Luego de meses de incertidumbre, guiños y lectura de discursos, el mercado busca definiciones y medidas concretas.
Así definen los economistas el humor que reina entre los inversionistas tras la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, ante la expectativa de que en las próximas horas el ministro de Economía, Luis Caputo, dé a conocer la hoja de ruta del nuevo Gobierno.
Aunque se esperaba una batería de medidas este lunes, antes de la apertura de los mercados, al momento no hubo confirmación oficial.
“El mercado estará más atento a lo que dirá Caputo, más que al discurso que pronunció Milei, básicamente porque llegó la hora de las definiciones y de ser más específico. Uno podría decir que hasta acá los inversores pagaron para ver, pero ahora querrán ver para seguir apostando”, dijo Santiago Manoukian, jefe de Research de Ecolatina.
Junto con ello, Manoukian aseveró que “ya se conocen los lineamientos de Milei, pero queda el interrogante sobre qué gobernabilidad tiene para poder llevar adelante estas reformas tan ambiciosas, sabiendo que ningún presidente de la historia logró un ajuste de la magnitud que se está proponiendo de un año para otro. El mercado estará más pendiente de las precisiones y los detalles, más allá del mensaje y la voluntad”.
Para el economista, esa gobernabilidad tiene tres patas principales.
En primer lugar, el apoyo político de La Libertad Avanza dentro del Congreso Nacional. Segundo, cómo se coordinará la conflictividad social y el vínculo con los movimientos sociales y sindicatos.
Por último, la relación con los gobernadores. “Pero también el rol de la Justicia, que puede llegar a intervenir frenando algunas medidas si no son diseñadas de tal forma de que eso no ocurra. Por eso se esperan los detalles por parte de Caputo, para pensar en la viabilidad de las implementaciones que Milei planea llevar adelante”, agregó.
“Es cierto que el hecho de tener un gobierno promercado y procapitalismo no es algo menor, pero la gobernabilidad cuesta mucho en la Argentina. Incluso esta vez puede ser un poco más complicado, porque el músculo político del Presidente parece menor. Igual, y como dato a favor, sí es positivo que Javier Milei haya ganado diciendo lo que hay que hacer, porque eso hace suponer que va a tener algún sustento político y social. Esta es la única gran diferencia con lo que vimos en el pasado”, coincidió Augusto Posleman, director de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
Una de las principales medidas que se espera hoy es una corrección del dólar mayorista, que podría subir de los $385 actuales hasta los $650.
Sería un salto del 68%, pero que impactaría solo en parte, ya que el grueso de la economía hoy se maneja a un tipo de cambio diferente. Para Posleman, pareciera existir un “consenso generalizado” sobre que un dólar de “equilibrio” no superaría los $700.
“Esto, claro está, dentro de un escenario con plan creíble por el mercado y ejecutable en la práctica y políticamente aprobado y aceptado. Particularmente, no me preocuparía tanto un salto discreto en el tipo de cambio y que genere un salto en la inflación por única vez, porque con un plan creíble y ajuste fiscal como ancla, la inflación sería temporal. Hasta diría que es lo que tiene que pasar. El tema es lograr que termine ahí, que más allá del overshooting (sobrerreacción), la gente y la política acepten lo que haya que hacer. Sin dudas, se vienen dos o tres meses de marcar la cancha y la gran clave es que el ancla fiscal funcione y sea creíble“, agregó.
Para Francisco Mattig, portfolio manager de Consultatio Plus, hasta el jueves el mercado no parecía descontar nada “demasiado extremo”.
“Los bonos que ajustan por inflación (CER) operaron en niveles máximos medidos al dólar contado con liquidación (CCL), segmento donde podría haber novedades en caso de transferir deuda del Banco Central (BCRA) al Tesoro, algo que también podría influir “en la percepción de riesgo de crédito soberano”, comentó Mattig.
“El riesgo país también está en los menores niveles en casi un año. En ese frente deberíamos estar atentos a escuchar cómo se va a financiar la transición hasta la cosecha gruesa, quizás un adelanto de liquidación del agro, algún préstamo puente o dinero fresco de algún organismo. Los bonos dólar link (atados al dólar oficial) y los futuros, por su parte, descuentan un ajuste en la paridad oficial, aunque mucho menor que la necesaria para eliminar la brecha. Lo más importante está en los anuncios en materia fiscal, aunque, por otro lado, es donde menos trascendieron los detalles”, añadió.
Según Fernando Marull, economista de FMyA, si el plan de estabilización es “explicado”, el efecto de la devaluación oficial no debería trasladarse al dólar blue como ocurrió en 2015.
El “Plan Caputo” apuntaría a devaluar y no unificar, con una quita del cepo gradual, por lo que el mercado descuenta que la brecha baje desde los 160% que se registraron el jueves a cerca del 30% para finales de diciembre.
En cuanto a los bonos soberanos -que actualmente operan en torno a los US$40- el economista señaló que estuvieron muy demandados localmente por cobertura, pero también en el exterior por “expectativas de cambio”.
“El plan fiscal y que el Banco Central vuelva a comprar dólares son señales positivas para el mercado de bonos”, agregó. Una tendencia similar registraron las acciones.
“Milei sonó mucho más a Presidente que a economista, y eso creo que es importante para lo que viene. No hubo indicios de medidas económicas concretas hacia adelante, más allá de sugerir que el ajuste tiene que ser de shock y que las Leliq son un problema”, complementó Mattig.
Sin embargo, Mattig planteó que “preparó el terreno para una aceleración de la inflación con recesión que seguramente veamos en la primera mitad de 2024, y eso creo es una lectura correcta. De todos modos, todavía no está muy claro quiénes serán los que sentirán el impacto del ajuste fiscal, porque a mi entender cinco puntos de recorte del PBI no van a ser de la política. Eso puede terminar siendo perjudicial”.
Emol