Cuando Virus irrumpió en la industria musical a principios de la década de los ’80, sus canciones pasaron a ser el recurso infalible de cada fiesta. Lo que hoy son hit reggaetoneros, “Pronta Entrega”, “Wadu Wadu” o “Luna de miel en la mano” animaban hasta el más deslucido de los eventos.
Y como si el paso del tiempo no fuera inexorable, aquellos himnos siguen, hasta hoy, sonando frescos frente al recuerdo melancólico. Esta semana, la banda new wave liderada por los hermanos Julio y Marcelo Moura y Mario Serra se reencontrará precisamente con aquellos que buscan rememorar los buenos tiempos, pero también con quienes se encandilaron con sus canciones en los nuevos tiempos, lejos de los casetes pero a través de plataformas digitales.
Con más de 40 años de trayectoria, Virus volverá a presentarse “en su segundo país”, como expresó Marcelo Moura, su vocalista tras la muerte del icónico Federico Moura en 1988. Será este sábado en el Teatro La Cúpula, donde repasarán sus más grandes éxitos.
En conversación con Emol, el menor de los Moura comenta sus sensaciones de volver a Chile, el recuerdo de Federico, la clave para mantenerse vigente y su opinión de la nueva camada de músicos argentinos que son sensación en la música hispanohablante.
– ¿Qué sienten al regresar a un país donde cosecharon gran éxito durante los ’80 y donde muchos de sus temas siguen tan vigentes?
“Estamos muy contentos, porque más allá de cosechar éxitos, es nuestro segundo país. Hemos ido tanto, lo conocemos de sur a norte y siempre hemos recibido un cariño especial.
Muchas veces digo que somos más famosos en Chile que en Argentina, siempre han tenido una concurrencia, un cariño y un respeto por nosotros que nunca nos olvidamos. Así que estamos muy entusiasmados y esperamos sea el principio de varias giras”.
– ¿Cómo se consigue estar vigente tantos años y en una época donde priman los ritmos más sencillos?
“La vigencia la dan las canciones. Nosotros nos hemos enfocado, desde el día uno, a hacer música sin saber hasta dónde llegaríamos. Nos hemos enfocado en nuestras canciones, en trabajar mucho. Amamos lo que hacemos y le dedicamos muchísimo tiempo. Por ahí, hay otros artistas que tienen más reconocimiento por tener una vida mediática o por trascender personalmente. Y yo creo, sin hacer un juicio de valor, que la diferencia es que uno como persona llega un momento en que es finito, llega un momento en que deja de existir, pero las canciones quedan para siempre son eternas.
Acá en la Argentina, voy caminando, entro una galería y están pasando “Pronta Entrega”. Me subo a un taxi y están pasando “Wadu Wadu”. Es una cosa constante. No hay ninguna compañía atrás tratando de promocionar eso, sino que simplemente es la elección de la propia gente”.
– ¿Cómo se logra cubrir una figura tan preponderante e icónica en la historia del rock latinoamericano como la de Federico Moura?
“La idea y lo que siempre tuvimos claro, es que nunca se va a suplir a Federico. No hay otro Federico. Eso lo tuvimos en claro desde un primer momento. El punto es que, en nuestro caso, también la música y el arte tenían que ver con los tres hermanos. Las canciones están firmadas por mi hermano Julio, que hacía la música, que trabajaba conmigo. Trabajamos en la parte musical, Federico se dedicaba a las letras. Nunca pretendimos y vamos a pretender suplantar a Federico, lo que sí pensamos es que la obra de Virus está vigente. Hasta el día de hoy sigue sonando en las radios.
A mí me tocó en su momento tomar la voz líder del grupo, pero jamás se me cruzó por la cabeza que yo podía igualarlo, sobre todo por la belleza que tenía Federico por su forma de desenvolverse”.
– Se han visto dos fenómenos argentinos importantes en la música. Primero en los ’80, donde destacaron Soda Stereo, G.I.T, Charly García y ustedes mismos, entre otros. Y hoy con artistas como Duki, Emilia, Tini Stoessel y Nicki Nicole ¿Qué le parece esta nueva camada de músicos argentinos?
“Las modas cambian. Si vas de Virus hacia atrás también te vas a encontrar con distintos estilos. De hecho Virus vino a romper y tuvo muchísima resistencia con lo que se venía escuchando, precisamente por romper y por aparecer con una propuesta bastante distinta. Creo que la evolución del tiempo, la evolución tecnológica también ha abierto mucho el juego a otro tipo de espectáculos. Por ahí prima más el espectáculo que la música.
Mira qué paradójico -reflexiona-. Cuando nosotros empezamos a tocar, empezamos a implementar puertas de luces, vestuarios, peinados, cosas que hasta entonces no existían, y fuimos súper repudiados por ello, y nos decían que nos estábamos fijando en cosas superficiales y nos costó mucho que la gente nos aceptara.
Y este cambio es una vuelta más de rosca, porque hoy, mucho de los show de grandes niveles supera la propuesta al contenido. Son más explosiones visuales y sonoras. En muchos de los espectáculos hay música grabada. A veces es más importante la puesta que el contenido.
Siempre hemos apoyado y valorado tener la cabeza abierta y lo decimos en las letras, por lo tanto, todos los cambios me parecen buenísimos y los nuevos artistas tienen un enorme nivel de profesionalismo y músicos súper profesionales”.