Dra. Annabella Arredondo Paz, Epidemióloga y Coordinadora Académica del Instituto de Salud Pública (ISP) UNAB, Sede Viña del Mar.
La Reunión de alto nivel sobre Tuberculosis, Asamblea Mundial de Naciones Unidas, se llevó a cabo la semana pasada, mostrando que los objetivos establecidos globalmente para el período 2018 – 2022 estaban lejos de alcanzarse,situación atribuible a la pandemia, la que generóun retroceso debido a falta de financiamiento y a dificultades de acceso al diagnóstico y a la atención para este y otros problemas de salud.
De acuerdo a la información difundida para la ocasión por la “Alianza para detener la tuberculosis”, en nuestro país el año2020 se diagnosticó el 83% de los casos estimados, recibieron tratamiento el 87% de los casos diagnosticados, y sólo en el 74 % de los tratados el tratamiento fue exitoso. Para los casos diagnosticados comoasociación entre VIH y TBC, el año 2019 recibieron tratamiento anti tuberculosis el 74%, logrando éxito en el 57% de los casos tratados.
Respecto a la tuberculosis resistente a fármacos, gran problema emergente, los datos del 2018 indican para nuestro país una cifra esperanzadora, conuna baja proporción de 2,2% de casos resistentes entre el total de los diagnosticados, 83% de los cuales accedieron a tratamiento, cifra en todo caso inferior al 87% de acceso a tratamiento del total de casos. El éxito del tratamiento en los casos resistentes fue de un 46%, comparado con el 71% en el total, corroborando que representan un desafío mayor.
El año 2022 en nuestro país se actualizó la norma técnica para el control y la eliminación de la TBC, y en ella se establecieron metas acordes a la estrategia global “Fin de la tuberculosis”, entre ellas: vacunar con vacuna BCG al 95% de los recién nacidos, diagnosticar al 90% de los casos estimados y curar al 90% de los tratados.
Como contexto, se debe tener presente que nuestro país tiene una larga trayectoria en el manejo de la enfermedad, desde losaños 50, la que cuenta con protección legal, como: derecho al diagnóstico (pesquisa y estudio de contactos), a atención médica y tratamiento normado, con acceso universal y gratuito en los establecimientos del sistema público de todos sus niveles, para todos los habitantes del país. Este escenario propicio debe obtener los logros que se esperan. Tal como manifestó laministrade Salud en la reunión, nuestro país además cuenta con una red nacional de diagnóstico con sofisticadas técnicas de biología molecular.
A pesar de la historia y los derechos, habría carencia de recursos financieros, con un déficit estimado de 4,3 millones de dólares para el 2019, de acuerdo a la citada Alianza para detener la tuberculosis. Como país de ingreso alto, debemos financiar la respuesta con recursos locales. Otro elemento con carencias es el fortalecimiento de la participación de las comunidades en el tema, lo que contrasta con los logros en participación para otros problemas de salud.
En la reunión se planteó el poner fin a la Tuberculosis para el año 2030, reduciendo los nuevos casos en un 80%, y las muertes en un 90%. Se destacó el contraste entre el gran avance de la investigación logrado para vacunas contra COVID – 19, y la vacuna actualmente en uso, creada en 1921, que previene las formas graves de tuberculosis. Hay ensayos clínicos en curso, y el retraso en el avance de la investigación se atribuye a que es una enfermedad que afecta mayoritariamente a personas marginalizadas. Es de esperar que esta movilización de voluntades y recursos permita lograr las metas definidas.