El sostenido crecimiento de Javier Milei encontró un freno en las elecciones del pasado domingo en Argentina, que, entre otras cosas, barrieron con la ilusión libertaria -en sintonía con esa inercia- de poder dar por terminada la contienda electoral en el primer turno. La Libertad Avanza recibió poco más de 530 mil nuevas adhesiones a su caudal de votos que le permitieron conservar el casi 30% obtenido en las primarias de agosto (PASO). Aquello que en medio de un clima de efervescencia por la victoria fue imaginado como una plataforma de despegue de cara a las generales, terminó por convertirse en un firme techo de cristal.
“Sumó pero bajó”, resume el consultor Lucas Romero, que señala uno de los principales motivos detrás del estancamiento. “Toda la campaña, durante todo el proceso electoral, hemos destacado el problema de Milei: la falta de fiscalización. Es una de las dificultades de no tener una estructura”, explica. “En las PASO (Milei) recibió la bendición de que a uno de sus rivales, que tiene capacidad de fiscalización (por Sergio Massa), le convenía que a él le fuera bien. En las generales encaró el proceso sin esa fiscalización amiga. Que le hizo sentir el problema no tener estructura”, apunta.
La caída del jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta a manos de Patricia Bullrich en la interna de Juntos por el Cambio y el sorpresivo surgimiento electoral de un partido sin presencia territorial ni parlamentaria pusieron en duda la relevancia de la “estructura”, revalidada por las elecciones generales del pasado domingo.
Es que la contracara del estancamiento libertario fue la recuperación de un oficialismo que pese a los golpes que recibió por los casos de corrupción y al asedio de los alarmantes números de la economía cuenta con una “estructura” partidaria tan extensa como profunda.
“Es un plusvalor del oficialismo”” remarca Cristian Buttie de CB consultores. “El aparato le dio a Sergio Massa un diferencial de dos puntos”, precisa y pone como ejemplo la capacidad de los intendentes para movilizar la boleta del ministro de Economía cuyo crecimiento no encontró casi resistencias a lo largo y ancho de todo el país. El candidato de Unión por la Patria, en promedio, creció más de 7 puntos en todos y cada uno de los distritos electorales.
“Si se observa cómo correlaciona el crecimiento de Massa y la evolución de Milei, se encuentra que es inversa”, señala Romero. “Massa crece más donde Milei cae más. Se puede inferir que el peronismo recuperó votos de Milei en lo numérico”, apunta sin dejar de advertir que los traspasos no son necesariamente lineales y que puede haber migraciones indetectables a simple vista entre las distintas fuerzas.
Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero, coincide. “En los últimos tres o cuatro días antes de la elección Milei se cayó y Massa despegó. Un poco por una migración de Milei a Massa que se aceleró sobre el final”, dice y añade: “Milei capitalizó un voto importante de Bullrich, pero perdió votos propios en las primarias, un voto de ADN más peronista. Los últimos en llegar fueron los primeros que se le fueron”, resume.
En Salta, gobernada por Gustavo Saenz, de estrecho vínculo con Massa, UP creció más de 12 puntos porcentuales mientras que el candidato libertario perdió casi 10 con respecto a las PASO. Allí, entre ambas elecciones la participación electoral creció 10 puntos. En Santiago del Estero, también gobernada por el oficialismo, la participación creció en igual medida y el líder libertario retrocedió casi 5 puntos porcentuales, mientras que Massa creció otros diez. Esta dinámica de crecimiento y retroceso, con distintas intensidades, se repite en 20 de los 24 distritos, pero es en la provincia de Buenos Aires, especialmente en su conurbano, donde esos porcentajes cobran un peso decisivo. Allí, Milei retrocedió casi dos puntos y Massa se estiró 10, uno de los crecimientos porcentuales más altos.
A la revalorizada “estructura”, Romero suma otros aspectos de incidencia. “Los factores que pueden haber motivado esto son esencialmente dos: la hostilidad de Milei con el Papa y la Iglesia católica en una sociedad altamente creyente; y la campaña del miedo, que por los números no hay otra opción que concluir que ha sido especialmente efectiva en el Gran Buenos Aires”, observa.
