La limpieza frecuente de botellas reutilizables, bombillas o brochas de maquillaje son acciones simples y muy útiles para prevenir enfermedades. Especialistas explican dónde se pueden encontrar los focos de virus y bacterias más comunes y cómo evitarlos.
31 de julio de 2024.- El lavado de manos se convirtió en un hábito indispensable durante los últimos años para cuidar la salud. Según la Dra. Claudia Cortés, médico jefe de Infectología de Clínica Santa María, esta medida sigue siendo la más relevante para evitar contagios de virus o bacterias, pero muchos aún hacen caso omiso.
“Lo más importante es el lavado de manos frecuente, con agua y jabón por al menos 20 segundos, porque es a través de ellas que se propagan las infecciones”, indica.
Además, existen otros factores que se deben considerar para prevenir infecciones y que la mayoría de la población no conoce o no toma atención en el día a día.
1. Utilizar solo alcohol gel para la limpieza de las manos
Como segunda opción se puede usar alcohol gel, pero tras 4 o 5 usos igualmente se debe utilizar agua y jabón para sacar restos que impiden, un buen aseo, explica la infectóloga.
Asimismo, la Dra. Gema Pérez, pediatra de Clínica Dávila, explica que en invierno estas medidas deben aplicarse con mayor rigurosidad. Además, recomienda el uso correcto y adecuado de mascarillas en niños mayores de 3 años, y el cambio de ropa después de llegar de la calle para evitar la transmisión de virus.
2. Enjuagar las botellas o vasos reutilizables
No basta con solo cambiar el agua o el contenido que tengan estos recipientes, ya que pueden quedar en su interior hongos, virus o bacterias. Un estudio recientemente publicado comparó el nivel de contaminación de una botella de agua con otros objetos y reveló que la botella tenía 40 mil veces más bacterias que la taza del inodoro.
“En este caso, lavarlos con agua y detergente de manera regular es suficiente para eliminar posibles focos de contagio”, sugiere Cortés.
3. No limpiar el refrigerador frecuentemente y almacenar mal los alimentos
Carola Pantoja, nutricionista de Clínica Biobío, explica que para un correcto almacenaje de los alimentos también debemos procurar una buena higiene de la nevera, al menos, una vez a la semana.
“Los microorganismos más comunes que se encuentran en estos lugares son la compylobacter, criptosporidium, anasakis, clostidrio perfringens y listeria monocytogenes. Por ello, se debe limpiar y desinfectar para reducir la carga infecciosa y asegurar que los alimentos se mantengan en óptimas condiciones”, advierte.
Por su parte, la nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, Paulina Mella menciona: “Si almacenamos mal los alimentos se pueden desarrollar microorganismos como en el caso del arroz, que debe ser refrigerado inmediatamente. Si algunos alimentos no se guardan de forma oportuna se descomponen o también cambian las texturas y los sabores. Idealmente los recipientes deben ser de vidrio y deben ser divididos por familias de alimentos: carnes, verduras, carbohidratos, etc.”.
4. Utilizar tablets y celulares en la cocina
Llevar al baño el celular podría ser un foco de infección, pero también lo puede ser utilizarlos al momento de cocinar. Hay muchas personas que cuando están realizando alguna receta, usan teléfonos y tablets para ver los ingredientes. El problema está en que esto puede ocasionar contaminación cruzada de alimentos, sobre todo si se están cocinando productos crudos, ya que los microorganismos pueden sobrevivir hasta 24 horas en los dispositivos.
Al respecto, el Dr. Alfredo Labarca, urgenciólogo de Help, agrega: “En la cocina es fundamental evitar mezclar los alimentos y mantener siempre el área limpia y separada, especialmente para las verduras, frutas y el lugar donde se manipulan los alimentos crudos como carnes, pescados o mariscos”.
5. No lavar la brocha de maquillaje
En cuanto a cuidados dermatológicos, la especialista Dra. Carmen Gloria Fuentes de Clínica Ciudad del Mar, recomienda no compartir productos de limpieza o maquillaje con otras personas porque se pueden contaminar con bacterias ajenas.
“En cuanto a la higiene de las brochas si se usan con elementos secos como polvos, no son problema, pero si están húmedas pueden favorecer proliferación de gérmenes y es mejor airearlas al sol, por ejemplo”, finaliza la dermatóloga.