En 1922 ocurrió el último gran terremoto en Atacama, un sismo magnitud 8.5 Richter y que pudo percibirse desde Antofagasta hasta Santiago.
Aquel 10 de noviembre, gran parte de Atacama fue destruida, debido a la fuerza de este terremoto y el posterior maremoto, dejando 700 muertos, 2000 damnificados, cerca de 300 personas heridas y miles de casas en el suelo o inhabitables.
Ya han pasado más de 100 años desde aquel impactante terremoto, tiempo en el que han ocurrido sismos, pero no tan devastadores ni cercanos a la magnitud antes mencionada.
Por lo mismo, diversos expertos han puesto sus ojos en la región, esperando que esta energía acumulada sea liberada en algún momento.
Especialmente después de conocer los resultados del estudio de “Acoplamiento intersísmico, segmentación y comportamiento mecánico de la zona de subducción de Chile Central” realizado por los franceses Marianne Métois, Anne Socket y Christophe Vigny, donde se llega a la conclusión de que existen patrones que develan una posible gran ruptura en Atacama.
Miguel Cáceres, Geólogo, autor del libro “El Terremoto que Destruyó Atacama”, que habla del sismo ocurrido en 1922, explicó que esta tecnología se basa en unos GPS y satélites que permiten definir la dirección y velocidad en la que se mueven las placas tectónicas.
Datos que permiten detectar estos patrones, de hecho, una técnica similar permitió advertir la acumulación de energía en el Maule, donde posteriormente ocurrió el terremoto 8.8 en febrero del 2010.
Pese a eso, y como es bien conocido, estos patrones no permiten definir una fecha exacta, solamente ayudan a estar preparados para cuando llegue este momento.
Sobre la magnitud de este movimiento, de igual manera, a ciencia cierta, tampoco se puede predecir su intensidad, prueba de esto es lo ocurrido en Iquique, el año 2014, cuando los expertos esperaban un sismo devastador, cercano a los 9.5, pero en realidad la liberación de energía fue mucho mejor, registrando un terremoto magnitud 8.2.
Eso sí, el experto explicó que los últimos datos han establecido que en tres zonas existe la suficiente energía acumulada para generar un terremoto con una magnitud superior a 8.
Uno de estos sitios se encuentra entre Tal Tal hasta el norte de la Región de Coquimbo, cubriendo toda la Región de Atacama.
Finalmente, Cáceres se refirió a la utilización de la Inteligencia Artificial para poder predecir sismos, algo que ve muy complicado, ya que esta tecnología utiliza patrones y datos para llevar a cabo sus predicciones, mientras que los movimientos telúricos no obedecen a patrones determinados, lo que dificulta su predicción.
