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“Llegaba hasta sin dormir”: Monserrat Álvarez confesó haber conducido programa en estado de ebriedad

Este jueves, Monserrat Álvarez aseguró en el programa Socios de la Parrilla que condujo uno de sus programas de TVN en estado de ebriedad. La periodista fue la nueva invitada al programa, en donde compartió diferentes aspectos de su vida personal y profesional.

En medio de una distendida conversación con Francisco Saavedra, Jorge Zabaleta y Pedro Ruminot, Álvarez comentaba su gusto por las fiestas y las reuniones sociales.

“A mí me gusta carretear”, comenzó diciendo. “De hecho, cuando hacía el noticiero de 6:30 a 8, carreteaba mucho más que ahora porque era solo una hora al aire”, confesó entonces.

De acuerdo a la periodista, habían casos donde “aguantaba, llegaba hasta sin dormir”, en eso, tras darse una leve pausa, dijo: “Una vez conduje Estado Nacional en estado de ebriedad”.

En eso, las personas en el set comenzaron a celebrar su osadía, a lo que la comunicadora, más que reír de ese momento, admitió que “fue terrible”.

“Me acuerdo perfecto del invitado que tenía, la ropa que llevaba, me acuerdo de todo”, en eso, afirmó que el invitado de entonces se trató del político y empresario Edmundo Pérez Yoma.

“Fui una fiesta donde servían champaña. Inicialmente decía que no puedo tomar, porque los programas eran los domingo en la mañana (…) Tenía una copita de champaña, venía el mozo y la llenaba, y no me di cuenta de cuanto tomé”, admitió.

De todas formas, la comunicadora reconoció que no fue consciente de su estado hasta que llegó a su hogar dispuesta a descansar. “De angustia no dormí nada”, aseguró.

Entonces, partió al programa en vivo, apuntando a cómo no se sintió lúcida en el espacio, aunque de todas formas, quiso camuflar su estado.

“Estaba tan urgida, pensaba ‘me van a echar, me van a echar’, pero entonces anduve más asertiva que nunca”, narró, recordando que incluso después del espacio, su madre la llamó para felicitarla.

Sin embargo, momentos después Monserrat Álvarez afirmó que en la actualidad ya no vive bajo ese ritmo ni ha vuelto a trabajar en estado de ebriedad. “He llegado cansada, desvelada, pero carreteada no me atrevo. Son cinco horas al aire”, cerró.

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