En una encrucijada reconocen estar personeros oficialistas respecto al Plebiscito constitucional del 17 de diciembre. El proceso hegemonizado por Republicanos y Chile Vamos derivó en una propuesta que llevó a las colectividades a volcarse ineludiblemente por el En contra en los próximos comicios, pese que una Constitución escrita en democracia es una de las consignas históricas del sector.
“Apostamos todo porque el estallido social terminara con una nueva Constitución”, dice un dirigente de la alianza de Gobierno, reconociendo la derrota que se lleva la izquierda en el acápite constituyente.
Pero un factor adicional tensiona al oficialismo en esta pasada: el debate sobre el Plebiscito de entrada del 25 de octubre del 2020, donde la opción “Apruebo” a una nueva Constitución obtuvo el 78,27% de las preferencias, versus un 21,72% que se inclinó por mantener la constitución de 1980.
Soslayar el mandato ciudadano de erigir una nueva Constitución no es un asunto sencillo para las fuerzas de Gobierno. Pese a que, tanto el Ejecutivo como los partidos, han cerrado la puerta a un tercer proceso constituyente en los años que restan de la administración Boric y en su lugar, han puesto el foco en las agendas que responden a las demandas urgentes de la ciudadanía, la idea de abrir un nuevo proceso constituyente concita opiniones encontradas.
Un tema que también dividiría a la ciudadanía, al menos así lo refleja la más reciente encuenta Black & White, la cual mostró que hay un empate virtual entre quienes aprobarían y rechazarían iniciar un nuevo proceso para cambiar la actual Constitución.
El líder del Partido Radical, Leonardo Cubillos, afirmó que el proceso constitucional “cierra el 17 de diciembre”. “Nuestro partido, cuando ganó el Rechazo, era partidario de realizar un plebiscito de entrada para ver si avanzábamos o seguíamos avanzando en el proceso constitucional. Si bien es cierto esa opción no se da, acá se cierra el proceso constitucional y hay que preocuparse de la necesidad de la gente”, aseveró.
En esa línea, el presidente del Partido Liberal, Juan Carlos Urzúa, dijo tener “la impresión de que no tenemos espacio para otro proceso constituyente, no en los próximos años y tenemos que darle respiro a la ciudadanía y dedicarnos a corregir aquellas cosas que están pendientes de hacer, pensiones, y además tenemos que evitar que la Constitución que están proponiendo salga porque eso no permite corregir esos errores”.
Ahora bien, el dirigente oficialista indicó que “esperaremos a que se vuelva abrir un período constituyente en que podamos hacerlo todos juntos y de acuerdo crear esta casa común”.
Desde el Frente Amplio, el timonel de Comunes, Marco Velarde, apuntó que “la voluntad de la ciudadanía está puesta en las urgencias. Yo creo que las palabras del Gobierno y también de sus partidos, es que nos concentremos en las prioridades ciudadanas”.
“Hay que concentrarse en las urgencias, si no la legitimidad de la política, la crisis social, se va a horadar aún más la desconfianza de la gente hacia la política”, sostuvo.
Ahora bien, acotó que “el mandato ciudadano sigue vigente, la gente sigue diciendo que quiere una nueva Constitución, pero hay que buscar los mejores canales y mecanismos posterior a la salida de este plebiscito para poder llegar a un acuerdo para ver cómo se resuelve tener una nueva Constitución”.
El debate en el PC
Categórico sobre el derrotero constituyente ha sido el alcalde de la comuna de Recoleta, Daniel Jadue (PC). “No corresponde que los gobiernos que están en entredicho sean los que definan si los procesos constituyentes se hacen o no se hacen”, ha sostenido el edil.
En esa línea, ha aseverado que “los comunistas vamos a seguir trabajando porque haya una nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente, donde el pueblo, el real soberano, ponga los límites y los contenidos””.
Pero una cortapisa a estas declaraciones puso el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona. “Es un error político adelantar el 18, primero vivamos el 17″, afirmó este viernes.
“Derecho a exponer y a opinar sobre las cosas de la vida tienen todos los líderes políticos, incluyendo a Daniel (…) Nosotros estamos concentrados en el 17, creemos que eso es lo primero”, sostuvo.
En ese sentido, el timonel del PC señaló que “es difícil que alguien sostenga que en los dos años siguientes, que son años electorales en el plano territorial, municipal y regional, como presidencial y parlamentario, se vaya a poder instalar conviviendo con otro proceso electoral. Por tanto, el tema ya tiene una proyección de expectativa de debate”.
Consultado respecto a si, a su juicio, caduca el mandato ciudadano que se expresó en el plebiscito de entrada, Carmona hizo hincapié en el “irrestricto respeto a la soberanía ciudadana” que profesa el partido, por tanto indicó que “no puedo, yo o mi partido, caducar una virtud, una cualidad que solo está radicada en la soberanía ciudadana”.
“Ese debate no me pertenece, yo vivo al 17 de diciembre como mandato de la soberanía ciudadana, porque sí o sí el plebiscito es el 17 de diciembre”, agregó.
Voz de analistas
Sobre el escenario por el que cruza el oficialismo, el investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Rodrigo Pérez de Arce, afirmó que “el espacio de oportunidad para cambiar la Constitución y más todavía mediante un órgano especialmente electo, se termina en el caso de que gane el En contra y eso sin duda es una derrota para el oficialismo que ha hecho gran parte de su carrera política a partir de la impugnación, no solo en la Constitución, sino del orden vigente”.
“Tuvieron la oportunidad histórica de poder liderar y comandar ese proceso con la Convención y lo derrocharon y lapidaron el crédito político que habían conseguido, y ese mandato ciudadano que se expresó en el plebiscito de entrada, que ganó el Apruebo con un 78%, la verdad es que la ciudadanía, si uno mira la mayor parte de los instrumentos, muestra que tiene una decepción muy grande y que hay una conciencia también importante de que la Constitución no resuelve la mayor parte de los problemas que expresa la ciudadanía”, agregó.
A su vez, la académica de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, Nerea Palma, indicó que “la opción más acorde a lo que quisiera defender el oficialismo, inevitablemente está en la Constitución actual, en mantenerla, pero no necesariamente por mantener esta Constitución, sino más bien para rechazar la Constitución elaborada por el Partido Republicano y parte importante de Chile Vamos”.
“¿De qué depende de que exista un nuevo proceso constitucional? Fundamentalmente la distancia que exista entre el En contra y el A favor, porque si es que llega a ganar el En contra, que parece ser así según lo que dicen las encuestas -pero que ojo con el voto obligatorio, que esto también puede hacer un poco impredecible el resultado que vamos a tener- quedaríamos ante un escenario con un margen de victoria muy importante”, señaló, apuntando que “quedaría en jaque obviamente el borrador de Constitución”, pero “se le otorgaría cierta legitimidad a la Constitución actual, que careció en su inicio, pero con dos plebiscitos que la han mantenido, quedaría mucho mejor parada”.
A su vez, el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, señaló que “no cabe duda de que las causas que estuvieron a la base del estallido social siguen siendo problemas dolientes que esperan por respuestas. La respuesta a la crisis política y social corrió por cuenta del llamado “noviembrismo” y se plasmó en el cambio de reglas vía proceso constituyente”.
“Esta fue la válvula de escape que activo la elite del poder. Después de 4 años queda la sensación (amarga) de que no se avanzó en los problemas urgentes. Los tiempos que se recetó la política están desacompasados de la urgencia social. El oficialismo que impulsó con fuerza el cambio deberá cargar con esta pesada mochila y con el costo de la desconfianza de los ciudadanos”.
Fuente: Emol.com