convirtió en jefe de las finanzas públicas, Marcel ha tenido que impulsar diversos proyectos, marcados por mayor gasto estatal en infraestructura, salud, pensiones, educación, y financiados principalmente con un nuevo sistema tributario. Para concretarlos, se ha abocado en construir consensos en un Congreso ideológicamente dividido, en el cual el propio Ejecutivo no cuenta con las mayorías necesarias.
Pese a ser reconocido por tener un perfil más bien bajo y un historial anti confrontacional, sí ha protagonizado leves desencuentros, como con el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, respecto al manejo de la política exterior del país, a lo que se suman los roces con la ministra Vocera de Gobierno, Camila Vallejo, luego de que esta emplazara al Banco Central a tomar medidas para frenar el alza del dólar, que en ese entonces tocó los $1.000.
Con todo, muchos piensan que el economista ha tomado un rol de “cortafuegos” para calmar los ánimos por algunas declaraciones controvertidas de personeros del Gobierno en cuanto al devenir económico, siempre con un sello de calma, considerando el expediente de pragmatismo y moderación de Marcel, aspectos claves en su fichaje para la cartera de Hacienda.
Nuevo tono
Actitud que se ha hecho más evidente aún tras el triunfo del Rechazo, adoptando enseguida por un nuevo tono y apertura al mayo diálogo en cuanto a reformas estructurales, poniendo especial atención en la necesidad de atraer mayor inversión al país en medio de pobres proyecciones, y un panorama económico desalentador.
De hecho, una vez conocidos los cómputos del referéndum, fue el primero en el Ejecutivo en dar señales políticas claras y de cambios en el ritmo de las reformas. “El trabajo de administrar, gobernar y de impulsar las reformas por supuesto no será igual ahora que de la manera que lo leíamos antes del Plebiscito”, dijo. Un día más tarde, Marcel realizó un particular anuncio: fue él quien confirmó públicamente el cambio de gabinete que se concretó producto de la contundente derrota del Apruebo.
Rápidamente la agenda económica comenzó a tomar una renovada forma, con la presentación de un plan pro inversión, fruto de las tratativas con el sector empresarial, con más de 25 líneas de trabajo que apuntan directamente a dinamizar y destrabar con celeridad el impulso externo. Asimismo, Marcel fue el encargado de dar a conocer la batería de indicaciones con las que se busca perfeccionar la reforma tributaria -y revertir las críticas que ha suscitado-.
Jorge Navarrete, abogado y columnista, señaló a Emol que tras el referéndum, “fueron casi inmediatas las señales del ministro de Hacienda en cuanto a revisar la profundidad y alcance de las reformas planteadas por el Gobierno; tanto en lo que se refiere a la tributaria, como las de pensiones y salud, que aún se discuten internamente”.
“Si sumamos a eso el plan de inversión y recuperación económica, más el inédito hecho de que Marcel haya anunciado el cambio de gabinete, estamos frente a una paradójica realidad: el triunfo del Rechazo, y la derrota del Gobierno, terminó dándole al titular de Hacienda mayores niveles de autonomía y libertad”, añadió.
A este respecto, Robert Funk, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, comentó a EmolTV que Marcel es uno de los ministros con “la responsabilidad de tratar de explicarle al mundo, y en particular al mundo empresarial e inversionista, que Chile sigue teniendo instituciones sólidas, que sigue siendo un país donde se puede invertir”.
En lo más reciente, las pistas para reactivar la economía chilena se han gestado en Nueva York, luego de que el Presidente Gabriel Boric convocara a Marcel para integrar la delegación que lo acompaña en su viaje. Esta es la segunda visita a Estados Unidos del jefe de la billetera fiscal en menos de tres meses con motivo de promover la inversión extranjera en Chile, y uno de los temas que han marcado sus discursos dice relación con la ratificación del TPP-11, una iniciativa que causa especial resquemor en una de las coaliciones oficialistas: Apruebo Dignidad.
Desde Estados Unidos aseguró que si el proyecto va a votación en Sala, el Gobierno “no va a entorpecer ese proceso”, y recalcando que “el mundo ha cambiado mucho desde que se negoció este tratado y creo que es muy importante verlo en el contexto actual”.
