Por medio de las redes sociales, la divulgadora científica Fernanda Pizarro, médico veterinario, especialista en fauna silvestre, en su paso en la región de Atacama, efectuó un importante llamado al observar un comportamiento poco habitual en especímenes de zorros chilla.
En su camino a la caleta Punta de Choros, donde se dirigía a pasar unos días de vacaciones, pudo registrar en video a “un grupo grande de zorros chilla, estaba notoriamente siendo alimentada y acostumbrada a la presencia humana”
En este contexto, Fernanda Pizarro con la intención de hacer educación ambiental, explicó que estos animales si tienen alimento:
Lamentablemente esta práctica de alimentar zorros se está convirtiendo en algo habitual, por parte de personas que llegan al lugar, tanto en vehículos particulares, como en furgones tipo Van, con turistas donde se ha convertido en un punto de atractivo el poder alimentar a los zorros, con trozos de pan, papas fritas, galletas, entre otros, haciendo que cada vez lleguen más ejemplares a este sitio, el que incluso hasta tiene un letrero donde se indica que no hay que alimentar a estos animales.
La veterinaria señala que es importante entender que los zorros son animales silvestres, por lo cual no deben ser tratados como domésticos, perteneciendo al ecosistema natural del lugar, cumpliendo un rol fundamental, cazando presas y hasta controlando plagas.
“Estos zorros al ser alimentados constantemente en el tiempo van perdiendo sus instinto de cazar, poniendo en peligro su sobrevivencia”, dijo Fernanda Pizarro, aumentando esta práctica en verano, por los turistas, pero por el contrario, en invierno, cuando ya casi nadie llega a este punto de la región, ya no tienen el alimento de manera más fácil, pero dañina:
La veterinaria manifestó que resulta importante poder realizar un monitoreo y estudio de los zorros que han sido alimentados de manera constante, para saber si esto les ha generado algún cambio de comportamiento que podría ser dañino a futuro, y por otro lado, a que las personas prefieran a los guías certificados, ya que ellos tienen la preparación para entregar las instrucciones a los turistas de precisamente no alimentar a la fauna nativa y cuidar la flora local.
