La historia de los cuidados paliativos en Chile está marcada por hitos importantes, como la creación del Programa Nacional de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos en 1995. Posteriormente, en 2016, se garantizó el acceso a cuidados paliativos oncológicos, lo que representó un avance significativo en la atención de las necesidades de la población. Finalmente, en 2021, se promulgó la Ley 21.375, que asegura el acceso universal a cuidados paliativos en el país.
Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿por qué es tan crucial el desarrollo de los cuidados paliativos en nuestra sociedad? Los cuidados paliativos representan un enfoque integral de atención dirigido a mejorar la calidad de vida de pacientes que enfrentan enfermedades graves, avanzadas o terminales. Su principal propósito es aliviar el sufrimiento mediante el control de síntomas como el dolor, la dificultad para respirar, la fatiga y otros malestares físicos, emocionales y espirituales. Aquí radica la profundidad de su importancia, ya que aborda aspectos fundamentales que cualquier sociedad debería proteger.
El sufrimiento es una experiencia profundamente desagradable, que puede manifestarse en lo físico, emocional o espiritual, y que surge como respuesta a situaciones de dolor, angustia o pérdida. Es eminentemente subjetivo y abarca más que el malestar físico, incluyendo dimensiones emocionales, espirituales y sociales. Enfrentar una enfermedad que amenaza la vida propia o la de seres queridos es una de las experiencias más estresantes y desafiantes, ya que nos enfrenta a uno de los momentos de mayor vulnerabilidad como seres humanos. Es en esos momentos críticos donde los equipos de cuidados paliativos brindan apoyo y alivio, los que finalmente resultan fundamentales.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido los cuidados paliativos como un derecho humano, pues están estrechamente vinculados al principio de que toda persona tiene derecho a la salud y a vivir con dignidad, incluso en el contexto de una enfermedad grave o terminal.
Más allá del control del dolor físico, los cuidados paliativos reconocen al paciente como un ser completo, desde lo emocional, social y espiritual. Abordan el sufrimiento en todas sus formas, con el objetivo de ofrecer un alivio que trasciende lo corporal y se extiende hacia lo más profundo de la experiencia humana.
Finalmente, los cuidados paliativos no solo representan un avance médico, sino también un compromiso ético y social con la dignidad humana. Al garantizar el acceso a esta atención, se promueve una sociedad más compasiva y solidaria, que reconoce el valor de cada persona incluso en los momentos más difíciles de su vida. Chile ha dado pasos importantes en este sentido, pero aún queda camino por recorrer para asegurar que nadie enfrente el dolor y el sufrimiento sin el apoyo necesario.
Por: Dr. Álvaro Leyton Hernández, académico carrera de Enfermería Universidad Central Región Coquimbo.