Según explicó un académico de la Universidad de Concepción, estas especies suelen estar mezcladas con las que son comestibles.
Un joven de 17 años falleció luego de haber consumido hongos silvestres venenosos en la comuna de Hualqui, Región del Biobío.
Según detalló el alcalde, Jorge Constanzo, el adolescente había recolectado hongos para tomar once con su familia. Toda la familia consumió a excepción del hermano menor.
Posteriormente, el joven y sus padres empezaron a sentirse mal y se dieron cuenta que uno de los hongos era venenoso. El adolescente terminó siendo trasladado al Sanatorio Alemán y luego al Hospital Regional de Concepción, donde falleció una falla hepática.
Los dos hongos venenosos que hay en Chile
El académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, Götz Palfner, aseguró en el sitio web de esa casa de estudios que en Chile existen dos tipos de hongos venenosos, que son los que más intoxicaciones causan: la Amanita phalloides y la Amanita gemmata variedad tóxica o simplemente conocida como Amanita tóxica.
Asimismo, precisó que es común que estas especies, introducidas en la década de los 50, estén mezcladas con otras que son comestibles, lo que puede hacer más recurrentes las intoxicaciones.
“Pueden crecer cerca unas de otras, por el hecho de que hoy día, en el caso de nuestra región, solo quedan restos de bosques nativos que están rodeados por plantaciones forestales. Ahí puede ser que las especies tradicionales comestibles y las nuevas tóxicas crezcan en el mismo lugar o muy cercanas una de otra”, explicó.
Por lo mismo, Palfner laseguró que “la regla de oro es abstenerse”. En caso de llegar a ingerir uno de estos hongos, se experimentará dolor de estómago, náuseas, vómitos y diarrea. Si esto llega a ocurrir, el académico llamó a concurrir a un centro asistencial lo más rápido posible.
“Después de eso, la persona se recupera y piensa que con eso ya pasó, pero en el caso de la Amanita phalloides y Amanita tóxica, si permanecen restos en el cuerpo después de esta primera fase, viene una fase asintomática. La toxina sigue funcionando de forma silenciosa, sin provocar molestias”, dijo.
“Después el cuerpo va a reaccionar nuevamente con dolores abdominales fuertes, sobre todo en la zona del hígado, pero a esta altura el daño hepático es tan grave que ya no hay remedio. Se produce una falla hepática fulminante y la única cura es un trasplante de hígado”, sentenció.
Fuente: T13
