- Hace pocos días el Gobierno dio a conocer la fórmula para la explotación público-privada del litio en los salares del altiplano chileno, como también el inicio del trabajo de conservación del 30% de estos. Aisén Etcheverry visualiza el potencial biotecnológico que emana de su preservación.
La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry, está haciendo lo que suelen hacer las mujeres y hombres de ciencia, sin ser ella científica sino abogada: mirar con sentido de futuro. Siendo el ministerio que dirige uno de los órganos institucionales que trabajaron durante un año en el Comité de Litio y Salares, para presentar a comienzos de esta semana avances concretos de la Estrategia Nacional del Litio, el aporte de esta institución se concentró en al menos tres pilares. Desde la revisión y sistematización de una buena parte del conocimiento en la materia, la visualización de la importancia de la tecnología en la participación de los privados, hasta la producción de conocimiento para instalar, de paso, los cimientos de empresas futuras en el campo de la biotecnología, precisamente en aquellos salares que serán parte del 30% que estará protegido.
-Después de un año de espera se dieron a conocer avances en la Estrategia Nacional del Litio, ¿cómo evalúa este período?
-Más que un año de espera, diría que fue un año de trabajo. La verdad es que, cuando se dio inicio a la Estrategia Nacional del Litio, el Presidente de la República nos planteó desafíos bien importantes y con una mirada bastante innovadora respecto de cómo hacemos políticas de desarrollo productivo como la del litio, que es esta idea de combinar o de encontrar un justo equilibrio entre producción y conservación. Pero además incorporar el componente de ciencia y tecnología como un eje transversal que pueda acompañar al éxito de esta estrategia.
-¿Cómo fueron instalando ese componente, tomando en cuenta que una buena parte de los proyectos que se han impulsado en el pasado no han considerado en su justa medida el factor científico?
-Cuando miramos las capacidades instaladas que tiene el Estado y la forma en cómo hemos hecho esto a lo largo de la historia, la verdad es que es bastante nuevo y, por lo tanto, hubo mucho que construir. Lanzada la estrategia, nos abocamos a un trabajo súper serio y profundo de recopilación. Hoy día nosotros sabemos muy poco de nuestros salares. Los salares no están medidos, no han sido realmente estudiados y, por lo tanto, entender con qué estábamos lidiando en términos de cantidad de litio, en términos de importancia para la biodiversidad, en términos de otros potenciales que pueden tener esos salares, ya sea minerales o no minerales, estábamos bastante a ciegas. Se revisaron todos los estudios que estaban disponibles, en información de la DGA, de la Conaf, información que tenía el mismo Ministerio del Medio Ambiente, el Sernageomin, y así sucesivamente.
-¿Cuál es el rol que va a jugar el Ministerio de Ciencia en lo que viene para adelante en el desarrollo productivo y de conservación del litio?
-El ministerio hoy día tiene un rol en las distintas etapas de la estrategia, distintos pilares. Uno, tiene que ver con lo que podamos hacer en materia de visibilizar la importancia de la tecnología en la participación de los privados. Nosotros, desde el ministerio, tenemos regularmente conversaciones con SQM, con Codelco, con todas las empresas que hoy día están haciendo extracción o están en proceso de iniciar la extracción. Porque parte de lo que se propuso en la estrategia también es empujar a una mayor incorporación de tecnología por el sector privado. Y eso, que fue declarado por el Presidente cuando se anunció la estrategia, tiene que traducirse también en, primero, comprender qué tecnologías hay, y, segundo, ver cómo podemos ayudar al sector privado a que esas tecnologías se desplieguen de la mejor manera posible. Y eso es un elemento que está presente en toda la implementación de la estrategia.
Cuando la ministra Aurora Williams habla de estos RFI, estos llamados a interés de parte del sector privado, parte de lo que se está preguntando en esos llamados de interés es también qué tecnologías tienen disponibles. Para asegurar una mejor producción. O qué tecnologías están estudiando o utilizando para poder asegurar que esa producción sea más sustentable. Eso es un elemento quizás un poco más invisible, que no estaba en estrategias anteriores, pero que hoy día pasa a ser parte del corazón de lo que estamos haciendo con la Estrategia Nacional del Litio.
Conservación y potencial biotecnológico
-¿Y qué ocurre con la conservación, va a utilizar el estatus de protección para realizar investigación científica?
-Por el lado de la conservación, si uno quisiera poner dos caras de una moneda, ocurre algo parecido. Hoy día, tras comprobar que tenemos tan poca información respecto de los salares, esto comienza a traducirse en medidas muy concretas. El ministerio está impulsando la creación de un Instituto Tecnológico de Investigación en Litio y Salares que debiese corregir eso. O sea, la próxima vez que nos enfrentemos, quizás no al litio, sino al boro o a otro elemento químico, vamos a contar con una institucionalidad que va a requerir no de 8 o 9 meses de recopilar información, sino que la información la vamos a tener porque los estudios ya se hicieron. Y eso es otra parte que se hace desde Ciencia. Y hay un tercer elemento, del que hablamos poco también –nos cuesta hablar de ciencia y tecnología, nos quedamos siempre en la parte de los grandes contratos–, pero hay un tercero que tiene que ver con el potencial biotecnológico que existe en los salares.