Por otro lado, el ministro de Hacienda también resaltó la “estabilidad” y gestión macroeconómica que se le ha reconocido a Chile en los últimos 30 años tras la cita con el titular del Banco Mundial, David Malpass. Marcando así, indirectamente, distancia de los recientes dichos del eembajador de Chile en España, Javier Velasco, quien deslizó en un foro que para llegar al estallido social “se requirieron 30 años de políticas que profundizaron la disigualdad”.
Sobre esto, Isabel Plá, socia directora de la consultora Punto Equality, indicó que el titular de Hacienda “se ha distinguido de la mayor parte del gabinete por su experiencia, por un manejo político y sus competencias técnicas, que contrastan con las señales inexpertas y las declaraciones algo impulsivas de otros ministros”.
Desde su perspectiva, una de las señales políticas importantes post Plebiscito en su cartera fue la apertura frente al TTP-11. Junto con ello, enfatizó en los discursos que ha dado esta semana en el marco de las reuniones que ha tenido en Estados Unidos, “marcando la seriedad histórica de Chile, reconociendo que la incertidumbre es un factor clave para la economía y, por tanto, transmitiendo un mensaje de mayor tranquilidad”.
En esa línea, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, declaró que “se ha fortalecido, sin duda, la figura de Marcel. En tiempos en que debe predominar el diálogo, los acuerdos, su rol adquiere mayor protagonismo. Ha transmitido al interior del Gobierno la urgencia por ser fiscalmente responsables, fortalecer la inversión y avanzar en la reforma tributaria y de pensiones a través de consensos”.
No obstante, expresó que “no es un camino fácil para Marcel atraer inversionistas. A pesar de que la incertidumbre se ha reducido, es aún elevada”, y advierte que “los mensajes para recuperar la confianza serán estériles si no damos señales contundentes que apunten a dar seguridad a los inversionistas y compromiso con la integración financiera y comercial”.
Para Pablo Eguiguren, director de políticas públicas de LyD, “si La Moneda ajusta su estrategia, probablemente el ministro Marcel tomará mayor preponderancia. Pero eso hay que verlo reflejado en hechos concretos, ya que las posiciones más moderadas que encarna Marcel chocan con el ala más izquierdista del Gobierno”.
Triada Marcel – Tohá – Uriarte
La recientemente asumida ministra del Interior, Carolina Tohá, y el titular de Teatinos 120 tienen una larga relación, y han trabajado en al menos tres ocasiones juntos. De hecho, según ha trascendido, habría sido el propio Marcel quien venía abogando desde hace tiempo con el Presidente Boric para incorporarla al comité político.
¿El objetivo? tener una contraparte afín con su visión para lograr una mayor sintonía entre el equipo político y económico.
El diagnóstico compartido entre los ministros es que los temas claves a fortalecer en este momento son la seguridad y la inversión. Incluso, se podría interpretar como una primera señal de entendimiento entre ambos las declaraciones de Tohá, cuando a pocos días de llegar a La Moneda indicó que el Gobierno iba a poner en votación el TPP-11.
Y a esto se suma el desembarco de Ana Lya Uriarte en la Secretaría General de la Presidencia, un cargo clave para las negociaciones con el Congreso.
A juicio de Navarrete, la llegada de Tohá y Uriarte “fortalece su posición al incorporar a dos aliadas centrales: Tohá, quien además de los temas de seguridad, ha asumido el rol de jefe de gabinete, generando una mayor coordinación en la acción del Gobierno; y Uriarte, quien tiene la misión de armonizar y acordar con la oposición los cambios que se pretenden implementar”.
“Ambas tienen una mayor afinidad política, histórica y generacional con el ministro de Hacienda; y, especialmente con Tohá, los une además una amistad de varias décadas“, apuntó.
Por su parte, Eguiguren afirmó que “Tohá y Uriarte debieran ser un apoyo al ministro de Hacienda, tienen oficio y conocen el Estado. El país agradecería un triunfo de la moderación por sobre las ideas refundacionales”.
Fuente: Emol