Fue el fin de semana pasado, y junto a su marido -el exsubsecretario de Hacienda Alejandro Weber-, que Daniela Peñaloza tomó un lápiz y un papel y redactó el texto que el jueves leyó en la sede de la UDI, al anunciar que no iría a la reelección por la alcaldía de Las Condes.
“No estoy dispuesta para que mi nombre sea un factor de división frente a este desafío, que es mayor. He decidido no repostular al cargo de alcaldesa”, dijo pasadas las 12.30 horas, escoltada por los presidentes de Chile Vamos. Un diseño que había pedido ella misma y que Javier Macaya, presidente de la UDI, se encargó de concretar para enviar una señal política de unidad. Él mismo -desde el Congreso- contactó el miércoles a sus pares de RN, Rodrigo Galilea, y de Evópoli, Gloria Hutt.
La sicóloga -que en diciembre terminará su primer y único periodo en el municipio- admitió, además, que fue una decisión “difícil y dolorosa”. La resolución la comenzó a masticar al menos unos 10 días antes de anunciarla, tras una seguidilla de conversaciones con Macaya; la secretaria general UDI, María José Hoffmann; el expresidente del partido Ernesto Silva, el exministro Jaime Bellolio, el ex subsecretario Max Pavez y el diputado Guillermo Ramírez. Todos cercanos política y personalmente a Peñaloza, y que integraron una suerte de “petit comité” que durante su tiempo en la alcaldía la solía asesorar en temas políticos.
Peñaloza ya enfrentaba duros cuestionamientos por denuncias de irregularidades y malas prácticas en el municipio desde el año pasado, cuando explotó el caso que investiga la Fiscalía Oriente en torno a la compra de una de 10 casas para la construcción de un Cesfam, y el de las millonarias horas extras al interior de Las Condes. Sin embargo, la falta de un respaldo claro por parte de la directiva UDI, la amenaza de los republicanos de competirle y la súbita aparición de la candidatura independiente de la exministra Marcela Cubillos en el escenario político terminaron dejándola en una posición imposible.
Las alarmas determinantes se encendieron el martes 5 de marzo en el entorno de Peñaloza. Ese día llegó al celular de la alcaldesa un mensaje de WhatsApp de Cubillos, en el que le anunciaba que estaba evaluando competir por esa comuna. Un día después, lo hizo público en La Tercera.
“Estoy evaluando seriamente ir como candidata independiente en Las Condes”, dijo el miércoles 6 de marzo, abriendo una caja de Pandora y poniendo bajo presión a Chile Vamos en uno de los históricos bastiones de la UDI. No sólo eso. La exministra -que estaba en Madrid y regresó a Chile recién el viernes- aseguró que buscaría las firmas para ir como independiente y que no pretendía buscar el respaldo institucional de los partidos.
Desde ahí, para Peñaloza sólo hubo un desplome de planes que, hasta febrero, incluían ir a la reelección, segura del respaldo de la tienda que dirige Macaya.
Todo se precipitó el lunes 1 de abril, luego de que el Cuarto Juzgado de Garantía autorizara el levantamiento del secreto bancario de la alcaldesa y de otras siete personas involucradas en la investigación por el caso Cesfam.
Ya no había más espacios, ni tampoco tiempos. Peñaloza no estaba dispuesta a ser un blanco de los partidarios de Cubillos en sus intentos por posicionarla. Ni tampoco a recibir reproches desde Chile Vamos por no contribuir a la unidad. Tanto ella como su entorno coincidían en que había que adoptar una decisión antes de los consejos generales de los partidos y del 10 de abril, día en que vence el plazo para la inscripción de primarias. Porque la tensión de una contienda con Cubillos no era aconsejable para ella ni para el sector.
Había que cerrar flancos. Y el jueves, minutos antes de hacer el anuncio, le mandó un mensaje por WhatsApp a la alcaldesa Evelyn Matthei -con quien tiene una fuerte cercanía- comunicándole lo que diría. Matthei la respaldó. Y el viernes, fue más allá, al criticar directamente la forma en la que Cubillos aterriza en la contienda por Las Condes. “He tratado de no meterme en quién va y quién no va (como candidato), porque no es mi rol, es de los partidos”, dijo la presidenciable en una actividad en la UDD. Aunque confesó que les está pidiendo a los partidos “que se junten mucho, muy rápido, que lleguen a acuerdos y están tratando de hacerlo, tienen muchas reuniones, pero nadie controla a estos llaneros solitarios que van por fuera, con mil firmas listo, son candidatos (…). Les pido que nunca voten por uno que se fue con las mil firmas, nunca”.
La caída
La debacle para Peñaloza comenzó en marzo de 2023, cuando cuatro concejales de Chile Vamos y del Partido Republicano -Catalina San Martín (Evópoli), Patricio Bopp (hoy ex UDI), y Leonardo Prat y Sergio Melnick, ambos independientes en cupo de republicanos- ingresaron una denuncia en la Fiscalía Local de Las Condes para indagar eventuales irregularidades -particularmente, un sobreprecio- en la compra de un paño para levantar un Centro de Salud Familiar (Cesfam) en la comuna.
“Estoy frustrada -dijo en la sesión de concejo del 12 de octubre de 2023, tras recibir un lapidario informe de Contraloría-. Estoy indignada, siento rabia por haber recibido mala información, incompleta, e incluso porque me omitieron información y debido a eso no pude detectar las irregularidades que estaban pasando, no lo pude detectar a tiempo”.
