Por Marcela Neilson Silva, Académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. Central
Los meses fríos son la época de mayor demanda asistencial en las consultas médicas y en los servicios de urgencia infantil por las enfermedades respiratorias que afectan a niños y niñas, lo que actualmente está llevando a colapsar el sistema sanitario chileno.
Los principales agentes que provocan las enfermedades respiratorias infantiles en nuestro país son el Virus Respiratorio Sincicial (VRS), Adenovirus (ADV), Influenza, Parainfluenza, Rinovirus y Metapneumovirus, y también está la bacteria llamada Bordetella pertussis que provoca el coqueluche, estos patógenos se transmiten por “gotitas”, es decir, a través de las secreciones que salen por la vía aérea (boca y nariz) al hablar, toser, estornudar y que pueden entrar en contacto con la piel y mucosas e ingresar directamente a la vía aérea de otro niño/a o quedar suspendidas en el aire por un tiempo breve ya que, generalmente, mueren al estar en contacto con el ambiente. En general, estos microorganismos son de contagio rápido, por lo que no es necesario que los niños y niñas tengan una exposición prolongada al virus o bacteria para enfermarse.
En este escenario se recomienda evitar los lugares con aglomeración de personas, ya que existe una mayor probabilidad de contagio, además es importante ventilar los espacios donde permanecen niñas y niños, al menos, por 30 minutos al día para favorecer el recambio del aire y la salida de los microorganismos hacia el exterior. Otra medida relevante para evitar contagios es realizar un frecuente lavado de manos con agua y jabón, lo que permitirá la eliminación de los virus que pudiesen estar en ellas. Al momento de limpiar las fosas nasales, hágalo con pañuelos desechables, de un solo uso y elimínelos en un basurero con bolsa, además se debe evitar el contacto de las secreciones nasales con los ojos para evitar infecciones oculares y, tal como se enseñó en pandemia, para toser y estornudar, hay que cubrir su nariz y boca con el antebrazo y no con la mano.
Es importante además que si una niña o niño presenta signos respiratorios no debe acudir al colegio ni a lugares públicos, idealmente debe quedarse en el hogar y las/los cuidadores deben ir observando su evolución. La tos es también un mecanismo de defensa del sistema respiratorio, por lo tanto, por sí sola no es un indicador de enfermedad respiratoria.
Considerando la saturación que existe actualmente en los servicios de urgencia que se debe acudir a ellos cuando el niño o niña presente temperatura corporal mayor a 38°C que no responde a tratamiento y que persiste por más de 48 horas, si hay tos con secreciones que se mantiene durante todo el día y/o la noche, y le “suena el pecho”, si las secreciones nasales son purulentas (mocos verdes), o ante dolor de oído, y hay dos signos de mayor gravedad del cuadro y que indican que los niños o niñas deben ser trasladados a la brevedad; cuando hay dificultad respiratoria, es decir, “se le hunden las costillas” o se “abren más las fosas nasales al respirar” y en presencia de cianosis peribucal, cuando aparece una coloración azulada alrededor de la boca.