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¿Se ahonda la crisis?: Analistas abordan lo que se juega el Gobierno al traspasar la prescindencia con el Consejo Constitucional

Mientras algunos analistas advierten que el reprochar las enmiendas de la derecha solo profundiza el momento de debilidad del Ejecutivo, otros consideran que la preocupación que manifiesta el Presidente es legítima.

A la defensiva está la oposición en el Consejo Constitucional. Las huestes de Republicanos y Chile Vamos han hecho patente su incomodidad sobre el tono que ha empleado el Gobierno respecto a las enmiendas que toman fuerza en el seno del debate constituyente y advierten sobre la vulneración que ello radica en la necesaria prescindencia que debe mantener el Ejecutivo con el proceso.

Ya en la instalación del consejo se abría el debate respecto al grado de aproximación que el Presidente Gabriel Boric iba a cultivar con el órgano redactor hegemonizado por Republicanos. Aún más cuando el pasado 7 de junio, el jefe de Estado dejó entrever algunas de sus expectativas al llamar a “encontrar los puntos comunes en búsqueda de lo mejor para Chile” y a respetar “lo mejor de nuestras tradiciones democráticas, que son tan ricas y que no podemos dejar de lado, porque como, creo, todos y todas hemos aprendido, Chile no se construye de la noche a la mañana, Chile no parte de cero”.

En el marco de su estadía en Madrid, y reconociendo que su sector se alejó del sentido común de la ciudadanía durante el proceso de la Convención, el jefe de Estado advirtió que “hoy día se corre el riesgo de que pase lo mismo por el otro lado. Yo espero que seamos capaces de llegar a un equilibrio y que lleguemos a una Constitución más bien neutra, una Constitución que permita que quepamos todos, que no establezca modelos ideológicos y más bien eso se lo dé al juego de la política y a las elecciones”.

Con todo, las palabras más críticas que se han desprendido desde La Moneda a las iniciativas que levanta la derecha vinieron de la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo. “Hay cosas que evidentemente nos preocupan, como aquellas propuestas que buscan indirectamente, o más bien directamente, la liberación de criminales de lesa humanidad”, indicó en radio La Clave, apuntando además a “cuestiones que no tienen ninguna lógica”, como “sacar de la Constitución la palabra Presidenta, diputadas”.

Con ello, criticó la intención de “constitucionalizar modelos que son debatibles como lo de las Isapres, las AFPs. O sea, estamos en plena discusión democrática sobre cómo garantizamos instituciones de previsión social que nos den mayor seguridad, que nos entreguen mejores pensiones en el presente y futuro”.

Lo anterior, sumado al tono adversarial que ha manifestado el Mandatario al acercarse la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, es un asunto que preocupa a la derecha del Consejo. A El Mercurio, el consejero Arturo Phillips (UDI) hizo hincapié en que el Ejecutivo “está llamando a gobernar y debe hacerlo en pos de la preocupación de todos los chilenos. Nosotros estamos llamados a escribir una Constitución que rija a futuro por décadas, independientemente de la contingencia. Nos importa tener nuestra independencia”.

En tanto, la consejera Ivonne Mangelsdorff (RN) afirmó que “en nada contribuye que personeros del Gobierno estén manifestándose sobre enmiendas que ni siquiera se han discutido. El Gobierno debe mantener absoluta prescindencia del proceso constitucional, ser un garante de lo que esto significa y no estar opinando, menos por la prensa. Creo que no corresponde”.

Desde Republicanos, en tanto, el consejero Ricardo Ortega acotó que “entendí que así era el tema: que el Gobierno iba a mantener la prescindencia. Estas opiniones no me parecen”.

¿Qué se juega el Gobierno?

En conversación con Emol, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mario Herrera, apuntó que “serían consecuencias negativas” las que tendría el Ejecutivo en caso que llegara a vulnerar el principio de prescindencia.

El Gobierno aún no termina de pagar los costos de su cuestionada participación en el proceso anteriorSi lo vuelve a hacer, podría enfrentar un escenario similar, con la diferencia de que ahora tiene una posición más débil. El Presidente enfrenta un escenario de baja aprobación y parte de su gabinete ha sufrido el impacto en evaluación ciudadana producto del caso de los Convenios. En tal sentido, la estrategia inicial parece la correcta. Es decir, prescindir de la elección y dar certezas respecto a qué ocurrirá en caso de que gane cualquiera de las dos opciones”, sostuvo.

A su vez, el analista político y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, afirmó que “parece evidente a todas luces que es un error que el Gobierno vuelva a cometer el mismo error que realizó en el proceso constituyente anterior. Es decir, involucrarse, ser opinante respecto a lo que allí ocurra, dejando de lado el rol que le corresponde, que es ser garante del proceso”.

“Una cosa es garantizar el proceso y otra es involucrarse con opiniones, con puntos de vista que están en discusión cuando la responsabilidad que tiene el Gobierno es garantizar que esto pueda llevarse de la mejor manera. Entre otras cosas porque, además, el oficialismo no tienen ninguna posibilidad, porque no cuenta con los votos de revertir decisiones que se tomen al interior del consejo y por lo tanto, más bien el Gobierno tendrá que garantizar que este se pueda desarrollar con normalidad, más allá de las posiciones que pueda tener”, agregó.

Distinto fue lo que formuló a este medio el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio. “Yo creo que Boric al decir eso está en lo correcto” afirmó, desde el punto de vista de que “está denunciando justamente el error que les achacaron a ellos”.

“De hecho, yo creo que Boric es de los pocos que salva en términos de consistencia en este tema, porque él visitó la Convención a penas se instaló y les dijo que no quería una Constitución partisana, y lo que ocurrió finalmente fue que labraron un texto partisano. O sea, de alguna manera podemos decir que Boric fue el verdadero representante del ‘Una que nos Una’, por así decirlo. Él realmente creía que el texto no tenía que reflejar solamente las convicciones ideológicas de un sector contra otro, sino que tenía que construirse en consenso”, comentó.

Por tanto, consideró que “es lógico que él diga hoy día ‘bueno, torpedearon y echaron abajo el proyecto de mi sector por ser partisano, obviamente lo que está ocurriendo ahora es lo mismo’. Eso me parece que es legítimo del guion del Presidente”.

Es más, Bellolio consideró un “error bastante novato el sacar el tema del aborto ahora, porque los otros temas, la heredabilidad de los fondos de pensiones, las contribuciones de bienes raíces, el derecho a la casa propia, el capitulo de las fuerzas armadas, todo eso de alguna manera toca una cierta fibra populista, pero el tema del aborto se mete con una cuestión muy sensible donde Chile está dividido mitad y mitady es torpe estratégicamente porque lo que logras esa alinear a todo un sector político que en este caso es el progresismo, pero también gente de centro liberal que dice ‘bueno, si es que estos son los términos del debate, es igual de partisana que la anterior'”.

Lo anterior, a juicio del académico, “le permite a la izquierda que hoy día está debilitada, desmoralizada -en el suelo por así decirlo- incluyendo al centro más liberal, hacer causa común contra la derecha retrograda que quiere retroceder en materia de derechos de la mujer. Así que me parece un poco torpe desde ese punto de vista la actitud de Republicanos y le regala al Presidente, y le regala al oficialismo, un tema para aparecer mucho más fortalecido”.

Fuente: Emol

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