La tarde de ayer viernes Presidencia dio a conocer que se le había pedido la renuncia a la subsecretaria de Cultura, Andrea Gutiérrez, y que se había instruido un sumario en su contra.
Su salida se da en medio del Caso Convenios y tras conocerse la firma de dos convenios que suman $208 millones de pesos entre el Ministerio de las Culturas y la Asociación Gremial Red de Salas Independientes de Cine de Chile, que involucrarían a Gutiérrez.
La saliente reconoció que “cometí un error, actuando de buena fe y sin intención maliciosa, al firmar dos convenios en los que tenía la obligación legal de abstenerme”.
Pero no es lo único que marcó su paso por la subsecretaría. Ayer circuló una carta en la que el Ballet Folklórico Nacional (Bafona), que ya lleva 120 días en paro, denunció el actuar de Gutiérrez, calificándola como “la única piedra de tope para encontrar soluciones” y acusándola de entregar información falsa a Contraloría. Junto con eso, los trabajadores del conjunto sostienen que “ha estado ausente de reuniones e instancias requeridas incluso por parlamentarios de la República”.
También funcionarios, que estuvieron más de un mes en paro, expresaron varias molestias en su contra por su forma de actuar.
Y ahora se suma sus conflictos con la Corporación de Desarrollo de Santiago, donde Gutiérrez trabajó justo antes de pasar a ocupar la subsecretaría. Tres parlamentarios de Renovación Nacional habían recurrido de oficio a la Contraloría para que indagara en este hecho, ya que ella no declaró este trabajo. Y aquí hay otra arista, ya que desde esta corporación se entregó dinero a la seremi de la RM para ejecutar un programa, donde fue contratado el actual pareja de la ex subsecretaria.
Una fuente al interior del ministerio relata otros problemas. Cuentan que “tenía agenda propia” y que “no se ceñía a sus responsabilidades”.
Señalan que un ejemplo de esto ocurrió en enero, cuando Gutiérrez organizó una actividad en que participarían varios artistas. Para esto, invitó al Presidente Gabriel Boric. El día del evento el Mandatario le dice a la ministra de ese entonces, Julieta Brodsky “nos vemos en la tarde”. Ante lo cual ella no sabía a qué se refería, nunca había sido informada de tal actividad ni menos que iría Boric.
“El ministerio nunca había funcionado tan mal en su estructura interna como ahora. Y es por su culpa”, agregan desde el ministerio.
Otro episodio. Aseguran que Gutiérrez quiso abrir redes sociales de la subsecretaría, pero la jefa de gabinete le dijo que mejor no, que la cuenta de Twitter del ministerio tenía una gran cantidad de seguidores, y que en vez de abrir otra cuenta, mejor reforzar con otro community manager. ¿Qué hizo la subsecretaria? Abrió la cuenta, señalando que tenía el visto bueno de la Secom. Tras esto renunció una alta funcionaria de Comunicaciones.
Fuente: Emol.com
