Ya está todo preparado para las actividades de conmemoración por los 50 años del golpe de Estado en Chile. Desde el Gobierno ultiman los detalles para la ceremonia del lunes en el Palacio de La Moneda, a la cual están invitadas diversas figuras internacionales del mundo de la política y el espectáculo, entre ellas diversos jefes de Estado y de Gobierno.
Hasta ahora, son cinco los mandatarios que confirmaron su presencia en Santiago: los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Gustavo Petro (Colombia), Andrés Manuel López Obrador (México) y Luis Lacalle Pou (Uruguay), además del Primer Ministro de Portugal, António Costa.
Estos cinco mandatarios han mostrado cierta sintonía con Chile desde que asumieron, e incluso algunos de ellos también conmemoran este año fechas importantes en sus países que tienen que ver con dictaduras y la recuperación de la democracia, como es el caso de Argentina y Uruguay.
El presente de estos gobernantes a nivel interno es dispar: mientras unos gozan de alta popularidad, otros han debido sortear diversas crisis en sus países e incluso uno de ellos fue dejado de lado por su coalición a la hora de pensar en una reelección. Revisa aquí la situación de cada uno de estos invitados de honor.
Fernández y Lacalle: entre el olvido y una sequía
Contra todos los pronósticos, el mandatario que hará el viaje más largo para participar en las actividades del “11” en Chile es el argentino Alberto Fernández. El líder peronista se encuentra en estos momentos en India con motivo de la cumbre del G20. Una vez finalizado ese encuentro, partirá a Santiago desde Nueva Delhi.
Fernández llega a Chile en la recta final de su mandato, tras no conseguir el apoyo dentro del oficialismo -principalmente del kirchnerismo- para presentarse a la reelección en los comicios programados para el próximo 22 de octubre. Así las cosas, el Presidente trasandino protagoniza actualmente un rol secundario en la política de su país.
Quien ganara con comodidad en las elecciones de 2019, ahora se encuentra relegado a un segundo plano, tras el ministro de Economía y candidato oficialista a la Presidencia, Sergio Massa, el que se ha convertido en el rostro principal del Gobierno y básicamente desde ahí ha liderado su campaña electoral.
Alberto Fernández ha quedado muy disminuido a nivel público. Temas tan complejos como la inflación, la crisis cambiaria y los diversos problemas de seguridad terminaron por sucumbirlo. Estos hechos han alimentado aún más el descontento social, que se ha demostrado en, por ejemplo, el frenético ascenso del candidato libertario, Javier Milei, quien se impuso con claridad en las primarias de agosto y mira cada vez más de cerca la Casa Rosada.
Cruzando el Río de la Plata nos encontramos con el Presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, quien cumple con una particularidad: es el único mandatario de centroderecha que participará en la ceremonia del 11 de septiembre en Santiago. De todos modos, al igual que sus colegas, también llega con algunos problemas internos.
Lacalle ha debido enfrentar una profunda sequía en Uruguay que incluso amenazó con dejar al país sin agua “bebible” y tuvo a una población consumiendo agua salada de las cañerías. Tanto oficialismo como oposición se criticaron mutuamente por su no gestión en la realización de nuevas represas que pudieron haber evitado esta crisis.
A nivel exterior, el Mandatario uruguayo se ha enfrentado con sus socios del Mercosur, luego de su decisión de negociar un tratado de libre comercio con China alejado del bloque, lo que generó numerosas discrepancias. El Presidente, de hecho, tiene programado viajar en noviembre próximo a Beijing y reunirse con las autoridades asiáticas.
Así las cosas, Lacalle Pou conserva un nivel de popularidad “estable” según la última encuesta de la empresa uruguaya Opción, que arrojó que el 43% de los consultados apoya al Mandatario y su gestión.
Las polémicas de AMLO y Petro
Sin duda que una de las visitas más esperadas es la del Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), catalogada por las propias autoridades chilenas de “excepcional”: se trata de apenas su sexto viaje al exterior en casi cinco años.