En este sentido el “aparato” del oficialismo, aparte de aportar fiscalización, podría haberle dado curso y extensión a una campaña del miedo que, a diferencia de otros ciclos electorales, tuvo especiales condiciones de receptividad: el objetivo de la vieja estrategia que apuesta por la negativa era en este caso un candidato que hizo de la “motosierra” su más alto símbolo proselitista.
“La efectividad de la campaña (del miedo) puede haber estado favorecida por el hecho de que el propio Milei era quien le daba verisimilitud. Milei hizo gala de que iba recortar 15 puntos del producto de que iba a entrar con una motosierra a recortar todo”, apunta Romero. “Lo que más descolló en la última semana fue las tarifas del servicios públicos”, señala, en alusión a la propaganda oficialista que advertía por aumentos siderales en sus costos.
“La más importante fue la del boleta”, puntualiza Vilker que prefiere poner el ojo en la contraparte. “Sucede que los otros (los libertarios) hicieron ‘bu'”, explica y arriesga otro factor de incidencia en el estancamiento. “Creo que tuvo mucho que ver el acto de cierre en el Movistar Arena. Un estadio de rock medio apocalíptico, una escena bien loca para un cierre proselitista. Fue como un modelo de mundo libertario, con clima libertario, con explosiones, con dichos contra el Papa”, apunta. “Hubo una cobertura importante de una escenificación de cosas que le metieron miedo a una parte de la sociedad”, resume.
Para Romero es posible que las organizaciones afines al gobierno, bajo la campaña del miedo, “hayan calibrado muy bien” el mensaje de cara a las generales. “Puede haber existido. Es tan fuerte el crecimiento (de Massa) que hay que considerarlo. Hubo un crecimiento muy fuerte en la participación en ciertas zonas”, ejemplifica.
La participación electoral de la última elección es de las más bajas desde el regreso de la democracia. Sin embargo, la diferencia de este indicador entre las PASO y las generales es el más alto, es decir, hubo un fuerte despertar de un electorado retraído. La Rioja es uno de los casos más llamativos: la participación electoral pasó del 67 al 80%. Allí Milei lució estancado y Massa ganó casi 9 puntos porcentuales.
Mano a mano hemos quedado
El acercamiento político de Milei con el ex presidente Mauricio Macri, que trajo consigo el acompañamiento de su ex rival Patricia Bullrich y que por estas horas pone en jaque la cohesión de Juntos por el Cambio, busca que el estancamiento de las generales sea solo una estación y no el destino final en el camino de crecimiento de La Libertad Avanza.
La última encuesta de CB consultores enseña que la “motosierra”, pese a haberle dado verosimilitud a la campaña del miedo, tiene, con todo, un techo más electoral más alto que el ministro Massa. “Sergio Massa posee una base electoral más alta, pero Javier Milei tiene menor rechazo que Sergio Massa, de manera que su techo electoral es más alto” explica el consultor, cuyo último trabajo le da una luz de ventaja al libertario de cara al balotaje.
Foto: La Nación, GDA.
Sin embargo, para el consultor, se asiste a un escenario electoral de “hiperparidad”. “Los dos tienen plusvalores. En Massa es la construcción de todo un esquema federal de fiscalización y militancia que no tiene Milei, además un miedo que se va gestando en un electorado que entiende a Massa como el mal menor. En Milei es la idea de cambio de una gestión que tiene más imagen negativa que positiva”, compara.
“Milei agotó el factor sorpresa en las PASO. Los que querían votar a Milei para tener un cambio disruptivo lo votaron en las PASO. El oficialismo logró el factor sorpresa, pero también lo agotó. Ninguno de los dos corre con ventaja y por eso el escenario es de paridad”, apunta sin dejar de señalar que el “aparato” del oficialismo también está “agotado” y que los intendentes, con su contienda proselitista resuelta, ya no estarán tan activos.
Emol