Han pasado cinco meses desde que estalló el escándalo del atletismo chileno en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Y este viernes habrá un capítulo clave en la larga historia del equipo de 4x400m.
Se realizará la audiencia del Comité Nacional de Arbitraje Deportivo, que estará a cargo del fallo final. Se escucharán los testimonios de denunciantes y acusados.
¿Y cómo ha transcurrido toda la polémica desde que explotó a principios de noviembre del año pasado?
Las denuncias
Poulette Cardoch fue la primera que alzó la voz. Dijo que la “borraron” de la prueba solo horas antes de entrar a la pista del Estadio Nacional. A ella y a Berdine Castillo.
“El entrenador, sin avisar nada, y solo dos horas antes de correr, decide sacarme junto a Berdine Castillo (3ra y 4ta en el ranking actual) y poner a las dos reservas (5ta y 6ta)… No se me dio ninguna razón de peso concreta. Solo se me dijo que ‘veía mejor a las otras’, excusa o argumento que en un deporte objetivo como el atletismo carece de fundamento“.
Castillo profundizó, según su versión, todo lo que ocurrió antes de la prueba de relevos. Allí denunció a Ximena Restrepo, vicepresidenta de World Athletics y madre de Martina Weil.
“Yo me estaba preparando para la final de los 800m y se acerca ese entrenador (Marcelo Gajardo) a decirle al mío que tenían que hablar. Ya había insistido antes y mi entrenador le dijo que no podía porque debíamos prepararnos. Él no entendió, lo sacó del lugar y más allá le dijo que yo no iba en el relevo. Antes de eso ya habían tenido la reunión con Poulette para decirle lo mismo. Me di cuenta altiro que me querían sacar, pero debía seguir enfocada en la final”, relató.
“Cuando termino la prueba, voy pasando y veo a Poulette llorando. Ahí entendí lo que estaba pasando. Yo llegué y era un ambiente demasiado tenso, nadie hablaba. Se notaba que no había equipo, jamás había sentido eso en las veces que hice relevo. Hubo racismo, clasismo, toda especie de discriminación. Le faltaron el respecto a mi entrenador, a otros que habían. Todo porque no querían que yo corriera, querían que corriera otra atleta que era Fernanda Mackenna”, disparó.
La defensa del técnico
“Yo antes les dije que la decisión sobre quién iba a correr, y el orden en que lo harían, la tomaría poco antes de la prueba. El día en que corre la Berdine la serie de los 800, que no corrió muy bien y clasificó octava sin verse bien, ahí les mandé un mensaje para decirle que mañana a las 18:00 horas iba a decirles el orden y quiénes son las que iban a correr. Yo había visto correr a Poulette el relevo mixto e iba lanzada, en 56.50 segundos. Hace un par de semanas había corrido en 57 segundos. Antes lo hizo en 55 segundos, pero ahora estaba haciéndolo en dos segundos más lenta. No la veía en un buen momento”, justificó Marcelo Gajardo.
“Poulette entrena con el jefe de área de velocidad en la Federación y Berdine Castillo entrena con el hijo del presidente de la Federación (Juan Luis Carter). Yo sabía que me estaba metiendo en las patas de los caballos, pero no sabía que iban a ser tan crueles para llamarme en ese momento para preguntar qué había hecho. El presidente ordenó que tenía que hacer un cambio y le dije que no lo iba a sacar. José Luis Cárter me gritó ‘te saco. Ahí vino el jefe técnico de la Federación, me pidió el papel de la inscripción e hizo el cambio. Fue una falta de respeto, me pasaron a llevar y pisotearon. Ahí llegó Ximena Restrepo indignada preguntando cómo me hacían eso. Todo en un ambiente de tensión con las chicas ahí”, agregó.
La voz de Martina Weil, integrante del relevo
“Fue la peor experiencia que he tenido en mi vida. En un momento dije ‘me cagaron los Panamericanos’. Llegamos a la pista, anuncian al equipo y la cosa se empieza a descontrolar. Quedamos en shock de la gente externa que empezó a llegar. Empezaron a pelear, entrenadores, dirigentes de la federación, otros atletas…“, expuso.
“Aunque yo no haya escuchado lo que dijo mi mamá, me vio llorando, diciéndole mis Panamericanos se acabaron y fueron lo mejor del mundo, vernos a todas nosotros en ese estado fue muy duro para ella también. Desde mi punto de vista, cada una lo pasó la peor de la otra. Cada uno trató de lidiar con lo mejor que pudo. Yo estaba enrabiada, no entendía cómo técnicos, entrenadores, tenían esta pelea armada en la pista“, añadió.
Sanciones, pero sin efecto
Tras recopilar antecedentes y escuchar diversos testimonios, la Comisión de Ética de la federación atlética de Chile dio su veredicto: Amonestación escrita para Restrepo y disculpas públicas. Gajardo fue inhabilitado por un año para integrar cualquier delegación nacional.
Sin embargo, los castigos apenas duraron unos días. Hubo apelación y el Comité de Arbitraje Deportivo primero suspendió la sentencia y finalmente anuló las sanciones. Inició una nueva investigación.
Precisamente, dicho organismo citó para este viernes 12 de abril a una audiencia clave. Desde el lado de Restrepo han pedido una “conciliación”, pero Castillo y Cardoch se negaron.
“No quiero una conciliación. Quiero que haya realmente un cambio. Esperemos que haya algún castigo. La sanción fue como ‘¿qué es esto?’, como una burla. Lo mismo lo de Ximena, la disculpa, también dije ¿’qué es esto’?. Osea, por una parte me dije ‘dudo que lleguen a algo’, después salía este tipo de sanción y fue como ‘bueno ya’. Pero después no iba la sanción y sentí que era el colmo de todo. Yo realmente quiero que haya una sanción”, sentenció Castillo.
Restrepo habla por primera vez
Justo ad portas del juicio clave, la vicepresidenta de World Athletics sacó la voz por primera vez y dio su versión de lo ocurrido.
“Estoy completamente clara y quiero ser súper enfática en decir que yo no fui ni discriminadora, ni racista, ni utilicé mis influencias ni mi poder para absolutamente nada. Lo que yo hice fue defender una posición técnica. Reconozco que, debido a las circunstancias con las que yo me encontré cuando llegué a la pista, ver a la Martina afectada de esa manera, con todo lo que estaba sucediendo, me dejé llevar por las emociones y lo reconozco. No tengo ningún inconveniente”, dijo a radio Agricultura.
“A mí las injusticias me golpean muy fuerte y, sobre todo cuando está mi hija involucrada. Entonces, por eso nomás, por eso yo les pido, denme la oportunidad de realmente abrirse un poco y creer lo que yo estoy diciendo. Yo sé que Berdine se pudo haber sentido atacada, se sintió ofendida, se sintió discriminada, pero esto es un malentendido. Esto fue un malentendido, no fue algo que yo dije en ningún momento. Y ella misma lo ratifica cuando ha hablado, ella misma dice que por oídas, que supuestamente que se puede interpretar cómo. Entonces a eso apelo yo”, sumó a su defensa.
Fuente: Emol.com