El martes 30 de enero, Barrick presentó el Estudio de Impacto Ambiental del cierre del proyecto Pascua. Este hito se realizó en Alto del Carmen, junto a las comunidades, quienes fueron los primeros en enterarse formalmente del plan de cierre de Pascua Lama.
Este cierre se hará junto a la comunidad, la cual podrá monitorear que la calidad del agua no sea alterada por los trabajos realizados. Además, Barrick dará continuidad a su programa de apoyo a los emprendedores y emprendedoras de Alto del Carmen, “Emprende Alto”, que ya ha beneficiado a 347 emprendedores y en cuya ceremonia 2023 tuve el gusto de participar.
Creo que es importante reflexionar sobre esto.
El gesto que hemos visto no es menor y es mucho más que algo simbólico: es la constatación de un cambio de paradigma en esta compañía, el cual viene realizando desde 2019.
Mark Bristow, CEO de Barrick ha dicho que la compañía ha aprendido del pasado. Marcelo Álvarez, director de Asuntos Gubernamentales de Barrick Sudamérica, ha declarado que, en el inicio del proyecto “se cometió un error clave, de no haber consultado y haber trabajado de la mano con las comunidades”. Ese error lo ha pagado -8 mil millones de dólares por un proyecto binacional que no extrajo ni una onza de oro- pero por sobre todo, los impulsó a ser la compañía que vemos hoy, comprometida con el territorio y las comunidades vecinas al proyecto ubicado en la Provincia del Huasco.
Pascua Lama fue un proyecto de Barrick, pero creo que es justo decir que Pascua Lama no es Barrick. No es el reflejo de la empresa que conocemos ahora, que aún quiere invertir en Atacama, pero de la mano con las comunidades vecinas, comunicando oportunamente y dedicada a dar fiel cumplimiento a la legislación vigente. Tal vez en un futuro cercano este proyecto pueda ser reformulado, construido desde cero y llevado adelante por todos los actores involucrados en su desarrollo.
Cuando una empresa aprende de sus errores y toma acción, es algo que debemos rescatar y aprovechar de reflexionar al respecto. Barrick ha comentado su intención de mantenerse en el país y seguir evaluando inversiones. Sabemos que esos eventuales procesos serán muy diferentes a los del pasado, porque el umbral que la propia compañía ha puesto es alto. Miremos, acompañemos este cierre participativo y evaluemos, desde los hechos, este cambio de paradigma y sus beneficios para el país y la región de Atacama. Estas acciones e inversiones son las que debemos incentivar y esperemos que pronto tengamos buenas noticias al respecto.
Juan José Ronsecco, presidente de Corproa