Peñaloza -reconocen en su entorno- nunca pudo tomar control de la situación. Ni con el concejo municipal que tempranamente, a pesar de ser mayoritariamente de derecha, fue opositor a su gestión, ni con los directores del municipio. Ello, a pesar de que había trabajado como subdirectora de Desarrollo Comunitario bajo el mando de Joaquín Lavín, quien fue el que apostó por ella como su sucesora para la elección municipal de 2021.
La propia alcaldesa hizo una autocrítica al interior de su equipo: el haber entrado en una posición demasiado horizontal con los concejales y directores. En su entorno también le agregaban otra falencia: el no haber separado aguas con el propio Lavín, de quien había heredado prácticas como el pago de horas extraordinarias que ahora la tenían en la cuerda floja. Ella misma las había recibido: en abril de 2020, por ejemplo, se le pagaron 160 horas extraordinarias. Peñaloza nunca quiso distanciarse, al menos públicamente, del exalcalde, pero sí sostuvo varias conversaciones en privado con él en los momentos difíciles de su gestión. Pero Lavín siempre se mantuvo al margen de la gestión de su sucesora. Incluso, se confidencia que en la disputa Peñaloza-Cubillos el exalcalde le señaló a la directiva UDI que no quería involucrarse.
El inicial apoyo cerrado de la UDI se fue haciendo cada vez más tibio, especialmente después de la irrupción de nuevos casos, entre ellos, posibles irregularidades en el pago de subvenciones por $1.006.059.827 a distintas organizaciones privadas (el caso está siendo investigado por el CDE); el pago de horas extras a funcionarios por cerca de $ 8 mil millones en 2023 (hay un sumario administrativo); irregularidades que habría cometido el director de compras (hay una querella en su contra) y sobresueldos en el Teatro Municipal.
Ya entrado el verano, se hizo ineludible la pregunta sobre si la UDI respaldaría a Peñaloza. Macaya, consciente de la situación, no fue tajante. “No estamos preocupados por el tema electoral de Daniela Peñaloza ni de la elección. Nuestra preocupación hoy es que ella pueda resolver conflictos que se arrastraban en casos de mucho tiempo, de funcionarios y de personas que estaban al interior del municipio cuando ella llegó y que ella tiene que ser capaz de resolver”, dijo a La Tercera el 21 de enero.
Pero una intervención del presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, el 3 de marzo, diciendo que se estaban preparando para competir en todos los lugares y que “todo indica que Las Condes es uno de los casos en que vamos a competir”, fue la bomba de racimo. La réplica de Macaya dejó abierta la puerta a la competencia, en momentos en que Chile Vamos y los republicanos negociaban realizar pactos por omisión en la elección municipal de octubre. El senador UDI sostuvo que “se puede conversar estratégicamente, sin que se convierta en una lucha fratricida”, aunque subrayó que “sería una irresponsabilidad que la actual oposición aboque su esfuerzo a la competencia y particularmente en el sector oriente de Santiago, en el barrio alto, sería un error”.
Macaya recibió varias críticas internas. Pues -según algunos parlamentarios UDI- había abierto la posibilidad de que Peñaloza pudiera no ir a la reelección, dejando -sin querer- el paso libre a Cubillos, quien aprovechó esa coyuntura para lanzarse.
En republicanos, afirman algunos, la idea no era perjudicar a Peñaloza. La edil es amiga de Squella, de Cristián Valenzuela y del exconsejero Sebastián Figueroa, al punto que veranean juntos. Incluso, es cercana a José Antonio Kast. Sin embargo, un grupo no menor miraba con buenos ojos el aterrizaje de Cubillos, aunque se despejaran las acusaciones de irregularidades, una exigencia que públicamente ha realizado ese partido para apoyar a candidatos de Chile Vamos.
En paralelo, la propia alcaldesa cometió errores comunicacionales. El más complejo se produjo con la entrevista a la revista Velvet, que fue realizada antes del 9 de marzo y publicada el 25 de ese mes. En ella declaró que “voy a la reelección sí o sí”. Y que “nadie me va a bajar ni a notificar; soy yo la que decide. ¡No soy títere de nadie!”.
El tono no fue bien evaluado en la UDI, por lo que debió matizar sus declaraciones el lunes pasado en EmolTV. “Soy parte de un conglomerado que es Chile Vamos, milito en un partido y las decisiones pasan por una reflexión personal, familiar, pero también pasan por una decisión, por una reflexión en conjunto respecto de cuáles son los mejores movimientos que tenemos que hacer en este puzle”, sostuvo. El video fue viralizado entre los partidarios de Cubillos como una muestra de que la edil había perdido el respaldo de su partido.
Ayer, el consejo general de la UDI le entregó su respaldo a Cubillos -quien llegó el viernes al país- para una postulación por Las Condes, intentando abrochar con ello su ligazón con Chile Vamos y no con republicanos.
Al interior del bloque la figura de la exministra genera preocupación entre sus detractores. No solo por el mal precedente para otras comunas, sino que porque observan su insistencia en la Municipalidad de Las Condes como la búsqueda de una plataforma presidencial, planteando con ello un desafío tanto al liderazgo de Matthei como de Kast.
La UDI, por su parte, termina de perder así uno de los dos bastiones que tiene en el emblemático sector oriente, al que se le suma la duda sobre Lo Barnechea, donde la competencia está abierta tras el anuncio de Cristóbal Lira de que no irá a la reelección.
Fuente: La Tercera