Por Sebastián Badilla, Urólogo, Clínica Tarapacá
Recientemente, se conmemoró el Día Mundial del Cáncer de Próstata, fecha que invita a tomar conciencia sobre una de las enfermedades más comunes entre la población masculina mundial. Como en la mayoría de las patologías oncológicas, con un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, se puede hacer la diferencia para el pronóstico del paciente.
En etapas iniciales, el cáncer de próstata puede avanzar silenciosamente. Esto presenta un riesgo, ya que para cuando aparecen los primeros síntomas, puede significar que ya está en una fase avanzada o diseminado por el organismo.
Se trata de un tumor que a menudo crece lentamente y puede no causar síntomas durante muchos años. Por ello es importante la detección temprana que entrega un examen sencillo, como el antígeno prostático, que se realiza como parte de los controles regulares de sangre que solicita cualquier médico de rutina. El cáncer de próstata afecta principalmente a hombres mayores de 40 años. De hecho, se estima que pasada la quinta década de vida, la toma del antígeno prostático debe ser obligatoria.
Pronto celebraremos el Día del Padre, momento donde, además de relevar a los hombres y su rol en la familia y en la sociedad, podemos abrir la reflexión sobre la importancia del cuidado de su bienestar. En el caso de los mayores, el llamado es para que los hijos estemos alertas a cuidarlos, llevarlos al médico y hacer seguimiento a su condición de salud.
En general, los hombres tienen fama de ser más reacios a acudir al médico regularmente y controlarse sin tener una molestia a tratar. Sin embargo, en este caso, es importante no dejar pasar las tareas que la mantención del bienestar impone, tomando conciencia y actuando responsablemente para vivir una existencia más saludable.