Esto es claro reflejo del mensaje que ha querido dar AMLO desde los inicios de su Gobierno, centrándose más bien en los problemas internos del país. Y pese a problemas serios como las altas tasas de criminalidad y asesinatos en México, el líder izquierdista goza de una buena popularidad, con casi el 60% de aprobación según las encuestas.
Con ese escenario, el Mandatario espera que su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se quede otra vez con el triunfo en las elecciones presidenciales de 2024, esta vez de la mano de la ex jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que cuenta con el beneplácito de López Obrador.
Pero pese al alto índice de aprobación, el Mandatario mexicano ha protagonizado una serie de polémicas tanto a nivel interno como en el extranjero. Icónico es su historial de desencuentros con Perú, luego de la destitución del Presidente Pedro Castillo por realizar un autogolpe de Estado.
AMLO cuestionó la medida y rechazó la investidura de Dina Boluarte, a quien no reconoce como Presidenta de Perú. Esto le ha valido una serie de cuestionamientos, al punto de que el Congreso peruano lo declaró “persona non grata”. Con toda esta historia, el líder progresista incluso reconoció que en su viaje a Chile evitará sobrevolar el espacio aéreo peruano, para así no tener que pedir los permisos respectivos.
El líder mexicano llegará a Chile proveniente de Colombia, donde está visitando al Presidente Gustavo Petro, otro de los invitados a la ceremonia por el aniversario del “11” y que llega en medio de un momento bastante convulso en su país, con diversas acusaciones en su contra.
A principios de junio pasado, la entonces jefa de Gabinete y mano derecha del Mandatario colombiano, Laura Sarabia, dejó el Ejecutivo envuelta en una gran polémica que incluye escuchas ilegales, interrogatorios dudosos y hasta el hurto de un maletín con dinero.
Pero sin duda que de todos los problemas que debe enfrentar el líder izquierdista, quizás el más grave es el que tiene que ver con su hijo mayor, el diputado Nicolás Petro, quien fue detenido por corrupción y, en una de las audiencias judiciales, reconoció que parte de los dineros ilegales que recibió fueron a dar a la campaña presidencial de su padre, desatando un escándalo de proporciones.
El punto positivo para Petro tiene que ver con los avances en las negociaciones de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ya cerraron su cuarto ciclo. El Mandatario sabe que gran parte del éxito de su Gobierno se está jugando en estas conversaciones, ya que un nuevo acuerdo lo catapultaría a nivel político.
Los conflictos internos de Costa
António Costa es el único mandatario europeo en ejercicio que aterrizará en Chile para conmemorar los 50 años del golpe de Estado. El Primer Ministro portugués ha tenido un año 2023 con altibajos, marcado también por algunas polémicas que han desestabilizado un poco su gobierno.
Este año, Portugal ha sido escenario de una crisis política a raíz de la investigación por el pago de una indemnización irregular en la aerolínea estatal TAP. El tema fue creciendo al punto de que se acusó al ministro de Infraestructuras, João Galamba, de interferir en la indagatoria y ocultar información crucial.
La acusación vino de parte de Federico Pinheiro, ex asesor del ministro que lo acusó de tener reuniones secretas con la presidenta ejecutiva de TAP, Christine Ourmières-Widener, con el objetivo de “articular” la información que se daría a una comisión parlamentaria sobre una indemnización de medio millón de euros a la entonces administradora de la compañía, Alexandra Reis, para que abandonase la aerolínea por sus diferencias con la máxima directiva.
El escándalo fue tal que el propio Partido Socialista (gobernante) pidió la salida de Galamba. Pero el Primer Ministro Costa decidió no pedirle la renuncia y mantenerlo en el Ministerio de Infraestructura, tras responsabilizar a Pinheiro del escándalo y acusarlo de querer robar un computador portátil con información clasificada.
Esta posición le valió el rechazo por parte del Presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien envió una nota expresando su discrepancia con Costa y está ejerciendo presión contra el Ejecutivo, mientras la oposición sigue atenta los pasos a seguir.
Fuente: Emol.com