El titular de Hacienda criticó duramente el actuar de sus adversarios políticos. Analistas identifican un discurso “divisorio”: “Sí la voluntad del Gobierno es buscar un acuerdo, la comunicación debería ser de otro tipo”.
Ya se conocía el resultado de la Sala. La reforma tributaria -columna vertebral del programa de Gobierno de Gabriel Boric- había sido rechazada por los diputadas y diputados. Entre vítores y aplausos de los parlamentarios de oposición, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, cabizbajo y con evidente molestia, se encerró en la oficina que la Secretaría General de la Presidencia dispone en el Congreso para delinear cuál sería el mensaje al país tras la dura e inesperada derrota legislativa.
En un solo bloque, Chile Vamos y Republicanos, entregaron sus argumentos ante las Cámaras de por qué la reforma propuesta por el Gobierno no debía prosperar. Los minutos pasaban y no habían señales del titular de Hacienda, la idea de dar un único mensaje como frente oficialista se descartó cuando la bancada Socialista tomó la palabra y lamentó lo ocurrido, Mientras los comunistas esperaban su turno para emitir su declaración, apareció Marcel con sus apuntes bajo el brazo, listo para dirigirse a la nación.
Once veces dijo que lo ocurrido en la Cámara Baja fue una “mala noticia” y apuntó a los pensionados, las mujeres, las pymes, la clase media, la inversión, la política como los principales afectados de esta decisión.
“La ideología se impuso sobre el pragmatismo, se impuso sobre el diálogo”, zanjó Marcel.
En ese momento, Marcel se alejó del tecnicismo y el enfoque económico que lo caracteriza y profundizó en críticas políticas, apuntó a la derecha, a los partidos de centro y también a quienes se ausentaron de la votación.
El tono del titular de Hacienda no fue bien recibido por parte de los parlamentarios de oposición. “No me gustaron las declaraciones del ministro Marcel, yo creo que fueron declaraciones muy agresivas con la oposición, porque al final el Gobierno ayer no fue derrotado por la oposición, nosotros advertimos desde el primer día que no aprobaríamos esta reforma sino tenía un cambio de enfoque”, dijo el timonel de la UDI, Javier Macaya en una entrevista en Radio Universo.
Asimismo, a través de una declaración, los once senadores de la bancada de Renovación Nacional, lamentaron las expresiones formuladas por el ministro Mario Marcel, “el titular de Hacienda insiste en justificar una mala reforma y, lo que es peor, se permite dividir a los chilenos en buenos y malos, atribuyéndose superioridad moral en materias que, por su naturaleza, son opinables“.
Pragmatismo, moderación y la construcción de consensos habían marcado el camino de Marcel como jefe de las finanzas públicas. El fracaso de la reforma tributaria dejó entrever otra faceta, que rápidamente fue restablecida. Durante la mañana del jueves, el día después de la pérdida, el titular de Hacienda sostuvo en Radio Concierto que “después de la votación de ayer es evidente que el Gobierno por su propia cuenta no puede resolver estas materias, y requiere que haya disposición de otros sectores para avanzar”.
Por su parte, el Presidente Gabriel Boric respaldó al ministro y aseguró que “ayer no perdió solamente el Gobierno, más allá de que en los análisis del Gobierno va a aparecer: ‘gran derrota del Gobierno o de Mario Marcel’, quienes pierden son los chilenos”.
“Mario Marcel tiene todo mi respeto, hizo un tremendo trabajo”, puntualizó el mandatario.
Complejo escenario
El rechazo de la reforma, sumado al malestar en la oposición, deja en un complejo escenario político al Gobierno, que aún no ha anunciado los pasos a seguir en materia tributaria y que tiene alojada en el Congreso la reforma previsional.
Marco Moreno, analistas político y director de la Facultad de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central apunta a que la estrategia del Gobierno falló por mal “timing”. “Se forzó la votación para después del proceso legislativo y eso hizo que muchos diputados que habían comprometido su voto en enero, luego, después del receso cambiaran de opinión. También, que el tema se haya puesto en tabla cuando se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer”. Esto, sumado al impasse del ministro Ávila con la diputada Delgado.
Sobre las declaraciones emitidas por Marcel y otros actores del Gobierno, advirtió que existe un riesgo. “Cuando tu electoralizas la comunicación, y la conviertes en un fenómeno adversarial, cuando te planteas como Gobierno y a la oposición como adversario, legitimas una lógica electoral, y lo electoral busca dividir a la sociedad en preferencias y eso es lo que hemos estado viendo. Si la voluntad del Gobierno es buscar un acuerdo, la comunicación debería ser de otro tipo, una comunicación gubernamental que busque consensos y de largo plazo”.
Por su parte, Mauricio Morales, cientista político y académico de la Universidad de Talca, opinó que “no hay una autocritica por no haber generado la mayoría y por no haber realizado un trabajo prelegislativo”. Asimismo, dijo que a través del discurso, “el Gobierno decidió trasladarse a octubre del 2019, en pleno estallido social, con conceptos como abuso, los poderosos de siempre, amenazar con que sin reforma no habrá aumento de la Pensión Garantizada Universal y tratar de pasar la responsabilidad a la oposición”.
Para Hugo Lavados, académico y exministro de Economía durante el primer mandato de Michelle Bachelet, “parece que no evaluaron bien la necesidad de consideración que han mostrado los parlamentarios. Decir que se va a profundizar el debate en el Senado fue un error y también faltó ‘hacer cariño’ y convencer a diputados del Partido de la Gente e independientes”.
También advirtió “poca autocrítica y exceso de adjetivos negativos hacia la oposición” y que “no será fácil” el camino legislativo que viene por delante.
Finalmente, el decanado de la Facultad de Economía de la Universidad San Sebastián y exsubsecretario de Hacienda de Sebastián Piñera, Alejandro Weber, indicó que “la declaraciones, repetidas como un guion por múltiples autoridades y parlamentarios, son inaceptables y no le hacen bien al país. Son infantiles y buscan transformar a unos en buenos y otros en malos. Perder una votación es parte de las reglas de la democracia. Para evitar eso, hay que dialogar y llegar a acuerdos, pero el Gobierno nos tiene acostumbrados a no tolerar la divergencia y en forma crónica a echarle la culpa a terceros de sus propios errores”.
Y sobre en qué posición queda el Gobierno para avanzar en materia tributaria y en próximas reformas, Weber dijo que “en lugar de inventar enemigos, tiene que abrirse al dialogo para buscar pactos en beneficio de las personas”. Y en esa línea, dijo que “la reforma de pensiones es una oportunidad”.
Fuente: Emol