El Dr. Santiago Ibacache, jefe de otorrinolaringología de Clínica Santa María, asegura que la nariz puede estar congestionada por múltiples razones. “Lo más frecuente que podemos nombrar son los resfríos, que es una rinitis de tipo viral que va a lograr inflamar y congestionar por sí mismo a la nariz”. El especialista señala que “hay que tomar en cuenta que cualquier virus (los más frecuentes son los rinovirus, que es el resfrío común), incluso antes de que nosotros tengamos la sensación de síntomas, es capaz de desnudar las células nasales de sus hilios. Cada célula tiene pequeños pelillos en la superficie que hacen un batido de alta frecuencia y que están votando el moco hacia la región posterior para hacer el deglutido, eso es lo normal; pero apenas el virus ingresa estos hilos se pierde, el moco se estanca y, además, el estado inflamatorio producto de la respuesta inmunológica también produce más mucosidad”. Por lo tanto, concluye Ibacache, “eso hace que la nariz se llene de mocos, lo que nos puede llevar a un riesgo de una sobre infección mayor, congestión e incluso rinosinusitis”.
Para aliviar los síntomas de congestión, el especialista indica que puede ser recomendable realizar un lavado nasal, pero se deben considerar algunos cuidados: “Debe ser una solución salina lo más aséptica o limpia posible, por lo que se recomienda que sea un agua cocida llevada a temperatura corporal, similar al agua que usaríamos para preparar una mamadera. En general lo que está en el mercado son frascos que están acondicionados para hacer un lavado nasal adecuado”. Además, agrega que las duchas calientes también podrían ayudar a la descongestión: “Los receptores nasales, al sentir que el aire está húmedo y limpio, disminuyen la congestión nasal y la vasocongestión, de tal forma que liberan un poquito la respiración y dan la sensación de alivio. Por lo tanto, en un estado agudo en general favorecen, pero en patologías más crónicas son menos efectivas porque hay que descartar que no sean otras enfermedades inflamatorias”
Por último, el especialista advierte: “Cuando la congestión persiste más allá de 10 a 15 días, o se asocia a otras cosas como dolor de cabeza, dolor de muela, dolor facial, pérdida del olfato o sensación febril, obviamente hay que consultar para descartar o una complicación, u otras patologías que simulan la congestión”.