Gabriela Saldías
Académica Arquitectura del Paisaje, U.Central
Por diversas razones, las fiestas patrias en Chile se asocian a los copihues. Como elemento identitario ha funcionado, pero no así como base de nuestra rica flora y fauna. Porque hay más, como el Chagual.
Una de las especies de chagual, específicamente Puya chilensis florece en esta fecha, en color verde amarillento luminoso sorprendiendo con sus largos tallos florales que concentran las flores en su extremo superior, siendo de gran atractivo para los polinizadores y también para quienes las tienen cerca. Una combinación de factores que incluyen forma, tamaño y color le dan gran espectacularidad a la floración y a la vez dan luces que corresponde a una especie muy antigua, creada en otras eras geológicas con características ambientales diferentes a las actuales, al menos para el caso de nuestro país.
En Chile, tenemos el privilegio de contar con varias especies y variedades de chagual, son todas endémicas de ciertas localidades acotadas. Se pueden distinguir algunas más costeras como la Puya venusta, que crece en el borde litoral de las regiones de Coquimbo y Valparaíso; por su parte, Puya coerulea se distribuye desde las Regiones de Coquimbo a la del Maule por ambas cordilleras. Puya chilensis habita desde la Región de Coquimbo a la Región del Maule en la cordillera de la costa hasta la orilla del mar, y las diversas subespecies de Puya alpestris se reparten desde igual límite norte hasta la Región de la Araucanía, cada una con sus particularidades de forma y color, pertenecientes a la familia de las bromeliáceas de origen americano.
Los chaguales son especies destacables por su alta capacidad para adaptarse a ambientes hostiles, en que se combinan suelos pobres, de escasa profundidad, bajo contenido de materia orgánica, asociados a rocas y a otras especies xerófitas. Siempre a pleno sol especialmente en laderas de orientación norte. Son capaces de soportar largos períodos de sequía, resistiendo, sin signos de deterioro ya que sus características morfológicas y fisiológicas se lo permiten.
Lo lamentable es que sin que sepamos, se está atentando contra este tipo de plantas. Todo por la fragmentación de su hábitat por cambio de uso de suelos. El avance de la urbanización, los cultivos agrícolas, especialmente paltos y vides, y plantaciones forestales en laderas de cerro devastan las comunidades de chagual que allí habitan. Otra práctica nefasta consiste en la extracción de plantas de chagual con fines culinarios, ya que de la base de su tallo se preparan ensaladas, sin embargo, esto significa la muerte de la planta.
Otra de las bondades de los chaguales son las estrechas asociaciones que han desarrollado con la fauna. Uno de los más llamativos es la mariposa del chagual (Castnia eudesmia), la más grande de Chile. Las plantas de chagual les aportan refugio, alimento y un adecuado lugar para la reproducción. En síntesis, todo su ciclo de vida depende de la existencia del chagual. De hecho, también brinda polen y néctar a numerosos insectos y aves siendo muy llamativa la presencia del picaflor gigante.
Por eso es necesario poner en valor el Chagual y urge el conocer aún más de sus variedades para lograr un cultivo sustentable y evitar su extracción. Se trata de conservar e incluir los chaguales en todas aquellas parcelaciones nuevas y jardines particulares y en las autopistas interurbanas colindantes a estos bellísimos y exclusivos paisajes xerófitos de Chile central. Necesitamos sensibilizar y educar en estos temas, ya que es la base para tener una nueva mirada y actitud que valore la flora nativa y los chaguales en particular como parte del paisaje natural y construido.