A los cabos sueltos que aún existen respecto al robo en el Ministerio de Desarrollo Social, se sumó un coro de versiones desde la cúpula ministerial sobre las “señales” detrás del hecho, lo que complicó aún más al Ejecutivo.
Intentando hacer el ejercicio de dejar a un lado las coincidencias y particularidades del caso, el robo de computadores y una caja fuerte en el ministerio de Desarrollo Social se apartó rápidamente de la línea estrictamente policial y se convirtió en un hecho político que volvió a dejar al Gobierno en medio de un cruce de declaraciones que han sido cuestionadas desde todos los sectores.
Y es que fue el propio ministro Giorgio Jackson, titular de la cartera afectada, quien salió a instalar rápidamente la tesis de una “señal política” por lo ocurrido, más allá del propio atraco. “Total indignación que tenemos como Gobierno a estos hechos y nos parece bastante sospechoso que ocurran hechos de esta naturaleza, que no parecieran no ser sólo constitutivos del delito de robo, sino que también relativos a una señal política”, planteó el secretario de Estado en una primera declaración.
Pero también fue él quien buscó en su mensaje eliminar de raíz toda posible sospecha, hasta la más soterrada, de un presunto intento de ocultar o “perder” información respecto al Caso Convenios que complica tanto a su cartera como a la de Vivienda. “Que sepan las personas que están detrás de estos hechos delictuales, que nosotros tenemos respaldos de la información relativo a los convenios“, agregó.
Los dichos fueron refrendados por la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, quien al ser consultada por la arista política del caso y los cuestionamientos a su par de Desarrollo Social, planteó que “lo ha señalado la actual vicepresidenta y antes en su calidad de ministra del Interior (Carolina Tohá), ha habido una persecución política brutal al ministro Giorgio Jackson, y eso no se sostiene ni debería sostenerse en una democracia“, dijo Vallejo.
Pero la ministra abrió un nuevo vericueto en el debate público, esta vez, relativo a la “forma” en que se logró el cometido de los hasta entones desconocidos autores del robo: aseguró que “con la información que tenemos, evidentemente esto no parece ser un robo común, por eso es importante que se investigue“.
Pero el intento de la ministra por apuntar a las extrañas circunstancias del caso -entre llamados a guardias, la falsificación de identidad del ministro Jackson, la ‘instrucción’ para la entrega de computadores a sus presuntos sobrinos y la facilidad con que los sujetos de overoles entraron a edificio de calle Cateral-, pareció cubrir con más dudas la versión de la cúpula del Ejecutivo.
Y es que mientras más voces salieron a reaccionar por el hecho, más versiones disímiles comenzaron a aparecer, mientras que los análisis apuntan a una reacción “apurada” de los ministros o de un nuevo “error comunicacional” que no ha hecho más que volver a poner en el ojo público la crisis de credibilidad que atraviesa el Gobierno hace más de un mes y que reactivó las solicitudes de la salida del ministro Jackson.
Monsalve intenta distanciarse de la “señal política”
La tarde del jueves, el ministro (s) del Interior, Manuel Monsalve, salió a comentar el modus operandi del robo, apuntando a que se trata de un ilícito que “ocurre con cierta frecuencia”, lo que abrió dudas sobre la versión de horas antes por parte de la ministra Vallejo.
“Quiero recordarles que hace solo un par de meses atrás en una dependencia de Carabineros de Chile se utilizó un procedimiento bastante parecido en el cual se hizo un llamado telefónico a nombre de un oficial de carabineros y fue bajo este mismo procedimiento entregada una caja fuerte al interior del cual habían armas de fuego. O sea, la estafa, y por eso fui cauteloso en tipificar el delito al inicio de mi intervención, porque tiene que tipificar lo que lo persigue, pero la estafa constituye justamente la virtud de un delito en la cual se engaña a la contraparte para que haga algo que permite la comisión del delito”, se explayó el ministro.
Ayer, en tanto, al volver a ser consultado por el tema, planteó que “estamos frente a un delito cometido por delincuentes comunes, y creo que hasta ahora, los antecedentes permiten mantener completamente esa afirmación“.
Monsalve además quiso tomar distancia con la trama política del hecho, puesto que al ser consultado por la tesis de Jackson, fue tajante en señalar que “al Gobierno no le corresponde levantar especulaciones“. No obstante, se le volvió a preguntar por los “cambios de versiones” que han surgido desde La Moneda y un posible acto apresurado por parte de sus pares.
Ante ello, Monsalve replicó con una declaración que, nuevamente se distanció de lo antes señalado, pues ahora apuntó a un intento de adjudicar al ministro Jackson la comisión de un ilícito. “Lo que ha cuestionado el Gobierno es el uso de la comisión de un delito para denostar a un ministro de Estado, acusarlo eventualmente de la comisión de un delito, sin tener ni el menor fundamento, ni la menor evidencia, y por lo tanto, eso constituye una actitud totalmente reprochable”, comentó.
Ministra Vallejo insiste en que delito “no es común”
¿Fue delito común entonces? La ministra Vallejo volvió a reafirmar su tesis una hora más tarde de la vocería de Monsalve, aunque esta vez matizó sus dichos dejando espacio para la duda conforme avance la investigación del Ministerio Público. “Con los primeros antecedentes se puede determinar si el delito que se ha cometido es fuera de lo normal o no y lo los hechos no son normales. No es común y no es normal que se entre a robar al ministerio y se suplante la identidad del ministro“, sostuvo.
“Otra cosa es lo que vaya arrojando la investigación, que uno no puede especular, porque es parte del proceso investigativo que tiene que determinar si todos los implicados son delincuentes comunes, cómo se configuró y se planificó este robo, esta es parte de la acción que va realizar la fiscaliza y luego va determinar un juez (…) Pero es de sentido común que esto no es algo común, valga la redundancia. Es de sentido común que estos hechos están fuera de lo usual, si no estaríamos en un hecho muy complejo como sociedad“, precisó.
La ministra también abordó la ofensiva de la UDI, quienes ayer enviaron una carta al Ejecutivo para pedir la salida del ministro y hoy recrudecieron los llamados, condicionando el diálogo con el oficialismo. “No existe ninguna conversación política posible en las reformas importantes que necesita Chile, en los diálogos políticos que son necesarios en cualquier democracia, si el ministro sigue en el Gobierno”, dijo ayer el senador y timonel gremialista, Javier Macaya.
Desde La Moneda declinaron contestar la misiva, y la ministra Vallejo expresó su rechazo al tildarla de “calumniosa, injuriosa e infame“, junto con aprovechar de recalcar que “no puede ser que de manera apresurara a partir de estos delitos un sector de la oposición haya injuriado, haya calumniado a un ministro de Estado, y por eso nuestro llamado es a que se dejen de utilizar estos casos”, subrayó.
Así, las cosas, el intento del gremialismo por tirar del mantel en el caso pareció “ayudar” al Gobierno a validar la tesis que instalaron precozmente. Y es que la carta no sólo se quedó en una “señal política”, sino Macaya ayer incorporó un subrayado, una declaración explícita desde la UDI para poner en duda los destinos de las reformas del Gobierno.
Fuente: Emol