Por Juan José Ronsecco, Presidente de Corproa
La minería es una actividad fundamental para Chile y la región de Atacama. La industria minera genera miles de empleos a nivel nacional y aporta ingresos al Estado siendo, a su vez, un sector estratégico ya que permite la producción de minerales esenciales para la sociedad moderna y es una fuente de innovación e investigación.
Atacama ha sido históricamente una de las zonas más importantes para la minería en Chile. Sin embargo, en los últimos años, la industria ha enfrentado una serie de desafíos, como las turbulencias económicas a nivel mundial y nacional, las bajas leyes y los obstáculos que presenta la consabida “permisología”.
En este escenario, la inversión de Minera Altairen La Farola es una noticia alentadora para el presente y futuro de la región. Este proyecto, que contempla una inversión de US$ 250 millones, permitirá la explotación de un yacimiento de cobre y oro, con una vida útil estimada de 17 años.
Construir este proyecto generaría importantes beneficios, entre ellos la creación de nuevos empleos (alrededor de 1.200 durante la construcción y 600 durante la fase de operación); dinamizar nuestra alicaída economía local, impulsando el desarrollo de los proveedores locales; inversión en infraestructura además de los beneficios tributarios que un proyecto de estas características deja al país y la región, entre otros compromisos.
Viabilizareste proyectoes positivo porque, como toda inversión minera en nuestro país, está sujeto a estrictos controles financieros, laborales, ambientales y de seguridad, lo que da garantías de la responsabilidad con la que las compañías,Altair en este caso, invierte, se relaciona y compromete con las comunidades y el territorio.
En la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama creemos que La Farola es una oportunidad que Atacama no puede dejar pasar. Es importante que las autoridades y la comunidad apoyen este tipo de inversiones que permiten el desarrollo económico y social, siempre entendiendo que esa inversión debe ser sostenible y con los más altos estándares ambientales y sociales. La minería responsable puede ser una herramienta poderosa para el progreso de Chile y las regiones, y el proyecto La Farola de Minera Altair es un buen ejemplo de ello.