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Dirigentes de la DC analizan el bajo rendimiento electoral y su incierto futuro

Los resultados de las primarias –coinciden personajes del mundo político– no necesariamente representan lo que pasará en las elecciones municipales de octubre. Pero un dato innegable es que en todos los sectores hubo quienes sacaron cuentas más alegres que otros. En el pacto Contigo Chile Mejor –pacto oficialista que va desde el PC a la DC– el rendimiento electoral se vio bajo en la tienda falangista y el hecho trae aparejada la pregunta sobre cuál es el futuro que forjará la Democracia Cristiana para con el oficialismo de aquí en adelante. Esto, porque distanciarse en pos de recuperar una identidad puede ser un paso en falso que los deje solos y a la deriva.

El acuerdo electoral de Contigo Chile Mejor se forjó en una ardua negociación que culminó con una reunión de más de 24 horas ininterrumpidas. Las sensaciones que quedaron tras la inscripción de las primarias fueron que la Democracia Cristiana logró mantener lo que quería. En definitiva, cedió, pero salió bien parada. Ahora, tras los comicios, en donde la DC presentó 18 candidaturas, solamente obtuvo tres, es decir, un rendimiento del 15% aproximadamente. Un panorama no tan auspicioso, relatan voces al interior y fuera de la colectividad.

Alberto Undurraga, presidente de la tienda, destacó un balance positivo a pesar de ganar poco. Primero, explicó que “defendíamos tres municipios donde el alcalde o alcaldesa había sido electo como democratacristiano. Ganamos dos: La Granja y Penco; perdimos uno, Peñalolén”, de Carolina Leitao (ex-DC), quien no puede ser reelecta. En segundo lugar, el diputado subrayó que “con el resultado global, nos convertimos en el segundo partido con más votación dentro del pacto”, detrás del Partido Socialista.

Undurraga miró el vaso medio lleno, pues “cuando nosotros nos inscribimos en muchas de las primarias fue para crecer y para colaborar con el pacto”. Y añadió: “La verdad que lo que estamos obteniendo ahora es que crecimos, porque somos el segundo partido más votado del pacto”, comentó tras las votaciones. Además, pone sus fichas en sus candidatos únicos que ya van a las municipales: “Hay cerca de 30 alcaldes y alcaldesas que van a la reelección, más otros que se consideraron durante la negociación; por lo tanto, hay un elenco importante donde en esta oportunidad sumamos tres más”.

Parlamentarios del oficialismo explican que con tan pocos votos en comparación con el padrón completo de una elección obligatoria –como la municipal de octubre–, lo importante aquí es el análisis cualitativo: quiénes perdieron o ganaron las comunas más importantes por las que se iba a competir. En ese sentido, creen que la Democracia Cristiana no tuvo un buen rendimiento.

El senador Francisco Huenchumilla (DC) le comentó a La Tercera que “la DC solo se jugaba en tres comunas: La Granja, Peñalolén y Penco”. Es decir, lograron dos de las tres en las que querían mantener el signo. Ahora bien, al interior de la falange reconocen que haber perdido Peñalolén fue un golpe duro.

El vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo (DC), evalúa que su partido debió presentar unas votaciones “mucho más inteligentes desde el punto de vista de la elegibilidad de sus candidatos”. Esto, dados los resultados, sostiene el diputado: “Fuimos uno de los partidos que obtuvo la mayor votación en el marco del acuerdo electoral que tenemos, pero esa votación de un 13% no fue aparejada a la elegibilidad que tuvimos de nuestros candidatos y, por tanto, ahí hay una tarea para un proceso electoral mucho más reflexivo e inteligente por parte de la DC”.

Con eso sobre la mesa, Aedo cree que el camino del partido “tiene que enfocarse en levantar liderazgos que hablen claro a la ciudadanía, que hablen sin ambigüedades y salirse, de una vez por todas, de este proceso clientelar que en las últimas décadas se ha instalado al interior de la DC y que está asociado a los temas principalmente de trabajo a veces municipal, con prebendas o con regalos a juntas de vecinos o a clubes deportivos, eso no es suficiente hoy día”.

En definitiva, apunta a que en estas elecciones obligatorias “lo que tiene que hacer la Democracia Cristiana, en mi opinión, es hablar con claridad, diferenciarse del oficialismo, hablar sin ambigüedad de los temas de seguridad y de desarrollo económico. Eso es lo que está esperando hoy la población”. Además, llamó a su partido a salir “de esta lógica de lotes, repartiéndose el poder entre grupos tradicionales, la verdad es que hoy día no es suficiente para asegurar un éxito electoral”.

Un viejo conocido

En las primarias municipales pasadas, donde el voto también fue voluntario, la DC fue mucho más exitosa. En 2021, la Democracia Cristiana participó de 53 primarias y ganó en 28. Un rendimiento electoral mucho mayor, un poco más del 50%. En esos años, el ahora exmilitante de la falange Fuad Chahin era el presidente.

Hoy, el exconvencional y extimonel de la DC mira con pena los resultados y con nostalgia a su partido, a propósito de la presencia que tenía en los territorios. Sin embargo, su análisis es crítico. Para el expresidente de la tienda, la identidad y el trabajo territorial fueron factores claves.

“El principal problema de la DC es que ha ido desdibujando su carácter, su identidad, su personalidad. Ha ido abandonando a su electorado y, además, ha ido descuidando su trabajo territorial”, indica Chahin. Esto responde más bien a un problema partidario, “no es solo estrategia electoral”, apunta.

Otro factor que afectó, asegura, es que la negociación municipal estuvo “en manos de amateurs, de personas que no habían tenido ninguna experiencia, que no conocen la realidad de las comunas, no conocen a los actores”. Si bien reconoce que esta se dio en un marco de necesidad, eso provocó “aceptar condiciones inexplicables”, como –por ejemplo– las primarias en Peñalolén, que –a su juicio– era “evidente que se iban a perder”.

Ahora, su pronóstico para el futuro es duro: “De cara al resultado de estas elecciones, me parece que el pronóstico es pésimo, es lapidario. Yo creo que la única opción que tiene la DC es poder entender que tiene que transformarse en un partido que converge, que mire hacia el centro, que mire hacia Amarillos, hacia Demócratas”.

Chahin apunta a que, junto con otros partidos del Socialismo Democrático, “se trate de configurar una fuerza política de centro reformista alternativa”. En caso contrario, la DC, señala, “está condenada a desaparecer pronto” y acusa que “a lo mejor Alberto (Undurraga) eso es lo que quiere, federar a la Democracia Cristiana con otros partidos, transformarla en un partido único como lo fue el Frente Amplio y hacer desaparecer a la DC”.

Danilo Herrera es cientista político y director ejecutivo de Factoría Pública. El especialista afirma que, de las tres comunas en donde ganó la DC, La Granja es la más importante. Herrera coincide en que haber perdido Peñalolén “es una derrota importante”, sin embargo, reconoce que “no tenían otra opción, ya que la negociación les aseguró que las cartas oficialistas sean DC en comunas claves como Concepción y Curicó”.

Para el director ejecutivo de Factoría Pública, la Democracia Cristiana “se juega sus cartas en octubre”, pero recalca que si la falange “no acordaba con el oficialismo, ponía en juego absolutamente todas las comunas donde tienen actualmente un alcalde en ejercicio”.

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