-¿Para la industria farmacéutica, por ejemplo?
-Los salares tienen una riqueza en términos de biodiversidad muy importante, pero además tienen esto que llamamos extremófilos. Son lugares muy salados que pasan por temperaturas muy extremas, y eso hace que existan microorganismos que viven bajo condiciones donde humanamente no parece razonable que viviera nada. Y esos microorganismos hoy día son base de muchas investigaciones y creemos tienen potencial de entregar muchas soluciones a otros tipos de problemas. No es ciencia ficción, así ha sido a lo largo de la historia. Con la ministra de Salud recordábamos el caso de la rapamicina, que es esta bacteria que se descubrió a raíz de unas plantas en Rapa Nui, y que hoy día a partir de esas bacterias se desarrollan las principales medicinas que ayudan a que los trasplantados de órganos no rechacen esos órganos.
-La diversidad biológica como potencial para el desarrollo.
-Ya ha ocurrido algo parecido en la minería. Los mecanismos o los desarrollos de biotecnología han ayudado a que la minería sea más amigable con el medioambiente en su proceso. Entonces, tenemos este potencial gigantesco que es la diversidad biológica de los salares, que estamos conservando, pero con una lógica de conservación activa. Y eso quiere decir que cuidemos y protejamos, pero que también aprovechemos las capacidades de investigación que vienen de ahí y desarrollemos industrias futuras. Cuando presentamos la Estrategia de Ciencia decíamos “nosotros como Gobierno, y esta generación en general, tuvo la oportunidad y el privilegio de poder desarrollar una Estrategia Nacional del Litio”. Con este 30% de superficie de conservación estamos permitiendo que nuestros hijos y sus hijos puedan desarrollar la estrategia nacional de los extremófilos, o del boro, o de lo que venga, que hoy día todavía ni nos imaginamos, pero que está… y estamos en proceso de descubrir gracias a la ciencia.
-¿Qué se está haciendo para asegurar la transferencia de conocimiento entre la academia y el sector productivo?
-Desde el Ministerio de Ciencia empujamos con fuerza a las startups tecnológicas, o startups de base científico-tecnológica, que son básicamente emprendimientos que son muy intensivos en conocimiento y tecnología, que en general aparecen desde las universidades, donde hay muchos en biotecnología, y los apoyamos de distintas maneras. Primero con subsidios, es un programa que existe, se subsidian, se les entregan recursos para ayudarlos a instalarlo. Pero también ahora, y de hecho ingresamos un proyecto de ley al Congreso, donde estamos además liberando ciertas trabas que hoy día dificultan el libre flujo entre estas startups de base científico-tecnológica y las universidades. Hoy día nuestra legislación impide que profesores que son investigadores y que desarrollan ciertos productos puedan después, y al mismo tiempo que se mantienen en la academia, ser parte de las empresas que se generan a propósito de estos descubrimientos.
Entonces, si hay una profesora, por ejemplo, en la Universidad de Concepción, que tiene un desarrollo interesantísimo en biotecnología y quiere hacer una empresa a propósito de ese desarrollo, tiene que escoger si irse a la empresa o quedarse en la universidad. Eso en el mundo desarrollado ya no ocurre, y donde lo que se propicia es precisamente que podamos estar en los dos lados: que el conocimiento transite de la manera más fácil y fluida entre el sector privado y la academia, son cosas que vamos a empezar a corregir con este proyecto.
-¿En qué etapa está el Instituto Tecnológico del Litio?
-Sobre el Instituto Tecnológico de Investigación en Litio y Salares, que es parte de la Estrategia Nacional del Litio, vamos a estar ya entregando detalles durante el próximo mes, pero debería empezar a funcionar a comienzos del segundo semestre de este año, que va a disponibilizar esto que llamamos bienes públicos.
-¿Cómo así?
-Por ejemplo, hoy día una empresa de biotecnología que quiere participar de litio o en la industria de baterías o en otra, necesita poder pilotear, necesita poder tener acceso a litio para probar sus cosas. Ese tipo de elementos, que son bienes públicos, es parte de lo que el Instituto Tecnológico de Litio y Salares también va a proveer. Y de esa forma lo que vamos coordinando es un sector privado activo y con incentivos, una academia que se puede vincular rápida y fácilmente con el sector privado, y un Estado que provee esas condiciones que no tienen ni la industria ni la academia,
que son estos bienes públicos que facilitan que todo esto funcione. Entonces, todas estas piezas están en marcha.
-Viéndolo desde dentro, ¿cómo definiría la estrategia en relación con el proceso de extracción que ya comenzó?
-Como una estrategia altamente ambiciosa y que hoy día, a un año de su lanzamiento, 11 meses ahora, está entregando pasos claros de avance de cosas que están ocurriendo, sin dejar de lado el aceleramiento de la producción de litio, que era algo que era de preocupación de todos, porque el litio está generando muchos recursos. Y estamos haciéndolo desde una visión de desarrollo donde confluye la producción con la conservación y cuidado del medio ambiente, a fin de dejar instaladas las piezas para industrias futuras.
FUENTE EL MOSTRADOR