El senador DC califica la salida de Rincón y Walker como una “cuestión sana”. Sin embargo, advierte que si el partido se “derechiza” tras la junta nacional del próximo 12 de noviembre, su militancia quedará en vilo. “Hemos visto sectores del partido que se derechizaron. Eso no adhiere con el ADN DC que tengo yo”, dice.
Tras la renuncia de Ximena Rincón y Matías Walker, la bancada de senadores del Partido Demócrata Cristiano (DC) quedó reducida a tres parlamentarios. Francisco Huenchumilla, uno de ellos, valora “el acto de sinceridad” de aquellos que salieron, pero insiste en que hoy lo clave es buscar un objetivo en común. Hasta que eso no pase, dice, el partido seguirá en crisis.
¿En qué estado se encuentra la DC?
Hoy día parece un barco sin timón, sin objetivos claros. No veo una luz al final del túnel, en el sentido de cuál puede ser una salida a esta crisis. Por eso que muchos se van, otros anuncian otros referentes.
¿Tiene alguna postura definida sobre el futuro de su militancia?
Es muy difícil apartarse de lo que fue su familia, pero a veces llega a un punto en que uno tiene que tomar definiciones. Me parece que de aquí al 12 de noviembre (fecha de la junta nacional) probablemente van a pasar muchas cosas importantes. Uno está condicionado por esos acontecimientos.
Si no comparte el resultado de la junta, ¿es una posibilidad que salga del partido?
No quiero irme del partido, pero puede que exista algún resultado que me deje sin alternativa. Espero que no sea así.
¿Cuál sería ese resultado en su caso?
Así como en el pasado tuvimos grandes crisis, y fue cuando un sector se izquierdizó, hoy día hemos visto sectores del partido que se derechizaron. Eso no adhiere con el ADN democratacristiano que tengo yo. Si el alma más proclive a alianzas con la derecha gana, indudablemente que estoy en un punto en que tengo que tomar definiciones.
De todas formas, pareciera difícil que eso vaya a pasar. Entre los que se han declarado en reflexión, ven difícil que la junta pueda dar un giro en esa línea.
Hay que esperar los acontecimientos. A mí no me gusta hacer futurología respecto de eso.
¿Lamenta la salida de los senadores Rincón y Walker, o a estas alturas es más bien un alivio?
Siempre he visto esto no como un tema personal, sino político. Es sano que estas posturas se sinceren, porque no fue posible llegar a un acuerdo al interior del partido respecto de las distintas visiones que tenemos. Es un sinceramiento que va en la dirección correcta de decirnos qué pensamos cada uno respecto del mundo político.
¿Su salida favorece las relaciones al interior de la bancada y el partido?
Esto es doloroso, después que hemos estado muchos años juntos, pero ya cuando los caminos se distancian o buscar un acuerdo para acercar los caminos no es posible, creo que no hay que seguir con esta tortura permanente, sino que simplemente separar los caminos. Bajo ese punto de vista, es una cuestión sana.
¿En qué pie cree que van a quedar las personas que permanezcan en la DC tras la junta?
Lo importante es que la DC pueda tener una línea respecto de lo que es, un relato que ofrecer a la sociedad en base a las razones por las cuales vino a la vida política. Nunca nos hemos identificado con los sectores más pudientes. A mi juicio, si hoy día hay sectores que se identifican plenamente con el modelo, bueno, esa no es la DC. El partido tiene que tomar una definición y no vivir siempre en un conflicto permanente, porque eso deteriora las relaciones humanas.
Hay varios grupos de centro y centroizquierda que han intentado consolidarse. ¿Cómo analiza este reordenamiento? ¿Ve posible que la DC pueda converger con ellos?
Estos grupos nuevos nacen a consecuencia de que la DC se ha deteriorado en su organización y no ha logrado tener una mirada que le haga cuento a la gente.
¿Qué cree que va a pasar con estos grupos?
Tiene que haber un proceso de consolidación en el tiempo. Veremos qué es lo que va a pasar, en definitiva, con Amarillos, con el supuesto Partido Demócrata. Eso lo dirá el tiempo. Mientras tanto, la DC, sin perjuicio de los otros grupos, tiene que resolver qué es lo que quiere ser. Esa conducción hoy día no la veo. No hay un perfil, por eso en este minuto está todo el mundo tomando sus propias decisiones individuales.
Para construir ese perfil, ¿considera necesario que aquellos sectores que, como dice, se han derechizado, salgan del partido?
Siempre he pensado que debiera haber un momento político en que todos los sectores en pugna pudieran sentarse a la mesa, guardar sus propias banderas y responder a la pregunta si queremos o no salvar a la DC. Lamentablemente, esta instancia no se ha dado. Si no es posible una convergencia de un mínimo común denominador respecto de nuestra mirada del país, es indudable que a lo mejor llegó el momento de tomar una decisión distinta y decir que este matrimonio terminó por deteriorarse y más vale la pena que busque cada uno su destino. Aquí se requiere ver si es posible lograr ese mínimo común denominador, cosa que veo difícil que se logre de aquí a la junta.
¿Considera necesario que se renueve la mesa directiva en su totalidad? Algunos acusan que ha tenido actitudes de intransigencia.
El partido necesita una plataforma de ideas respecto de lo que queremos como partido y una mesa que sea representativa de eso. No basta solamente una mesa en que coloquemos personas de distintos grupos, si todos seguimos pensando distinto. La idea es poder construir una cierta plataforma que represente a la inmensa mayoría de los democratacristianos y tener una mesa que sea representativa de esa plataforma.
¿Le parece que la mesa actual es representativa?
Es una mesa legitimada por la voluntad popular de los militantes. Pero como la política es dinámica, han sucedido muchos hechos que siguen deteriorando el partido. Cuando eso sucede, uno tiene la obligación de tratar de conversar con todos los sectores y buscar los puntos de convergencia. Eso no se ha hecho. Los dirigentes actuales tienen que tener la responsabilidad para, ojalá, tratar de reconducirse entre todos. Y si eso no es así, entonces sinceremos las cosas y que cada uno tome su propio destino de acuerdo a sus ideas.
¿Considera que en la actualidad la DC es un agente relevante?
No es relevante en el acontecer nacional. Mientras más controversias tengamos entre nosotros, el partido se vuelve intrascendente. Si no tenemos un destino, un objetivo, entonces esto es un barco a la deriva. La gente dice: “¿Qué son los democratacristianos?”. No son nada. Ese es el problema que tenemos.
Fuente: La Tercera