Joana Mascarenhas fue sentenciada por violencia doméstica contra la menor de tres años y medio, y deberá pagar una indemnización de mil euros a la pequeña. La pena tiene posibilidades de quedar suspendida.
“Es la forma más eficaz de calmarla”. Con estas palabras, la influencer portuguesa Joana Mascarenhas, de 36 años, explicaba a sus seguidores en julio del año pasado, que para tranquilizar las pataletas de su hija de 3 años la sumergía en agua fría.
En un video entregó todo tipo de detalles sobre el método con el que paraba los llantos de la pequeña. En este sentido, contó cómo un día la niña se sentó en el suelo a llorar tras volver del colegio, ya que estaba cansada y decía que no podía caminar.
“Pensé que tenía dos opciones: dejarla que se hartase y que descubriese que no conseguiría nada o, si me cansaba de escucharla, meterla en la piscina”, relató la creadora de contenido, según recogió La Vanguardia.
“Ella odia el agua fría. Estaba todavía con el uniforme escolar y lloró otros quince minutos. No le dije nada ni la amenacé. La cogí y la sumergí en la piscina hasta el cuello”, relató.
“Aquello la desconcentró. Con la rabieta ella intentaba ganar, pero comprendió que tal vez perdería siempre. Dejó de tener berrinches, porque sabe que si hay rabieta va al agua“, continuó su relato.
Según la prensa portuguesa, la influencer grabó y compartió dos episodios en las redes sociales, en los que sumergía a la niña en agua helada para contener las rabietas.
En el primero, según Diário de Notícias, la creadora de contenido usó la piscina del edificio donde vivían en la capital portuguesa. En el segundo, utilizó el baño de su casa para mojar con agua fría a la menor que estaba con pijama, hasta que dejó de llorar.
Como era de esperar, la situación generó debate, y una ola de acusaciones de maltratoy críticas en las redes sociales, ya que según la influencer era la única manera que tenía de frenar lo que para ella era un comportamiento inadecuado por parte de su hija.
Sin embargo, el tema llevó a la Fiscalía a iniciar una investigación y en septiembre, al inicio del juicio, Joana confirmó ambos episodios, pero afirmó que sólo pretendía calmar a la niña, no maltratarla. También reveló que desde entonces ha cambiado su forma de tratar a la pequeña.
No obstante, durante los últimos días, Joana Mascarenhas fue condenada por el Tribunal Penal Local de Lisboa a dos años y seis meses de prisión por violencia doméstica contra su hija de tres años y medio.
La condena, sin embargo, tiene posibilidades de quedar suspendida previo cumplimiento de las medidas definidas por la Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios, y el pago de una indemnización de mil euros a la menor.
Cabe mencionar que el tribunal de Lisboa utilizó como base para la condena los videos publicados en mayo y julio del año pasado en Instagram, en los que se veía a la niña vestida y sumergida en agua fría.
La Fiscalía consideró que el método utilizado por la mujer era “humillante” y que el trato que recibió la menor era “indigno”, según recogió ABC España.
Además, estableció que aunque se trató de un “acto aislado”, es una situación “intolerable” e “inadmisible” para una niña.
La jueza responsable del caso consideró que los episodios no tuvieron un “impacto traumático” en la niña pero, pese a ello, no podía garantizar que “no se repitan en el futuro”, por lo que condenó a Joana a dos años y medio de prisión, según afirma el medio portugués Journal de Notícias.
Asimismo, afirmó que la estrategia que adoptó Mascarenha fue eficaz sólo porque “la niña estaba asustada”.
“Es una forma de resolución forzosa. No es una forma de cuidar”, según la sentencia, reproducida por el mismo medio.
Por su parte, la defensa de Mascarenhas reconoció en el juicio que fue una “decisión desafortunada”, pero indicó que la pequeña no corría riesgo de muerte ni que tampoco debería considerarse un delito porque “no causó daños físicos o psicológicos”. Además, destacó que madre e hija mantienen una buena relación.
En esa línea, el mismo periódico local afirma que la defensa del influencer debería apelar.
Fuente: Emol