La ciencia tenía evidencias de que las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, lo que no lograban entender era el por qué. Al menos hasta ahora, pues un estudio se dedicó de lleno a esta área y finalmente logró identificar el mecanismo de nuestro cuerpo que provoca este fenómeno.
Se trata del consumo del azúcar: las elevaciones de glucosa en nuestra sangre son suficientes para causar la acumulación de una placa amiloide (compuesta por proteínas tóxicas) que se alojan en nuestro cerebro y que sería la causante de desarrollar y acelerar esta enfermedad mental.
¿Cómo llegaron los científicos a esta conclusión?
Detrás de la investigación, está un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, Estados Unidos.
Tras muchas pruebas de intentar conocer la relación entre el azúcar y el Alzheimer, lograron un resultado importante utilizando un modelo de ratón, al que le dieron agua azucarada en lugar de agua regular. Fue ahí que encontraron que las elevaciones de azúcar en la sangre aumentaban la producción de beta-amiloide (proteínas tóxicas) en sus cerebros.
El hallazgo determinó que consumir demasiado azúcar es suficiente para causar la proliferación de estas placas y aumentar considerablemente el riesgo de desarrollar y acelerar el padecimiento de la enfermedad de Alzheimer.
Los científicos aseguraron que el estudio deja grandes antecedentes sobre esta enfermedad mental y que incluso puede conducir a la implementación de nuevos tratamientos. Y es que también pudieron determinar que la manipulación farmacológica puede tener un beneficio terapéutico en la reducción de placas en pacientes diabéticos y con resistencia a la insulina.
Actualmente, más de 55 millones de personas en el mundo tienen demencia, el resultado de varias enfermedades y lesiones que afectan al cerebro y cuya enfermedad gatillante más común es el Alzheimer. Es, además, la séptima causa principal de muerte y una de las principales de discapacidad y dependencia entre los adultos mayores.
Fuente La Tercera
