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Selección Argentina de fútbol perdió ante Marruecos en un papelón mundial.

Escándalo, papelón, bochorno. Algunos de los conceptos más duros usados en Argentina y el mundo para describir lo acontecido en el fútbol de los Juegos Olímpicos.

El partido de la “Albiceleste” y Marruecos fue suspendido al minuto 104, justo después del gol del empate 2-2 del seleccionado trasandino. Bombas de ruido, proyectiles e invasión de hinchas detuvieron el duelo.

Pero si eso ya era un bochorno, lo que vino después fue un papelón. Tras más de una hora de suspensión, los jugadores volvieron al campo. Se les informó que el gol argentino sería revisado en el VAR. ¿Resultado? Fue anulado, el partido se reinició y se jugaron tres minutos. El cuadro sudamericano perdió 2-1.

En esos más de 90 minutos de detención pasaron muchas cosas. Los medios trasandinos relataron la trama del escándalo que azotó a su selección. Incluso, aseguraron, que el compromiso se había dado por finalizado.

Puertas adentro explotaron las comunicaciones entre las autoridades del COI y de la FIFA (co-organizadora del evento). También los dirigentes de Marruecos y de la Asociación del Fútbol Argentino (representada aquí por Claudio Chiqui Tapia y Alejandro Méndez Cartier, jefe de la delegación y presidente de Excursionistas) intentaban entender qué ocurría”, detalló La Nación.

Circularon muchas versiones en la interna del estadio. Que el partido se había acabado, que Marruecos sería sancionado con la derrota, que el compromiso se reanudaría… Solo era incertidumbre.

Pasaban los minutos y el sitio oficial de los Juegos Olímpicos aportaba más dudas. Si bien el lance seguía como “interrumpido”, repentinamente en la información aparecía “revisión del gol en el VAR”. Mientras los jugadores seguían equipados y esperando alguna resolución en el vestuario.

Y ese pequeño detalle disparó rápidamente una nueva versión: El partido se volvería a jugar, pero antes del arranque, el árbitro anularía el agónico gol de Argentina. Al otro lado de la cordillera no lo podían creer.

A esa altura el estadio ya estaba vacío. Habían anunciado que no se reanudaría y retiraron a todo el público. Tenían una razón de fondo.

“El desconcierto atrapó hasta a los propios voluntarios de los Juegos, que iban y venían todo el tiempo con indicaciones. Al rato, desde la voz del estadio se anunció que el partido finalmente se encontraba cancelado: después se supo que fue para desalojar al público de Marruecos, por temor a alguna otra reacción”, indicaron.

Ya a esa altura había algo más claro: Los jugadores volverían a la cancha.

“La incredulidad total llegó cuando se filtró que los jugadores podían volver a salir al campo de juego, que el árbitro quería chequear en el VAR un potencial fuera de juego en el gol y, que, si el tanto era lícito, pitaba el final, pero si era offside, haría jugar tres minutos”, sostuvieron a La Nación.

El gol se anuló y se jugaron tres minutos más. A esa altura por la cabeza de los argentinos solo había desazón. Era un papelón mundial.

“Se reanudó sin hinchas y con no más de 20 periodistas, entre ellos una trabajadora marroquí que no paró de gritar desde los pupitres. No volvieron los alcanzapelotas y el banco de suplentes de Marruecos estaba repleto. De eso también se quejó Mascherano”, describió Clarín.

Mascherano estalló en conferencia. Aseguró que les habían comunicado que no se volvería a jugar, pero con el paso del tiempo todo cambió. Incluso, su postura era no regresar más al campo.

“En todo momento nos dijeron que el juego estaba terminado y que era 2-2. Sé que hubo llamados con FIFA. La posición nuestra era no jugarlo más porque nos tiraron un millón de cosas, porque se paró el partido siete veces. No me pasó nunca como jugador que en un partido de este nivel falle siete veces la seguridad“, dijo el DT de Argentina.

“No podíamos entender lo que estaba pasando. Si era offside, lo tendrían que haber cobrado rápido. Todos estábamos de acuerdo con que termine 2-2. Desde la organización nos dijeron que teníamos que salir a jugar porque el show debe continuar”, analizó el portero Gerónimo Rulli.

A esa altura y pese a las quejas, la historia ya estaba sentenciada. El bochorno era mundial y los puntos eran para Marruecos.

FUENTE EMOL

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