- Todo sabemos lo bien que nos hace un buen abrazo. Pero más allá de ese conocimiento común, ahora se ha demostrado que el contacto físico agradable no solo influye nuestra salud física y mental, sino que es vital.
El contacto físico puede influir en un gran abanico de funciones corporales como la respiración, la temperatura corporal, el funcionamiento del hígado y la regulación de la hormona del estrés, el cortisol. Julian Packheiser, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad del Ruhr, en Bochum, y su equipo internacional, evaluaron aproximadamente 130 estudios científicos para investigar el efecto positivo del contacto corporal.
“El contacto físico es inmensamente beneficioso para las personas que sufren de dolores, miedos o depresiones”, dice Packheiser.
Asimismo, el equipo llegó a conclusiones sorprendentes acerca de la fuente del contacto. El científico relata a DW: “Descubrimos, por ejemplo,que el contacto físico llevado a cabo por un robot, o que proviene de ciertos objetos como las mantas con peso, los cojines de abrazos, o muñecos puede tener efectos muy positivos en la salud”.
El cerebro clasifica los contactos corporales
Cuando alguien nos toca, eso activa vías nerviosas dentro de la piel, llamadas receptores táctil-C. Estos comunican al cerebro si el contacto recibido es agradable o incómodo. Dado que se conectan directamente al centro de recompensas del cerebro, una caricia grata provoca una liberación de la hormona de la felicidad, la dopamina.
En cambio, la carencia de contacto corporal puede deteriorar nuestra salud. Esto se vio sobre todo durante la pandemia, cuando muchas personas tuvieron que vivir solas y aisladas. De la misma forma, el contacto humano más allá de los cuidados es algo escaso para muchas personas en los hogares para ancianos.
Los impactos en la fisiología y en la psiquis
A nivel fisiológico, los contactos deseados refuerzan el sistema inmunitario y suprimen los dolores, lo cual explica la utilidad de los masajes y la fisioterapia para el tratamiento de lesiones y dolores crónicos.
Para la salud mental, el contacto físico juega un papel central para estabilizar el ánimo y fomentar la autoestima. De esta forma, la población que vive en un contexto donde la afectividad se expresa también corporalmente suele mostrar menos signos de miedos y depresiones y suele ser más feliz.
El contacto físico es más eficaz cuanto más se aplica
Los investigadores también analizaron qué frecuencia y duración deberían tener los contactos físicos para obtener un mayor beneficio. Packheiser dice que “La aplicación de unos pocos toques pequeños, pero frecuentes, parece aumentar el efecto positivo en la salud”.
Según esta lógica valen más unos tres o cuatros abrazos de un ser querido que un masaje largo. La clave es que el contacto físico sea deseado para que sea beneficioso.
El primer contacto físico
El contacto corporal ocupa un rol aún más importante para los recién nacidos. El tacto es el primer sentido que desarrolla el ser humano. Incluso antes de abrir por primera vez sus ojos, un bebé puede percibir el calor corporal y el contacto físico, los que le transmiten una sensación de seguridad y acogida.
El contacto con la piel entre un bebé y sus padres fomenta la liberación de la oxitocina, también coloquialmente conocida como la ‘hormona del mimo’. Ella no solo hace que un bebé y sus padres desarrollen una relación cercana, sino que es crucial para el establecimiento y la preservación de nuestras relaciones sociales durante toda la vida.
FUENTE DW